La conciliación con un agresor es la antesala del feminicidio

Rolando Villena – Defensor Del Pueblo

El defensor del Pueblo reconoce que la situación es crítica y que el Estado no está respondiendo al problema de violencia contra la mujer. Foto: Rolando Villegas



Para el defensor del Pueblo, Rolando Villena, la falta de reglamentación de la Ley Integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, es una de las culpables de la retardación de justicia y los casos, en lugar de disminuir, han aumentado. Exige al Estado que declare alerta general para elaborar el reglamento en conjunto con todas las instituciones que trabajan en temas de género.

¿A qué cree que se debe el aumento de los casos de violencia contra la mujer. Los bolivianos nos hemos vuelto más tolerantes con el machismo?

Nuestra actual sociedad proviene de diferentes culturas, cuyos mecanismos están basados en culturas autoritarias. Eso, de una o de otra manera, aflora con virulencia para afectar a las mujeres que están en situación de vulnerabilidad dentro de este tejido social. No estoy diciendo que la mujer sea débil ni que el hombre es fuerte, sino que hay situaciones de alta vulnerabilidad que afectan a las mujeres pobres, analfabetas e indígenas. Ellas tienen todas las de perder. Y a esto se suma que estas tendencias autoritarias en los diferentes escenarios de nuestras culturas se manifiesten con una tendencia que es muy clara, de naturalizar la violencia. Incluso cuando uno pide informe de cómo manejan los casos los operadores de la justicia, es algo espantoso. Poco menos esperan que la mujer llegue al juzgado casi moribunda y eso no puede ser. Con muy raras excepciones, los operadores de justicia inducen a que haya una conciliación. La conciliación es la antesala del feminicidio.

¿Qué le provoca a la sociedad este nivel de violencia?

Estas situaciones están llevando a que las familias, que están en la responsabilidad de constituir hogares, ya no sean los lugares más seguros. Todos los hogares en Bolivia son los lugares más inseguros para la mujer, al igual que las unidades educativas. Las víctimas son niñas, mujeres, incluso de violencia sexual y los casos están en incremento. Frente a esto, hay permisividad de las autoridades. Tenemos una ley que no tiene reglamentación y no hay un plan para avanzar. No hay reglamento ni presupuesto. Mucho menos declaración de alerta máxima, como le hemos pedido al Gobierno. Esta declaración implicaría un esfuerzo para que haya reglamentos, porque es peligroso sustituir reglamentos con protocolos

Fuente: eldeber.com.bo