Miman a Mejía y seis vehículos abastecen de alimentos cárcel de Arani

La cárcel pública de Arani se ha convertido de “máxima seguridad” para el exdirector de régimen penitenciario de Cochabamba.

imageAlimentos ingresando al penal.

OPINIÓN, Cochabamba, Bolivia



Lo que menos faltará en la cárcel pública de Arani serán alimentos para los 26 presos recluidos y entre los que se hallan dos mujeres y algunos niños.

El exdirector de Régimen Penitenciario Dennis Mejía, que ayer cumplió 72 horas de prisión en Arani, llenó el penal con huevos, plátanos, naranjas, papas, verduras y hortalizas, constató OPINIÓN en una visita que realizó al recinto carcelario el sábado.

Los víveres llegaron expresamente en una vagoneta Suzuki tipo Rav4 el sábado al promediar las 14:00 horas, minutos después que la esposa del exfuncionario de Gobierno junto a su hijo y otros parientes arribaran al recinto penitenciario en una caravana de al menos seis vehículos modernos y algunos último modelo.

VÍVERES PARA TODOS

Aproximadamente 120 huevos, por lo menos tres chipas de plátanos entre los que había de freír, junto a tres sacos completos de naranjas, papas, verduras y hortalizas acarrearon, uno a uno, los parientes y amigos que visitaron el sábado a Mejía, a la celda que dispuso la Gobernación en el recinto carcelario.

El ingreso de un importante stock de alimentos sorprendió al propio Gobernador del penal, Mario Acuña, que frente al asedio de los costales de fruta y verduras que llegaron al recinto carcelario, al parecer sin previo aviso, no tuvo otra alternativa que abrir las puertas del penal y disponer que los reclusos que guardan detención “ayuden a trasladar los víveres” hasta el interior del reclusorio.

Acuña es un funcionario civil de la Dirección de Régimen Penitenciario de Cochabamba, y por lo que se puso en evidencia el sábado carece de conocimientos en cuanto a seguridad penitenciaria se refiere.

Los familiares y amigos de Mejía ingresaron a la cárcel con solo mencionar que buscaban al exdirector de Régimen Penitenciario.

El Gobernador que es conocido por la población como “el carcelero de Arani”, lo único que hacía era abrir el portón principal y visar el ingreso de quienes así lo solicitaban.

No revisó a nadie, tampoco se molestó de verificar la clase y tipo de víveres que ingresaron en los costales amarrados de color amarrillo al recinto carcelario.

El cuadro que se pintó el sábado entre las 13:30 y las 14:15 horas en el penal era único. Parecía que la gente ingresaba a una casa de campo llevando lo necesario para mucho tiempo, no padecer hambre y satisfacer la expectativa de un conjunto de personas.

CÁRCEL SIN POLICÍAS

De hecho, en la cárcel lo que menos hay son policías, ya que el cuerpo de seguridad que existe en Arani está compuesto por dos efectivos y “no se inmiscuye en el control del recinto carcelario”, declaró a este medio Alex Carpa, oficial al mando del módulo policial en la población .

“Lo que pasa en el penal, quienes ingresan y salen es responsabilidad exclusiva del Gobernador. La Policía lo único que hace es resguardar la seguridad de la población, pero nada más”, afirmó el agente policial, cuando fue abordado para conocer qué función cumple.

Arani quiere una cárcel modelo de máxima seguridad en 20 ha

Arani desempolvó el sábado una solicitud añeja que tiene que ver con la edificación de una cárcel modelo de máxima seguridad en un terreno de al menos 20 hectáreas.

Así lo hizo conocer a este medio Wilfredo Rojas, exsubprefecto de Arani y actual dirigente de la junta vecinal de la población rural.

La demanda la respaldó Edmundo Arce, un vecino pero también activo ciudadano comprometido con los intereses de Arani.

“El pedido lo tiene el alcalde Macario Álvarez (MAS). Ahora que la cárcel pública aloja a reclusos de fama como Dennis Mejía, la Gobernación debería despertar atención sobre la solitud seriamente”, afirmó Rojas.

Arce comentó que la cárcel pública está funcionando sobre una antigua hacienda de la familia Blanco, que fue expropiada por el Estado después de la revolución de 1952.

El recinto penal está ubicado entre las calles Obispo La Fuente y Juan Manuel Pando, a tres cuadras de la plaza principal de Arani.

Construida sobre una extensión aproximada a los 700 metros cuadrados, la infraestructura hecha con adobes y barro colonial muestra serios signos de deterioro, al punto que las paredes laterales y traseras corren el riesgo de desmoronarse.

Una malla de alambre de púas, emplazado detrás del recinto, es lo único que divide al penal de las viviendas particulares que lo rodean. Incluso al lado de la cárcel, funciona un local de música mexicana que funciona el fin de semana.