¡Niños motivados son niños felices! Aprende a impulsar a tu hijo

En los infantes es una consecuencia de su aceptación incondicional como persona y de los mensajes positivos que le trasmiten los demás sobre su potencial, construyendo su autoconcepto y su autoestima.

Cuando un niño está motivado, es un niño feliz que, además, se siente capaz y amado por su familia y amigos

La motivación es un estado interno en el que influyen el pensamiento y las emociones, este estado de ánimo ayuda a las personas a realizar o a lograr algo, dirigiendo su atención hacia la meta que se pretende alcanzar. 

Comúnmente en los adultos se relaciona con aquello que cubre una necesidad y produce placer o bienestar. Como estado interno se genera al darle valor a aquello que se considera necesario, por ejemplo, puede ser el reconocimiento laboral o social, el dinero, o las posesiones materiales, por mencionar algunos. En pocas palabras, en la edad adulta la motivación puede traducirse en metas que motiven a ciertas conductas o esfuerzos.



Pero en los niños la motivación es una consecuencia de su aceptación incondicional como persona y de los mensajes positivos que le trasmiten los demás sobre su potencial, debido a que están en una etapa de crecimiento y desarrollo donde están construyendo su autoconcepto y su autoestima a través de sus relaciones sociales.

En este sentido, cuando un niño está motivado, es un niño feliz que, además, se siente capaz y amado por su familia y amigos. Cuando esto ocurre, inconscientemente va grabando en el interior de su mente, emociones y creencias que lo motivan y que pueden traducirse en frases como: ¡yo valgo mucho!,  ¡yo puedo!,  ¡yo sí sé!,  ¡si me equivoco no soy menos!,  ¡las cosas son importantes, pero yo soy más importante que las cosas!,  ¡yo valgo por lo que soy y no por lo que tengo!, entre otras.

“Un adulto puede identificar cuando un niño no está motivado cuando el pequeño piensa que no es capaz de lograr las cosas o, simplemente, no quiere intentarlo. Frecuentemente sólo se pone atención en el gran reto que tienen los niños al aprender lo necesario para  lograr el éxito en la vida, sin embargo, se olvida que el hecho de que tengan deseos de hacerlo también es algo que los adultos deben atender para motivar a los niños”, comenta Carlos Ávila, Consultor Pedagógico de Amco, líder en investigación, desarrollo e implementación de metodologías educativas.

Si un niño está motivado seguramente será una persona exitosa en todos los ámbitos de su vida desde temprana edad, lo que podrá observarse en su buen aprovechamiento escolar y en las sanas relaciones que establezca con las personas que están a su alrededor, desde otros niños, hasta sus maestros y familiares.

Pero, ¿Cómo mantener a los niños motivados?:

1. Haciéndoles pensar y sentir que son valiosos por lo que son, no por lo que hacen.

2. Diciéndoles, cuando se equivocan o cometen errores, que el error está en la conducta y no es su persona, llevándolos a la reflexión sobre el error cometido y aprender de él.

3. Recompensándolos cuando logran sus metas.

4. Usando un tono de voz regulado para cada situación. Es necesario tomar en cuenta que el niño primero siente y después piensa.

5. Ayudándolos a establecer metas según su edad y a celebrar sus logros.

6. Permitiéndoles escoger su ropa, juguetes, diversión y otras situaciones más importantes según su edad.

7. Facilitándoles que participen y se desarrollen en actividades según sus talentos e intereses, pueden ser actividades deportivas, artísticas, culturales, entre otras.

Tener en cuenta estas recomendaciones ayuda a los padres de familia a motivar a los niños en el hogar.

Asimismo, también los profesores pueden contribuir a la motivación de sus alumnos en las aulas a través del fomento de las inteligencias múltiples, celebrando sus logros en diferentes áreas, impulsándolos y haciéndolos sentir capaces de alcanzar sus metas, ya sean académicas o personales. Esto es posible bajo los modelos educativos de vanguardia que promueven un ambiente afectivo y de confianza, proveen al alumno las condiciones óptimas para su aprendizaje y, por ende, el proceso es altamente motivador por sí mismo, más que por el logro de una calificación.

“En definitiva, padres y maestros deben conformar un verdadero equipo de trabajo donde juntos colaboren, participen y se comuniquen eficientemente para definir los mejores caminos para que el alumno vaya alcanzando logros y conquistando metas, siempre motivado por un ambiente sano, cálido, afectivo y cordial, así, cuando el niño sea adulto podrá automotivarse”, destaca el Consultor Pedagógico de Amco.

Autor:

Carlos Armando Ávila Cota.

Consultor Pedagógico de Amco, líder en investigación, desarrollo e implementación de metodologías educativas

www.amco.me

Fuente: de10.com.mx