La siniestra pareja de alcaldes que impuso el terror en Iguala

México. El alcalde José Luis Abarca y su esposa controlaban el crimen y el narcotráfico.

La siniestra pareja que impuso el terror en la ciudad de Iguala

El propio burgomaestre mató el año pasado a un líder campesino junto a una de las macabras fosas de un cerro alejado en la serranía de Guerrero.

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El Periódico. María de los Ángeles Pineda y su esposo el exalcalde de Iguala, José Luis Abarca.

Página Siete

Agencias / México DF.- Los vecinos de Iguala, que les aguantaron y temieron durante dos años, todavía la llaman la «pareja imperial” y precisan que «ella era la que mandaba en el consistorio”.

La Fiscalía mexicana señala al exalcalde José Luis Abarca  y su mujer, María de los Ángeles Pineda, como autores intelectuales de la desaparición de los 43 alumnos de la escuela de magisterio de Ayotzinapa y «principales operadores” del cártel Guerreros Unidos en ese municipio del estado de Guerrero.

El propio alcalde mató el año pasado a un líder campesino junto a una de las macabras fosas de un cerro alejado en la serranía.

Según varios testigos, Abarca dijo: «Qué tanto estás chingando y te dabas el gusto de pintar mi Alcaldía; ahora yo me voy a dar el gusto de matarte”.

Durante su mandato proliferaron los secuestros, así como desapariciones y asesinatos paralelos a sus amenazas: «No sabes con quién te metes, cabrón, te va a llevar la chingada”.

Los estudiantes de Ayotzinapa, que también habían «pintarrajeado” su Alcaldía, le tenían harto, «hasta la madre”.

Una mujer «terrible”

La mirada agria de Ángeles Pineda rompía su belleza e imponía decisiones a su marido, de quien muchos señalan que «trataba de compensar su complejo de bajito con un cuerpo de gimnasio”, escribe el periodista Toni Cano en El Periódico.

Ambos eran empresarios y poseían negocios -que eran saqueados mientras la Alcaldía estaba en llamas-, pero sus vínculos eran de sangre y se enriquecían, definitivamente,  con sangre.

Tres de los hermanos de Ángeles Pineda fueron miembros del cártel de los Beltrán Leyva y murieron en medio de la narcoguerra, mientras un cuarto hermano, Salomón, pasó a ser uno de los jefes de Guerreros Unidos.

Los Abarca le daban a ese grupo más de 150 mil  euros al mes, de los que una quinta parte se repartía a los municipales de Iguala.

«Es bella como villana de telenovela”, comentaban ayer las mujeres  mexicanas en un sondeo realizado por Televisa.

Pineda era presidenta local del DIF -Desarrollo Integral de la Familia, un organismo que presiden las primeras damas en todo el país- y el 26 de septiembre presentó su informe anual.

En el momento de máximo lucimiento -«justo cuando iniciábamos el baile”, dijo el alcalde antes de fugarse-, Abarca recibió una llamada: los estudiantes iban en dirección a la fiesta.

Los sobrevivientes afirman que no tenían «intención de llegar allí”. Pero la orden del sátrapa estaba en marcha.

La Fiscalía señaló también como autores intelectuales al jefe de la Policía local, Felipe Flores, y a un miembro de Guerreros Unidos apodado El Gil.

Las policías de Iguala y Cocula tirotearon y persiguieron a los estudiantes, detuvieron a un «grupo” de ellos, los «trasladaron a un paraje en los límites entre ambos municipios y ahí les entregaron sin mediar diálogo  al grupo Guerreros Unidos”.

A propósito, las autoridades mexicanas detuvieron a dos presuntos participantes directos en la desaparición de 43 estudiantes en la ciudad de Iguala, en cuyos alrededores se encontró una nueva fosa clandestina.

Junto a éstos detuvieron a otros dos, todos señalados de integrar el cártel de Guerreros Unidos que no fueron identificados, con los que suman ya 56 -entre policías locales, funcionarios y miembros del narcotráfico- las capturas por este crimen que mantiene en vilo desde hace un mes a México.

El fiscal general, Jesús Murillo Karam, destacó el lunes en un mensaje a los medios que se trata de detenidos clave al ser los primeros que han confesado su participación en la «desaparición y destino” de los estudiantes.

Antes del anuncio, la Fiscalía localizó una nueva fosa clandestina en la localidad de Cocula, vecina de Iguala.

Presidente Peña Nieto impulsa medidas

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, dijo ayer  que impulsará medidas para restablecer la seguridad en la convulsa región de Guerrero, donde 43 estudiantes están desaparecidos desde que hace un mes fueron atacados por policías y narcotraficantes.

Peña Nieto recibió en su residencia oficial capitalina de Los Pinos a Rogelio Ortega Martínez, quien asumió el domingo como gobernador interino de Guerrero.

Ortega Martínez relevó al hasta entonces gobernador Ángel Aguirre, quien se apartó del cargo tras ser fuertemente cuestionado por su falta de reacción ante la desaparición de los estudiantes.

«He instruido al gabinete de seguridad -formado por las dependencias de seguridad y justicia mexicanas- para que se reúna con el gobernador en Guerrero y definan acciones para restablecer el orden y generar condiciones de seguridad” en la región, dijo Peña Nieto a la prensa.