La Unesco declara al Pujllay y el Ayarichi Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

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El Pujllay y el Ayarichi de la cultura Yampara fueron declarados como Patrimonio Inmaterial de la Humanidadpor el Comité de la UNESCO para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial reunido en París (Francia). En la misma reunión, tras un acuerdo bilateral, Perú reconoció que en la festividad de la Virgen de la Candelaria hay danzas, música y vestimentas bolivianas.

Desde París, el secretario Departamental de Culturas y Turismo, Juan José Pacheco, informó que el Gobierno boliviano representado por el ministro de Culturas, Pablo Groux, llegó a un acuerdo con Perú el mismo que implicaba la no objeción a la candidatura boliviana del Pujllay y el Ayarichi, así como el reconocimiento de que la fiesta peruana de la Candelaria, en Puno, es acompañada por danzas, música y vestimentas bolivianas.



“Según la información contenida en el dossier, la candidatura satisface los criterios de inscripción en la Lista representativa, por lo que decide la inscripción del ‘Pujllay y Ayarichi, música y danzas de la cultura yampara’ en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, reza la resolución del Comité de la UNESCO.

Luego de su aprobación, según relató Pacheco, el Presidente del Comité invitó al ministro Groux a tomar la palabra. De ese modo, a nombre de Bolivia, agradeció la nominación y dijo que se trata de un reconocimiento a la contribución de las comunidades yampara a la preservación de una cultura milenaria ligada a los ritos de fertilidad y en relación íntima con Pachamama.

Por su lado, Pacheco dijo que “las comunidades indígenas yamparas han desarrollado durante siglos una resistencia cultural sin precedentes” y que el título de patrimonio motiva la preservación de estas expresiones para mantenerlas vivas.CHUQUISACA CELEBRAEn Sucre, la noticia fue difundida por el gobernador de Chuquisaca Esteban Urquizu, quien se mostró satisfecho con el nombramiento de la UNESCO.

«Para nosotros es una alegría, es un orgullo de nuestra cultura”, expresó. “Nos sentimos orgullosos, una alegría más para Chuquisaca y para Bolivia entera”, añadió la autoridad al adelantar que en coordinación con los municipios beneficiados se organizará una gran presentación del Pujllay y el Ayarichi en Sucre, cuando se haga entrega del título de la UNESCO para ratificar que la cultura yampara está viva y es reconocida a nivel mundial. Se espera la presencia del presidente Evo Morales y las principales autoridades de Gobierno en torno a cientos de bailarines.

El área de influencia de la cultura yampara abarca los municipios de Tarabuco, Yamparáez, Icla, Presto, Sopachuy y Zudáñez, por lo que el orgullo es compartido.

En esa línea, el Gobernador destacó que el título abre la posibilidad de que los municipios, a través de la Gobernación y el Ministerio de Culturas y Turismo promuevan e impulsen la actividad turística motivando la afluencia de visitantes.

Asimismo, Urquizu destacó que con la declaratoria de Sucre como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1991, ahora Chuquisaca suma dos títulos patrimoniales de la UNESCO.

En la misma conferencia de prensa, el presidente del Concejo Municipal de Tarabuco, Miguel Ángel Núñez, expresó su alegría por el título obtenido. “De hoy en adelante estas danzas van a ser protegidas, porque tienen su significado y tienen su centro en Tarabuco; estas danzas ahora representan a Chuquisa y Bolivia ante el mundo entero”, manifestó.

Comprometió que para la fiesta en Sucre llegarán al menos 400 bailarines con todos sus atavíos.

Según la carpeta registrada en la UNESCO, el Pujllay y el Ayarichi son formas musicales y coreográficas de la cultura yampara que se complementan formando un todo. El Pujllay se practica en la época de las lluvias y el Ayarichi en la temporada seca.

El Pujllay lo ejecutan principalmente hombres en el transcurso de un ritual del mismo nombre que celebra la renovación de la vida y la abundancia traída por la época de las lluvias. Los sonidos, bailes y atuendos evocan al “Tata Pujllay”, ente demoníaco y fecundo que posee una energía desbordante. Un grupo de músicos toca instrumentos de viento. Los danzarines, suntuosamente vestidos como el “Tata Pujllay”, giran incansablemente alrededor de un gran altar bellamente adornado con alimentos, la pukara, en señal de abundancia.

El Ayarichi se baila en fiestas dedicadas a los diferentes santos católicos que rigen el orden social y cósmico e influyen en la conservación de la vida. El grupo de ejecutantes de este ritual comprende cuatro músicos-bailarines –que tocan simultáneamente una flauta de pan y un tambor– y unas dos a cuatro bailarinas. De la confección de los trajes se encargan artesanas, que los tejen con suma minuciosidad cuidando hasta el más mínimo detalle.

La ejecución de ambos ritos moviliza un vasto conjunto de redes comunitarias que aportan bebidas y alimentos en abundancia. La transmisión de los conocimientos y técnicas musicales y coreográficas a los niños se efectúa generalmente mediante juegos colectivos infantiles y la observación de los adultos, sin intervención directa de estos últimos. El Pujllay y el Ayarichi contribuyen a la unidad de las comunidades de cultura yampara en la medida en que constituyen un medio privilegiado de comunicación con la naturaleza.

Fuente: ATB, Correo del Sur