Caos en el partido hegemónico

fightLas pugnas por candidaturas en el Movimiento Al Socialismo están al rojo vivo, al punto que Evo Morales tuvo que salir a la luz pública para atribuir los conflictos a “infiltrados de derecha”, vieja táctica con la que el régimen explica desde los problemas de corrupción hasta la penetración del narcotráfico en altas esferas gubernamentales.El enfrentamiento ha derivado en bloqueos e incluso en el apedreamiento del vehículo presidencial en El Chapare, bastión del núcleo duro del oficialismo, los cultivadores de coca-para-cocaína del Trópico de Cochabamba.El trasfondo es la inexistencia de institucionalidad y democracia orgánica en el partido oficial, una amalgama de intereses corporativos muchas veces contradictorios, donde el único punto en común es el liderazgo verticalista de Morales y su entorno.En la mayoría de los casos, las protestas internas se producen como rebelión ante el “dedazo” de arriba que busca imponer candidaturas, algo que contradice seriamente el mito de la conducción desde “las bases”.Se da así la paradoja de un partido que ha logrado una amplia hegemonía estatal pero que no consigue conjurar el caos dentro de sus filas…[email protected]