Cuando los tarijeños mandaban en Bolivia

Hubo tiempos, ya empiezan a pasar décadas de eso, en los que la política boliviana tenía acento tarijeño. Momentos cumbre de la historia fueron definidos por esa pronunciación alargada, entonada y cadenciosa.

imageEL PAÍS, Tarija, Bolivia

Victor Paz Estenssoro, líder de la Revolución Nacional de 1952. Foto archivo.



“En esta hora, en que el pueblo de Bolivia, al nacionalizar las minas controladas por los grupos Patiño, Hochschild y Aramayo, está dando un paso trascendental, no sólo para él,  sino para todo el Continente, considero indispensable dirigirme a nuestros hermanos de América… (1)”. Así iniciaba, por ejemplo, Víctor Paz Estenssoro el discurso que demostraba que la insurrección de abril de 1952 era una revolución, no un cambio. Paz se convertiría en el político tarijeño más célebre de la historia nacional, sin embargo, continuaba y antecedía una notable zaga de liderazgos coterráneos.      

Nació en 1907, empezó a descollar como político a fines de los años 20 y en 1933 fue elegido diputado nacional. Una carrera que paulatinamente escalaría todos los niveles del poder, pero paralelamente relevaba a otros líderes tarijeños que decaían tras décadas de fama. Precisamente, mientras Paz Estenssoro hacía sus primeras armas, descollaba, por ejemplo, Juan Misael Saracho.

Saracho fue miembro de la convención de 1899, senador por Tarija y tres veces ministro de Estado, durante los gobiernos liberales de Montes y Villazón. En 1909 y en 1913 fue Vicepresidente de la República. Falleció a poco de haber sido proclamado candidato a la Presidencia para el periodo1917 – 1921. Se constituyó en tercer líder de origen tarijeño de la era conservadora-liberal. Ya entre mediados y fines del siglo XIX marcaron época Narciso Campero y, especialmente, Aniceto Arce. (2)

Campero, nacido en 1813, se hizo de buena fama militar ya en tiempos de las campañas del Mariscal Andrés de Santa Cruz. Y en la convención de 1880, pese a su extremadamente polémica actuación en la Guerra del Pacífico, fue elegido Presidente de la República. Arce encarnó al empresario político, pero también al caudillo que alentó y luego impuso políticas destinadas a la construcción del Estado boliviano. Su predicamento, marcado por su frase “Viva el orden, mueran las revoluciones” fue impulsando su imparable carrera política. Ascendió desde diputado hasta presidente de cámaras, ministro, vicepresidente y finalmente fungió como Primer Mandatario entre 1888 y 1892.      

En suma, la transición entre el viejo Estado feudal y el de la Revolución Nacional tuvo entre sus protagonistas centrales a líderes tarijeños. En las futuras transiciones habría más.    

Guerrilleros y socialistas

Hubo un tiempo en el que otras banderas revolucionarias acunaron nuevos liderazgos en Tarija. “Comunistas, comunistas, los soldados de Lenin, por la patria socialista lucharemos hasta el fin…”, cantaba un grupo de manifestantes. El zapatero y ex combatiente de la Guerra del Chaco Ciraco Oblitas encabezaba el comando sindical San Roque. Corrían mediados de los años 50 y ya se pedía un giro de la Revolución Nacional hacia el socialismo. Oblitas tenía como destacados pupilos a dos jovenzuelos: el también zapatero Simón Reyes Rivera y a un universitario y a la vez dirigente de los carniceros llamado Oscar Zamora Medinaceli. 

En el curso de la siguiente década, las posiciones se polarizaron. Paz Estenssoro, en su tercer gobierno (1964), arrió banderas revolucionarias y fue derrocado por militares pro estadounidenses que iniciaron la era de las dictaduras. La respuesta al fascismo, que debatía apasionadamente opciones entre la guerrilla y la insurrección popular, gestó nuevos liderazgos tarijeños de alcance nacional. 

“Para ti sólo unas líneas, no me da para más. He sido feliz hasta los conchos contigo. Me apenaría dejarte sola, pero si es necesario así lo haré: estoy aquí hasta el final, y esto sólo es ¡Victoria o Muerte! Te amo (…)”. Reza una de las últimas cartas Néstor Paz Zamora (4) a su esposa Cecilia Ávila Seifert. Parte de una conmovedora historia de ideales de revolución y amor que marca a las guerrillas guevaristas de fines de los 60. (5)

En 1969 Néstor Paz Zamora lideró una columna de 67 veinteañeros que fue casi totalmente exterminada en las selvas del norte paceño. Paz Zamora murió en el monte, herido y por inanición, el 9 de octubre de aquel año. Su esposa Cecilia fue asesinada por la dictadura de Hugo Banzer en 1972. En el grupo había otros seis tarijeños, entre ellos, Jorge Ruiz Paz y Adolfo Quiroga Bonadona.

Habían sido parte del Ejército de Liberación Nacional que en 1967 ya había lanzado su primera guerrilla al mando del mítico Ernesto Che Guevara. Por aquellos tiempos, Oscar Zamora Medinacelli, también apostó por la vía armada y lideró el grupo guerrillero Unión de Campesinos Pobres (Ucapo), de corte maoísta, en el agro cruceño.            

Entre 1971 y 1978 la dictadura de Hugo Banzer Suárez arremetió despiadadamente contra todo aquello que sepa a izquierda. En cada grupo de resistencia destacaron militantes tarijeños con capacidad de liderazgo. Emergió paulatinamente, por ejemplo, la figura del hermano mayor de Néstor Paz Zamora, Jaime, liderando al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Los militantes del MIR defendían entonces varios de los principios guevaristas y postulaban un gobierno proletario. Escribieron heroicas historias, como la inmolación de Carlos Bayro, quien antes de revelar la ubicación de la dirección mirista clandestina, optó por morir torturado.

“El pueblo va tomando consciencia de las distintas formas de agresión que sufre de parte de potencias extranjeras, especialmente de EEUU, agresiones, económicas, políticas y culturales –decía Jaime Paz en 1973-. Sin embargo existe un tipo de agresión más peligrosa, no debidamente detectada por la consciencia popular. Nos referimos a la agresión imperialista de la que son víctimas las FFAA y, a través de ellas, el pueblo boliviano…”.  (6)

Una era de líderes tarijeños

imageEl entonces presidente de Bolivia, Jaime Paz Zamora. Foto archivo.

Hubo un momento en que la historia boliviana probablemente sumó más liderazgos tarijeños. Advino cuando la dictadura de Banzer fue derrotada. En 1978, el dictador se vio forzado a llamar a elecciones. Entonces y durante tres años, surgió una dura pugna política que derivaría en la definitiva apertura democrática en octubre de 1982. Diversos frentes se disputaban el poder. Rivalizaban la Unión Democrática y Popular (UDP) y el Movimiento Nacionalista Revolucionario Histórico (MNRH). Como temible contrapoder fungía la vigorosa Central Obrera Boliviana (COB). Y todo se agitaba bajo la sombra de un militarismo brutal que no se resignaba a retornar a los cuarteles.        

El candidato vicepresidencial de la UDP era Jaime Paz Zamora. Postulante a Presidente por el MNRH volvía a ser Víctor Paz Estenssoro y se había convertido en su aliado estratégico Oscar Zamora Medinaceli, cabeza del Frente Revolucionario de Izquierda (FRI). Como segundo hombre de la COB fungía Simón Reyes Rivera y en esa combativa dirección destacaba Nilo Soruco. El chaqueño Pablo Ramos, cuatro veces rector de la Universidad Mayor de San Andrés, lideraba el eje de las críticas y demandas académico-estudiantiles. En el bloque de los más fieros represores destacaba el Ministro de Gobierno, a veces, o Jefe de Inteligencia, en otras, coronel Carlos Mena Burgos. 

Y en la consolidación democrática cada uno de aquellos tarijeños, excepto Mena, ganó más protagonismo. “Bolivia se nos muere”, decía Víctor Paz en agosto de 1985, a tiempo de inaugurar la era neoliberal. Le entregaría la posta a Jaime Paz Zamora en 1989, quien entre 1982 y 1985 ya había ejercido como Vicepresidente de la República por la UDP. Gobernaría hasta 1993 en un frente que aliaba a al MIR con la ADN, de, paradójicamente, Hugo Banzer. Zamora Medinaceli presidió en esos años el Congreso, fue ministro de Estado y candidato a la Vicepresidencia de la República. El comunista Simón Reyes encabezó las últimas demostraciones de fuerza de la COB, que, sin bases por el cierre de minas, languideció hasta 1989.

Casi líderes

Hubo un tiempo en el que aparecieron nuevas figuras tarijeñas con perfil de futuros líderes. De los gobiernos de Paz Estenssoro y Paz Zamora participó una significativa cantidad de nuevos políticos tarijeños. Javier Campero Paz, Leopoldo López, Hugo Carvajal Donoso, Ema Navajas de Alandia, Luis Lema Molina, Raúl Lema Patiño, Arturo Liebers Baldivieso, entre otros, ejercieron ministerios, presidencias de cámaras y liderazgos partidarios. (7)

Las candidaturas presidenciales y los liderazgos opositores no desentonaban tampoco con la presencia tarijeña. Baste destacar que en 1993 Pablo Ramos Sánchez, por Alianza Socialista, y Ramiro Víctor Paz Cerruto (hijo de Víctor Paz), por Vanguardia Revolucionaria 9 de Abril, fueron candidatos a la Presidencia. Oscar Zamora postuló a la Vicepresidencia, por el Acuerdo MIR-ADN. Los tres se enfrentaban a un MNR, cuyo líder histórico, en retiro, era Paz Estenssoro. (8)         

Pero por alguna aún misteriosa razón a partir de 1997 la presencia tarijeña en las primeras líneas del poder político boliviano empezó a decaer.

La era de la sequía

Jaime Paz Zamora candidateó por última vez a la presidencia el año 2002 y ocupó el cuarto lugar. Desde entonces no hubo más líderes partidarios nacionales de raíz tarijeña. Y se inició el tiempo de menos presencia chapaca o chaqueña al mando del país. El último espacio de relativo poder que ocupó un coterráneo correspondió a Mario Cossío Cortez, del MNR. Fue Presidente de la Cámara de Diputados entre 2004 y 2005. Luego vino la sequía total. En las últimas tres elecciones presidenciales no hubo candidatos tarijeños. Desde 2005, ningún tarijeño ha presidido las cámaras legislativas, ni siquiera bancadas partidarias. Tampoco encabezaron la COB. En estos 10 años escasamente se cuenta ocho ministros de Estado nacidos en Tarija, todos fugaces en sus cargos. 

La nominación de presidentes de cámaras y nuevos ministros de Estado, realizada este 23 de enero, sólo incluye a un tarijeño, Alberto Sánchez, en el despacho de Hidrocarburos. A estas alturas una especie de excepción que confirma la nueva regla.

Ya no es posible hallar discursos con la cadencia, pausa y sentimiento propios del sur en archivo reciente alguno. Es un tiempo de particular mutismo.  Probablemente un día se recordará que hubo la era del gas tarijeño, tiempo en el que sus líderes dejaron de tener presencia nacional.

Ciriaco Oblitas, un líder sindical olvidado

Ciriaco Oblitas marcó a una generación de sindicalistas que impulsaron desde el sur la causa del proletariado avivada especialmente en los años 50. Un, por entonces, muy joven militante comunista, relató a EL PAÍS EN el proverbial activismo de aquel militante de izquierda.

“En la Guerra del Chaco había caído prisionero. Se contaba que en innumerables ocasiones intentó fugar de sus captores hasta que lo logró. Como consecuencia de aquellos esfuerzos él mostraba marcadas cicatrices en la espalda y otras partes del cuerpo”.

Según el relato, Oblitas, de oficio zapatero, forjó notablemente su temple y convicciones. Se hizo comunista y en los años 50 conformó el comando San Roque que nuclearía a decenas de jóvenes. En el tiempo, los más conocidos de aquella camada, Oscar Zamora Medinaceli y Simón Reyes Rivera, descollaron a nivel nacional.

“Para entonces no había la Central Obrera Departamental, sino la Federación Obrera Sindical (FOS) –recuerda el ex sindicalista-. Nucleaba a zapateros, carniceros, campesinos y docentes, especialmente rurales”.

El entrevistado añade que Oblitas también forjó la formación de cuadros en escuelas del extranjero. Asegura además que buena parte de su propia familia, afectada por la represión, optó por vivir en el exterior donde sus descendientes forjaron sus propias carreras políticas. “No dudo que en hombres como él, comunistas o no, ateos o no, pero íntegros, se halle la explicación del marcado protagonismo tarijeño nacional durante décadas, y en su ausencia las causas de lo que hoy sucede”, explica el entrevistado.

(1)   Semblanza de un patriota, Marcelo Velarde, Fondo Editorial de Diputados

(2)   Bosquejo Histórico Parlamentario 1825 – 1925, Fondo Editorial de Diputados

(3)   y (7) Historia de Bolivia, José, Teresa, y Carlos Mesa Gisbert, Ed. Gisbert

(4)    Los hermanos Paz Zamora y políticos como Jaime Molina Campero, son hijos de padres tarijeños y mantuvieron una constante e intensa relación con el departamento. Hasta los años 50 del siglo XX era muy frecuente que las familias del sur del país opten por que sus partos sean atendidas en La Paz o Cochabamba.

(5)   El diario de Néstor Paz, Fundación II Centenario

(6)    Jaime Paz Zamora, un Político de Raza, O. Chávez, S. Peñaranda

“El pueblo va tomando consciencia de las distintas formas de agresión que sufre de parte de potencias extranjeras, especialmente de EEUU…”

Jaime Paz Zamora

líder del MIR, en 1973