Maduró hasta podrirse

Álvaro Riveros TejadaAlvaro-Riveros-Tejada3111Hemos anunciado hasta la saciedad que la guerra que los cubanos vinieron librando contra el imperio norteamericano duraría hasta el último venezolano y fue así que, hasta el día del armisticio (17/12/2014), el único soldado que quedó hablando con pajarillos en la línea de fuego fue Nicolás Maduro Moros.Más de uno se habrá preguntado el motivo por el que Hugo Chávez sojuzgó a su pueblo por más de una década y, después de dilapidar la astronómica suma de 1.400 millones de millones de dólares que Venezuela percibió por el petróleo en los 14 años de su gobierno autoritario, lo dejó como herencia a su anecdótico sucesor para que éste lo siga sometiendo a la más oprobiosa dictadura sin que ningún organismo nacional o internacional ose derrocarlo o al menos desafiarlo.Para responder esa interrogante, las miradas se dirigen automáticamente hacia el norte, procurando encontrar en los “gringos defensores de la libertad y la democracia” la razón por la que no hayan actuado todavía, así como lo hicieron con Granada en 1983, promoviendo un golpe de Estado y la ejecución del chúcaro líder comunista Maurice Bishop; o en Panamá en 1989, cuando se llevaron encadenado a Noriega, previamente condenado a 40 años de reclusión.La verdad es que Chávez no representó ni ha representado nunca una amenaza seria a los EEUU, pese a su conchabamiento con los iraníes, con los cubanos o con los capitalistas rusos o chinos. El petróleo, única fuente de su riqueza y el argumento que justificaría una invasión, fue comprado siempre por los EEUU a un precio tan barato que resultaría diez veces más oneroso tomarlo por la fuerza. Es más, la característica del petróleo venezolano, denso y con alto contenido de azufre, exige que éste solo pueda ser procesado en refinerías especializadas para su tipo, y las tres que existen en Venezuela explotaron por falta de mantenimiento, de ahí que es enviado a los EEUU para su refinación, donde además de tres refinerías, existen miles de estaciones de gasolina CITGO, de propiedad venezolana, que se han dado el lujo hasta de donar gasolina.En el 2001, cuándo Chávez amenazó con no venderle más petróleo a Estados Unidos, la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice se burló de él diciéndole: “Entonces se lo tendrá que comer”. Es que no tenía a nadie más a quién podía vender esas cantidades y menos hoy, cuando el barril está a menos de 50 $us y el 96% de las exportaciones venezolanas dependen del petróleo. Si de verdad EEUU hubiese querido acabar con Chávez y su revolución, solo tenían que dejar de comprarle petróleo,  importarlo de Irak  o sacarlo como lo hacen hoy de sus propias reservas mediante el fracking. Es allí donde comienza a responderse por sí misma esa interrogante.Maduro sigue paso a paso las instrucciones de los Castro, pero lo que no sabe o no entenderá jamás es que les sirvió a ellos como un tonto útil y no hizo nada por lo que podía serle útil a él. Ya quedó demostrado que los Castro necesitan llegar lo más pronto posible a un acuerdo con EEUU. Como astutos vividores que son, están conscientes que es poco lo que se le puede seguir chupando a la ubre venezolana, porque los encargados del poder en estos últimos 15 años la han secado. En cambio la opción norteamericana se presenta como una pócima y en la mesa de negociación incluirán una solución para la crisis venezolana que permita un cambio de régimen. De esta forma quedará establecido que Maduro maduró hasta podrirse.El Día – Santa Cruz