Partido único y poder unipolar

Susana Seleme Anteloseleme2La ausencia de reacción de los líderes políticos latinoamericanos de cara a los graves problemas de la democracia venezolana, motivó a Felipe González, expresidente del gobierno de España, a expresar una visión que interpela. “Los que ya somos viejos hemos vivido una etapa interesantísima en la que el impulso fundamental de América Latina, que compartía con nosotros, era la recuperación de las libertades. Ahora, cuando en América Latina el ejercicio del derecho de voto está prácticamente generalizado, con la excepción de Cuba, la preocupación por defender el funcionamiento de la democracia, que además del voto supone otras cosas más, no sé por qué ha descendido, y es preocupante”.*Entrada en años como Felipe González y con historia en esa recuperación de libertades y la defensa de otras, esa reflexión también debe incluir a la Bolivia actual regida por el jefe del régimen Evo Morales.  El reto es volver a tomar partido por el funcionamiento de la democracia plural, en libertad e igualdad de condiciones para toda la ciudadanía, es decir civilización jurídica y conquista de la justicia no sujeta a la coerción política, como está hoy. Evo Morales y sus hombres han reducido la democracia simplemente al voto -democracia método- para reproducirse en el poder manipulando y falsificando los procesos electorales, pero con legitimación del sistema vía el voto universal.Hace mucho sabemos que quieren quedarse en el poder sin fecha ni tiempo en el calendario. Ajeno a las auténticas libertades democráticas restauradas hace más de 30 años, Morales da paso a que sus conmilitones esgriman la idea de partido único y la re-reelección para cumplir con la agenda 2025, cuando se cumplirán 200 años de la independencia de la España colonial. Esa agenda es un listado de promesas populistas cuyo fin es seguir desmantelando la institucionalidad democrática para ejercer el poder  sin concesiones, sin independencia de poderes y sin respeto a los Derechos Humanos como la libre asociación política, libertad de información, comunicación, expresión y crítica, amén de rendición de cuentas y transparencia.No le faltan razones al Vice cuando afirma que vivimos un “espacio político unipolar… que no tiene contrapeso y todo gira alrededor de él” pues desde el poder dominante han judicializado la política con procesos y juicios fraguados contra los opositores políticos. Algunos están presos sin sentencia, o se los han obligado al exilio. Son más de mil, aunque el ministro de Gobierno asegure que “en Bolivia no existen ni perseguidos ni detenidos políticos para solicitar amnistía”, como exigen algunos dirigentes de la oposición ante la visita del Papa Francisco al país, en julio próximo.Habrá que recordarle al ministro de marras que Leopoldo Fernández, exprefecto de Pando,  está preso desde septiembre 2008, casi 7 años, sin sentencia y como él,  los del caso terrorismo I, en los hechos un complot político con carátula judicial, contra los líderes de la corriente  autonomista del Oriente boliviano. Ese poder unipolar sin contrapesos habla del partido único, de ahí la pulsión  de borrar del mapa a los partidos y a los políticos de oposición. Remite, al mismo tiempo, al descenso de la defensa de la democracia, como afirma González, en los países de la órbita “chavista” y el Socialismo del Siglo XXI.¿Partidos únicos y poder unipolar como en China, Corea del Norte, Cuba, Laos y Vietnam, o el viejo sistema de la ex Unión Soviética con sus métodos estalinistas? Pues aquí, el  diputado oficialista Javier Zabaleta, esgrime que “el partido Único se convierte en un beneficio para el país y para su desarrollo… La dispersión de criterios,  o un parlamento totalmente  polarizado, con los espacios de divergencias no resueltas y divergencias descontroladas, afectan el desarrollo del país”. Lo apoya el ex senador y actual viceministro de Justicia Indígena Originario Campesina, René Martínez.En verdad,  este es un tema al que no debiera responderse porque es anticonstitucional, pero, conociendo a los hombres del régimen, más vale estar alertas. En cambio, sí es de rigor hacerles saber que todos esos regímenes son antidemocráticos, autoritarios, represivos y autocráticos, donde no existe libertad política alguna y el desarrollo sustentable hay que tomarlo con pinzas, para no hablar de Corea del Norte y Cuba.Las palabras de Felipe González sobre Venezuela, con sus propias especificidades y diferencias, son aplicables a Bolivia, porque como ya pensaba Albert Camus, la justicia sin libertad es la dictadura, y la libertad sin justicia, es la ley del más fuerte.*El País, Maite Rico / Javier Ayuso. Madrid 14.04.15