Ya son 1.805 los muertos por el terremoto en Nepal

El potente terremoto se registró el sábado en Nepal e impactó en países vecinos. El número de muertos se incrementa a medida que avanzan los trabajos de rescate.

imagePobladores de Katmandú, Nepal, llevan el cuerpo de una víctima en una camilla, que fue atrapada en los escombros después de un terremoto de 7,8 grados. REUTERS

AFP – Nepal.- Un total de 1.805 personas fallecieron en Nepal a consecuencia del fuerte sismo de magnitud 7,8 que sacudió el sábado este país del Himalaya, anunció este domingo el gobierno nepalés en un nuevo balance.



«El balance es de 1.805 muertos y de al menos 4.718 heridos», declaró a la AFP el portavoz del ministro de Interior Laxmi Prasad Dhakal.

El sismo también se sintió en el norte de India, China y Bangladesh, y provocó un alud en el monte Everest, que dejó al menos 14 muertos, indicó una fuente oficial en un nuevo balance.

«Se han confirmado hasta el momento 14 muertos. Tememos que el número de víctimas aumente», dijo Gyanendra Kumar Shrestha, responsable de la Secretaría de Turismo de Nepal.

«Estamos intentando enviar helicópteros» al lugar para las labores de rescate, añadió.

Una periodista de la AFP constató poco después que «media docena» de helicópteros aterrizaban el domingo por la mañana en el Everest para iniciar las labores de rescate, que no pudieron llevarse a cabo la víspera a causa de las malas condiciones meteorológicas.

«La gente está acostada en camillas, mientras los helicópteros toman tierra», explicó mediante un mensaje de texto la directora de la oficina de la AFP en Nepal, Ammu Kannampilly. Shinji Tamura, un guía de Himex Tour, explicó que al menos unas 40 personas resultaron heridas en el alud. «Nadie sabe cuántos desaparecidos hay», añadió.

En este inicio de temporada, cientos de alpinistas se encontraban en el campo base situado a 5.500 metros de altitud en el monte Everest.

En Katmandú, los habitantes de la devastada capital nepalesa se despertaron durante la noche por las réplicas y muchos de ellos se vieron obligados a pasar la noche al aire libre.

El Deber