«Einstein y yo tenemos mucho en común»: 15 cosas que Mariah Carey ha dicho (¡de verdad!)

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Mariah Carey

Hoy Mariah Carey cumple el sueño de toda diva del pop con tendencia a la vagancia: convertirse en punto de peregrinación en Las Vegas. Hoy, la cantante se une a ese privilegiado club de señoras compuesto por nombres como Celine Dion, Britney Spears, Shania Twain, Cher o Elton John que, un buen día, descubrieron que no necesitaban recorrer el mundo en un avión para engordar su cuenta corriente dando gorgoritos. Porque si Madonna dijo en su día que quería ser más famosa que Jesucristo, Mariah ha preferido conformarse con ser una suerte de Mahoma en el mítico Caesars Palace y que sea su montaña de fans la que vaya a ella.



Mariah Carey inició anoche una residencia de dos meses (ampliable a dos años) en el casino más célebre de Las Vegas, escenario en el que todos los miércoles, sábados y domingos, a cambio de 225 euros, podrá escuchar los 18 números uno más importantes de su carrera. Un obligado tour de Greatest Hits en el que sonarán canciones como Hero, My All, Hearthbreaker o Touch My Body con el que Mimi no solo justifica la publicación de su nuevo recopilatorio #1 to Infinty, sino que también demostrará que, a pesar de esa imagen de dejada que tanto ha cultivado los últimos años, la suya es una carrera que merece ser reconocida más allá de Without You o All I Want For Christmas It’s You. De hecho, esas dos ni siquiera están recogidas en este álbum de grandes éxitos. Exacto, todo esto confía la cantante en su catálogo.

Porque la Carey, más allá de sus estilismos invernales en Aspen, su obsesión con el Photoshop, su cursilería innata y ese gusto tan suyo por la ropa varias tallas más pequeña, es una gran artista a la que han hecho mucho daño bulos que incendiaron la red como aquella frase en la que supuestamente afirmaba que le “gustaría estar tan delgada como los niños de África, pero sin moscas, ni muerte ni eso” o aquella famosa foto posando con un mendigo en una silla de ruedas. Nos hicieron reír, cierto, pero eran mentira –Glitter también nos regaló grandes carcajadas, pero por desgracia, aquello sí fue verdad–. 

Definitivamente, hay muchas Mariah en Mariah (y no busques un chiste fácil en esto), así que qué mejor que recoger algunas de sus declaraciones reales más míticas, los #MariahCareyFacts, para reconstruirla.

-“Mi madre es irlandesa, mi padre es negro y venezolano y yo… ¡Yo estoy bronceada, supongo!” Aunque hoy lo de crecer en una familia mixta en el Nueva York de los 70 se lo tome con filosofía, lo cierto es que Carey tuvo que aguantar que grupos racistas le quemaran el coche o le envenenaran el perro siendo una niña. Si alguien tiene derecho a hacer este chiste, es ella.

-“Si solo me ves como una princesa, entonces no has entendido quién soy y todo por lo que he pasado”. Pensar en Mariah es pensar en limusinas, dúplex en Nueva York con armarios más grandes que todas nuestras casas juntas, muebles dorados y mucha brillantina. Pero esto solo es su venganza por todas las penurias que pasó antes de ser famosa. De hecho, antes de que Tommy Mottola le ofreciera su primer contrato en 1990, Carey trabajó de peluquera, camarera en restaurantes (aunque ha reconocido que no duraba en ninguno más de dos semanas porque siempre la despedían) y recogedora de abrigos en un ropero. Podría decirse que su estilo de vida no es un capricho, sino una venganza.

-“Recuerdo cuando fue la primera vez que me dije que algún día sería rica y famosa. Tenía 5 o 6 años y estaba sentada en el coche de mi madre, uno viejo, sucio y verde. Mi hermana también estaba allí, enfadada, tenía 15 años y acababa de casarse porque se había quedado embarazada. Estábamos paradas en el parking de un supermercado y yo lo único que hacía era mirar por la ventanilla a toda esa gente rica con los carros llenos. Fue ahí cuando me dije ‘Algún día seré una estrella y compraré todas esas cosas para nosotras”.Lo dicho, una venganza de la que no se libra ni su exmarido y padre de sus gemelos Nick Cannon, que llegó a regalarle a la cantante un Rolls Royce Phantom valorado en 400.000 euros. “No le compro joyas porque es Mariah Carey y creo que ya tiene todas las joyas del mundo en su poder”, dijo en una entrevista el cómico.

-“Nunca me han roto el corazón y yo no se lo he roto a nadie”. Como decíamos antes, hay muchas Mariah dentro de Mariah, y una de ellas se parece mucho a nuestra Ana Obregón y su obsesión por inventar su biografía. ¿Es necesario recordar hasta qué punto tocó fondo cuando rompió con el cantante mexicano Luis Miguel en 2002 tras tres años de intensa relación, con ingresos en hospitales por ataques de nervios y llamadas a la policía incluida pidiendo ayuda porque estaba fuera de control?

-“No me importa que me comparen con Whitney Houston, hay gente mil veces peor con la que me pueden comparar”. Ser la heroína de tu propia historia implica buscarte una enemiga que dé dramatismo a lo que cuentas, y durante los 90 Mariah encontró en Whitney a la suya. Su animadversión era tal que ríase usted de los enfrentamientos hoy entre Madonna y Gaga. Pero los que se pelean se desean, y si estas dos acaban de reconciliarse en la gala del MET, Houston y Carey lo hicieron en 1998 para cantar juntos When You Believe para la banda sonora del filme de dibujos animados ‘El príncipe de Egipto’. O eso es lo que ellas decían, porque según los medios de la época, cada una grabó su parte por separado.

-“¿Un dúo con Jennifer Lopez? Antes prefiero estar en el escenario con un cerdo.” Lo dicho, que Mariah muchas amigas dentro de la industria tampoco tiene. Además de JLo y Whitney, Mimi también ha tenido enfrentamientos con gente como Nicky Minaj, Rihanna y Madonna.

-“Desde que tuve a mis hijos me he dado cuenta de que el 90% del peso que he perdido se lo debo a mi dieta”. Para todo lo demás, Photoshop.

-“Todo el mundo que conozco tiene un séquito, incluida la gente de mi séquito y mis perros”. Hay dos cosas que Mariah odia en esta vida: tener que hablar cuando no es necesario y hacer cosas por sí misma. ¿La solución? Vivir permanentemente acompañada de un equipo de 15 personas encargadas de que todo esté a su gusto allá por donde pasa, ya sea comprobar que los camerinos tienen la temperatura correcta, que las cámaras la graban en su ángulo bueno o que las habitaciones de los hoteles estén decoradas con objetos de Hello Kitty para que se sienta como en casa. Incluso tiene una persona encargada de llevar el papel higiénico que a ella le gusta por si el de los baños que visita no está a la altura, otra que le lleva los vasos a la boca para que beba sin tener que mover un músculo e incluso a una que camina detrás de ella para que la recoja por si se tropieza.

-“Aunque solo quieras que la gente te ame por lo que eres, a veces me siento como un cajero automático con una peluca puesta”. Y cuando no la quieren, también. Cuando se casó en 2008 con Nick Cannon, ella contaba con una fortuna de 150 millones de dólares y él no llegaba al medio millón. Tras su divorcio el pasado mes de enero el cómico recibió una cantidad suficiente de dinero como para no tener que trabajar en lo que le queda de vida. ¿Cuánto? Nadie lo sabe, ya que en el contrato prenupcial Mariah le obligó a firmar una claúsula de confidencialidad por la que Nick tendría que pagarle 250.000 dólares si contaba algo sobre el divorcio, y ella 500.000 a él si era ella la que rompía el contrato. Se los podría permitir sin problemas, pero Carey, además de un cajero travestido, es fiel a sus principios.

-“Está claro que Einstein y yo tenemos mucho en común”. El padre de Mariah era un ingeniero aeronáutico y su madre una cantante de ópera. Pero no es a su inteligencia a lo que se refería Mariah cuando soltó esta perla, sino a que el título de uno de sus discos es el de la fórmula de la Teoría de la Relatividad: E=MC2 . Si gracias a esa teoría en algún universo paralelo coinciden el científico y la diva neoyorquina, debemos tener por seguro que intentará repetir aquella famosa frase a lo Marilyn Monroe. Y no porque Mariah esté deseando que un Nobel de Física la ponga en evidencia, sino porque Marilyn es su estrella favorita. Tanto que uno de sus hijos, Monroe, se llama así por ella.

-“Las mariposas siempre me siguen allá donde vaya”. ¿Mariah Carey de ácido y enamorada? No, simplemente obsesionada con este insecto que aparece en casi todas sus portadas.

-“No puedo llevar zapatos planos, mis pies los repelen”. Si un día la ves paseando por la estación de esquí con el tacón puesto, aquí tienes el motivo. Y eso que no es precisamente bajita (mide 1,75). Pero Mariah antes poderosa que sencilla. “A muchas mujeres con las que hablo les acaba doliendo el cuello de tanto mirar hacia arriba”, ha confesado la muy pillina.

-“Vienen en una bolsita que puedes llevar contigo a todas partes. A la gente le encantan y están muy ricos. Los puedes comprar de cacahuete o los de toda la vida”. Esta fue la respuesta de Mariah cuando un periodista le preguntó qué opinaba de Eminem. ¿Entendió mal la pregunta? No, simplemente no quería hablar de alguien con el que mantiene una lucha abierta porque él asegura que mantuvieron relaciones sexuales que ella niega y le pareció más divertido contestar hablando de los famosos chocolates de nombre parecido al del rapero.

-“Estoy un poco, un poco… (el público grita: ’¡borracha!’)… Ehh ¡sí!”. Mariah Carey ha recogido muchos premios a lo largo de su vida (Grammys, Billboards, Razzies…), pero ninguno será tan recordado como el que recibió en el Festival de Cine de Palm Springs en 2010 en reconocimiento a su papel en Precious. ¿Porque es un galardón importante? No, porque en el discurso nos regaló esta confesión para la historia.

-“¿Me odias?” Después de llegar 150 minutos tarde a una entrevista.

Fuente: www.revistavanityfair.es