El piloto de Germanwings practicó la maniobra de caída en el vuelo de ida

Tragedia aérea en Francia.Ensayó el mismo descenso en el trayecto Düsseldorf-Barcelona, que luego aplicó de regreso a Alemania, estrellando el avión en los alpes franceses.Socorristas franceses buscan entre los restos del avión de Germanwings, estrellado en marzo, en los alpes franceses./APEl copiloto de Germanwings que estrelló un avión en los Alpes franceses en marzo había efectuado un ensayo de la misma maniobra de descenso pero -obviamente sin consecuencias- en el vuelo de ida, afirmaron las autoridades aeronáuticas francesas en un comunicado difundido este miércoles.La Oficina de Investigaciones y Análisis de la aviación civil francesa (BEA) dijo que el copiloto Andreas Lubitz, de 27 años, había practicado la misma maniobra en un vuelo de Düsseldorf a Barcelona sin ningún efecto sensible, antes de estrellar el avión contra las montañas con 150 personas a bordo el 24 de marzo, en el vuelo de regreso a Alemania.Entonces el copiloto, «de manera intencionada, modificó las instrucciones del piloto automático para hacer descender la aeronave hasta que impactase con el terreno».»No abrió la puerta de la cabina de mando durante el descenso, a pesar de las solicitudes de acceso realizada a través del teclado numérico, el interfono de cabina y las comunicaciones de radio», afirmaron las autoridades aeronáuticas.El director de la BEA, Rémi Jouty, dijo que en el vuelo de ida entre Düsseldorf y Barcelona, el copiloto había repetido la misma maniobra. El informe también indica que «en el vuelo precedente al del accidente, y durante el descenso, se registraron «varias selecciones de altitud hacia 100 pies mientras el copiloto estuvo solo en la cabina de mando».El aparato, un A320 del fabricante europeo Airbus, había partido a las 06.01 hora local de la ciudad alemana con destino a Barcelona con la misma tripulación que posteriormente haría la vuelta.A las 07.19 el piloto salió de la cabina y, solo en la misma, Lubitz reguló hasta en cinco ocasiones en apenas cuatro minutos el piloto automático en posición de 100 pies, la mínima que permite el avión, y la misma que unas horas más tarde ordenaría al aparato y que acabó en la colisión.Esas manipulaciones pasaron desapercibidas para los pasajeros, para el resto de los miembros de la tripulación y para el control aéreo francés, puesto que en ese momento el avión se encontraba ya en una fase de descenso, señaló Jouty.Los controladores de Burdeos habían ordenado al avión bajar de 37.000 pies a 35.000 pies en un primer momento y a 21.000 pies posteriormente, por motivos que todavía desconocen los investigadores del BEA pero que son normales en el tráfico aéreo.»Esos motivos no son importantes para la investigación», indicó el director del BEA.Tras los ensayos, momentos antes de que el piloto volviera a su puesto de mando, Lubitz volvió a situar al avión en su altura normal, previa al inicio de la maniobra de aterrizaje, que se produjo sin problemas a las 07.57 horas.A las 09.00, el avión despegó del aeropuerto de Barcelona con destino a Düsseldorf y 41 minutos más tarde se estrelló en la montaña después de que el copiloto, otra vez solo en la cabina, volviera a dirigirlo a una altura de 100 pies.El informe preliminar publicado hoy confirma que Lubitz manipuló de forma voluntaria el avión para estrellarlo y abre la puerta a la siguiente fase de las pesquisas, que pasa por «examinar el sistema de evaluación de actitud de los pilotos” de líneas aéreas, según Jouty.»Tenemos que tratar de determinar cómo es posible que un piloto con problemas psicológicos pueda estar en la cabina de mando pese a que hay todo un sistema de seguimiento”, afirmó Jouty, quien reconoció que hay «exigencias contradictorias difíciles de conciliar” entre los imperativos de seguridad que permiten a los pilotos aislarse en la cabina y los imprevistos psiquiátricos.(fuente: agencias)

Fuente: clarin.com