­­Lío con láminas desnuda que el racismo prevalece en la sociedad boliviana

La publicación sobre las madres de los llanos evidenció que el Estado no controla los contenidos educativos, que hay una mirada patriarcal sobre las mujeres y que vivimos atados a clichés culturales.

­­Unas láminas desnudan que el racismo prevalece en la sociedad boliviana

La publicación supuestamente educativa sobre las madres de los llanos evidenció que el Estado no controla los contenidos educativos, que hay una mirada patriarcal sobre las mujeres y que vivimos atados a clichés superficiales sobre las personas y las culturas.



imageLas láminas de la polémica describían a la madre de los llanos como descuidada.

Si de miradas se trata, las racistas y discriminadoras siguen vigentes y salen de tanto en tanto del armario para demostrar que hay prejuicios cuyas raíces son profundas en la sociedad. El volcán de la indignación hizo erupción esta semana en Santa Cruz. Unas láminas educativas sobre el Día de la Madre, con contenido racista y ofensivo sobre la mujer de los llanos, fueron el detonante de la polémica acerca de cuánto hemos avanzado en la lucha contra el racismo y la discriminación.

No faltaron los que se hicieron eco del contenido de las láminas, descalificando a las mujeres cruceñas y tampoco los que tomaron la indignación como pretexto para descalificar al otro lado del país.

Las redes sociales hicieron detonar el escándalo y después de conocerse acerca de las famosas láminas, publicadas hace siete años (2008) por un estudiante de Educación y Lingüística llamado Basilio Roque, las madres y los hijos salieron a mostrar ‘certificados de buena conducta’ para demostrar que lo que allí se decía era falso.

Más antecedentes

Es en las redes sociales donde se puede ver que no se logra desatar ese nudo tan duro de la descalificación por la ‘raza’ o por ser diferente. En las elecciones subnacionales, Maricruz Ribera, esposa del candidato a alcalde Luis Revilla, fue víctima de guerra sucia basada en la descalificación por ser mujer cruceña y por haber sido modelo.

La mostraban en ropa de baño e insinuaban que ella no debería ser la primera dama de la ciudad. Para Ribera, ese fue solo un episodio de guerra sucia política, rechazado por la ciudadanía. “La gente salió en mi defensa. No puedo decir que soy víctima”, responde ella y comenta que los ‘memes’ tuvieron un efecto boomerang, perjudicando a sus autores. En Facebook también es frecuente hallar fotografías y textos que descalifican a las autoridades por su origen étnico.

Educación

Además de desnudar que el racismo aún exhibe carta de ciudadanía, el episodio de las láminas desnudó que con una ley (045) no alcanza para vencer ese problema. Nadie mira el contenido de las láminas educativas. Las que salieron publicadas tenían registro del Repositorio Nacional, una entidad que depende del Estado y que solo anota título, editorial y tiraje. Las láminas circularon cinco años sin que ninguna autoridad ni eduacador se diera cuenta. El autor las inscribió en el Repositorio Nacional y ahí solamente registraron el título y el tiraje, no revisaron el contenido.

Un medio paceño informó que el Ministerio de Educación emitió una resolución mediante la que se obliga a los maestros a controlar las láminas escolares.

“¿En qué manos está nuestro sistema educativo? La lámina tenía cinco años (desde que fue elaborada) y nadie se dio cuenta. Miles de maestros usaron la lámina y nadie reaccionó, porque el sistema educativo no está en manos de quien debe estar. No hay gente preparada que sea crítica de lo que recibe. Ni el ministerio, ni padres ni maestros hicieron nunca nada”, fue la dura crítica de Álvaro Puente, que después explicó en esa causa que los estudiantes se formen sin criterio ni aprecio por lo nuestro.

Mirada patriarcal

La tercera evidencia dejada por las famosas láminas es la mirada sexista y discriminatoria en relación a la mujer. “Una mirada patriarcal, que avanza contra la historia y que es perversa”, define la socióloga Elisa Saldías, que ve ese problema con el agravante de un “cretinismo regionalista”. La académica opina que cuando una persona sale de su cultura y sus costumbres (caso de migración) puede ampliar su mente; mientras que lo contrario aviva el racismo y la xenofobia.

“Lo que escribió el que hizo la lámina no es nuevo en la sociedad”, opina el educador Álvaro Puente, quien recuerda que los insultos son descalificaciones que con frecuencia utilizan contenidos raciales. “Los niños lo maman desde que nacen”, señala. Pero el contenido profundo de sus palabras tiene que ver con una conducta social generalizadora, que pone calificativos basados en una experiencia, como si eso marcara a la persona para siempre.

En las normas educativas

El educador Alberto Santelices ve que la ley contra el racismo no alcanza, porque no está acompañada de educación. Pero además alerta que la discriminación comienza en los niveles del Estado. “La ley educativa es la más centralista. En el artículo 70 plantea el currículo regionalizado, pero también impone la subordinación de las entidades territoriales autónomas (municipios y gobernaciones), al nivel central. En los textos de historia de los colegios se puede ver que persiste el desequilibrio entre los contenidos de los llanos y los que hablan del occidente del país.

Para Santelices, también son responsables las autoridades departamentales que permiten esta situación.

Micaela Princiotto, directora general de los colegios Josefina Bálsamo, ve que hay un recrudecimiento del regionalismo y además ve que la discriminación existe entre los estudiantes, aunque ahora tiene otro nombre: bullying. Ya no se trata solamente de agresiones verbales o físicas entre los alumnos, sino también el uso de las redes sociales para molestar o descalificar. Para ella, el problema se origina en los hogares y en el modo de criar a los hijos. Muchos se sienten abandonados, ven violencia entre sus padres o hermanos, etc., lo cual repercute en una reproducción de la violencia.

El saldo del escándalo de la lámina es la desnudez de una de las mayores debilidades de la sociedad frente a la cual la solución está en cada hogar y en cada ciudadano. La indignación puede extinguirse o dar lugar a una transformación que permita el crecimiento individual.

Fuente: EL DEBER