Al presentador de TV Enrique Salazar le bastó mencionar a la “pichicata” (cocaína) que se produce en Bolivia, en medio de un entredicho con la orwelliana Ministra de Comunicación, para quedar sin trabajo.A muchos podrá no gustar el estilo de conducción del periodista en cuestión, pero volterianamente es imprescindible defender su derecho a la libre expresión.“Los medios le tienen miedo al gobierno” y “el gobierno aprieta fuerte”, fueron los comentarios de Salazar luego de su intempestivo despido.Lo cierto es que esta no es la primera vez que personajes del régimen evista intentan censurar el tratamiento de la problemática del narcotráfico. Ocurrió algún tiempo atrás, cuando el vicepresidente Álvaro García Linera envió al mismo canal que ahora acaba de prescindir de Salazar una lista de temas vetados, que no debían ser encarados en la entrevista que se le realizaría.En esa ocasión la valentía del entrevistador, Jorge Añez, dejó al desnudo la pretensión censora del segundo mandatario.Pasó también cuando el ex ministro de gobierno, Sacha Llorenti, ahora vergonzoso representante de Bolivia ante la ONU, se enojó con los medios que le preguntaban por sus nexos con el narco-general René Sanabria, preso en Miami.Tras el despido de Salazar, el conductor cuenta que recibió un mensaje del vice García Linera donde le deseaba una pronta superación de este “escollo” en su carrera.Antes, los capos de la mafia solían enviar flores a los familiares de sus víctimas para señalar su autoría del crimen. Ahora las cosas son un poco más sofisticadas…[email protected]