Un Pacto de Esperanza

Christian A. Aramayo ArceFISCAL_thumbEl Gobierno Nacional ha convocado al Consejo Nacional de Autonomías, instancia llamada por ley a definir el marco institucional formal para el Pacto Fiscal.Por salud democrática uno desearía que el consejo sea participativo, pero en éste no se encuentran aún diversidad de actores locales siendo algunos de éstos, receptores de ingentes cantidades de dinero provenientes de nuestros impuestos; el principal actor ausente es la Universidad Estatal.El Pacto Fiscal no implica sólo tratar la fuente y destino de recursos fiscales: se pretende un Pacto Integral. Sin embargo si no se tratan de forma clara propuestas específicas sobre la desconcentración de los recursos fiscales, el Pacto Fiscal podría pecar de ser un acta de buenas intenciones o en el mejor de los casos, una excelente obra literaria que debilitaría la ya frágil institucionalidad del país. Pacto Fiscal sin la desconcentración de recursos (en todos sus niveles), carece de sentido.El pacto, como todo tipo de acuerdo, es un contrato que asumen las partes bajo el supuesto de que al cumplimiento del mismo, todas las partes se verán beneficiadas. No nos olvidemos que el objetivo formal del estado es ayudar a generar las condiciones óptimas para que cada ciudadano tenga  la oportunidad de ser libre de alcanzar la riqueza. Lo que significa que el objetivo del Pacto Fiscal está sujeto a un principio de eficiencia e implica tener límites formales e incentivos tanto en base a población, resultados de gestión (reducción de la pobreza, mejora de condiciones materiales, etc.) como en base a necesidades (fondos de compensación ante catástrofes medioambientales, etc.).Bolivia está dejando de ser una economía cuyo desarrollo está dirigido por factores, y está en transición para ser una economía dirigida por la eficiencia. ¿Cuál sería el primer paso para alcanzar eficientemente resultados de desarrollo sostenible? El primer paso, medir más y mejor el estado actual de la población (público objetivo), continuar haciéndolo de manera periódica, trazando objetivos cuantificables para alcanzarlos en un plazo definido. Ello implica que organizaciones como los institutos departamentales de estadística junto a las universidades y centros de estudio asuman un rol importantísimo para que justamente, las bases y resultados de este acuerdo, puedan ser medidos, evaluados y con el tiempo, mejorados.