Chapare se diversifica para cambiar su rostro cocalero

Los agricultores de esta zona de Bolivia han aceptado integrar otros cultivos a la producción de coca. Dicen que un cato, lo que permite la ley, no alcanza para sostener la economía familiar.
EL DEBER, Cochabamba
Producción de palmito en el trópico de Cochabamba hay dos plantas procesadoras Producción de palmito en el trópico de Cochabamba hay dos plantas procesadoras

La coca, para los migrantes de occidente que hallaron en el trópico cochabambino, fue su fuente de ingresos y su visibilidad política, al permitir que su máximo dirigente, Evo Morales Ayma, tome las riendas de Bolivia.

También fue en un problema cuando empezó a ser destinada al narcotráfico. En esta nueva era, como llaman los chapareños a la gestión de Evo Morales, se proponen cambiarle el rostro a esta región del país, reduciendo hectáreas de coca y ampliando la producción de palmito, piña, banano, cítricos y otros cultivos.El objetivo es que los cocaleros, a quienes se les está permitido solo un cato de coca (1.600 metros cuadrados), vean a la producción de este arbusto como un ingreso suplementario y no en la base de su economía, afirma el director del Fondo Nacional de Desarrollo Alternativo (Fonadal), Herland Oropeza.Inyección económicaEl cambio de estrategia para reducir cocales y aumentar la producción de otros cultivos comenzó en 2006, desde entonces el Gobierno, a través del Fonadal, ha realizado una inyección económica de $us 350 millones. En esto ha colaborado la Unión Europea con más de 60 millones de euros, asevera Oropeza.Reynado Cáceres es de los que ha diversificado su producción. Por su bananal pasa parte de los 18 kilómetros de cable vía que ha instalado el Gobierno y la Alcaldía de Puerto Villarroel. La obra demandó una inversión de Bs 1,25 millones y beneficia a 1.211 familias.Reynaldo aceptó, igual que otros 200 productores, el reto de producir banana y adecuarse a los requerimientos de exportación. Hasta su chaco llega el camión que lleva esta fruta a Argentina.La empresa extranjera se encarga de la cosecha, de la preparación y embalaje del producto. Datos del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) indican que en 2014 del trópico se exportó 114.575,29 toneladas de banana a Argentina, Uruguay, Chile y Perú; un 7,64% más que en 2013.Palmeras no arbustosNo vistieron sus mejores galas, asistieron a su acto de graduación con la vestimenta que hacen frente al trabajo diario. Eran cocaleros, ahora son expertos ‘palmiteros’.Ellos entregan su producción a los dos plantas procesadoras de palmito que allí instaló el Gobierno. De las 1.143 hectáreas de plantaciones de palmito que hay en esa región, en 2014, se han exportado 35.009 cajas de palmito, lo que se tradujo en Bs 6,1 millones y benefició a 6.000 familias.Estos cultivos, a diferencia de la banana y el palmito, son nuevos en esta región, pero ya se los exporta. Un informe del Fonadal indica que de las 20 toneladas que se prevé comercializar en el mercado internacional para 2015, ya se exportaron siete de camu camu y cinco de copoazú

Los cultivos integrales están ganando terreno

Un cato de coca da ganancias de Bs 9.000 al año por cuatro cosecha

Los cocaleros están seguros de que no hay cultivo que reemplace a la coca, también saben que un cato de este arbusto, lo que les permite la ley 1008, no abastece la economía de una familia.Ramiro Rodríguez, director de Desarrollo Productivo de Puerto Villarroel, explica que la coca se cosecha cuatro veces al año y que un cato rinde entre seis y siete taques de 50 libras, que son vendidos a Bs 1.500 cada uno.De la venta de siete taques se obtiene Bs 10.500 por trimestre; de esta suma hay que destinar el 30% (Bs 3.150) a gastos de producción. En resumen, dice Rodríguez, los Bs 7.350 restantes no alcanzan para cubrir los gastos de alimentación, educación y vestimenta de una familia.Pero, si se tiene una hectárea de banana la cosecha es el año redondo y se sacan 20 cajas por semana. Cada una cuesta entre $us 2,70 y $us 3 y las empresas exportadoras lo recogen de los bananales.Lo mismo sucede con el palmito, sostiene Wilfredo Valdivia, de la planta procesadora San Isidro de Shinahota. La empresa estatal va a los palmitales, recoge los tallos y paga Bs 1,10 por cada uno. En una hectárea entran 7.000 palmitos y la cosecha es cuatro veces al año.La piña es otra de las apuestas, aún no se exporta, pero el Gobierno ya destinó Bs 12,5 millones para su producción. La piscicultura también es otra opción, en Shinahota 30 familias cocaleras se dedican a ello.Para Leonardo Loza, vicepresidente de las Seis Federaciones de Productores de Coca del Trópico de Cochabamba, los cultivos integrales ayudan a controlar la producción excedentaria. Dice que antes una familia tenía hasta cinco catos de coca, ahora se les exige uno y los que incumplen corren el riesgo de ser echados del lugar.Así opinan los exportadoresEl representante de los exportadores de Bolivia, Guillermo Pou Mont, aplaude que el Gobierno ayude a las regiones cocaleras en la búsqueda de mercados. “También sería útil que el esfuerzo por ayudarlos nos genere mecanismos marco donde entren todos los bolivianos (para exportar)”, dice