El Gobierno tiene emisarios en elección del Tribunal Electoral

La Paz. Una persona de confianza del vicepresidente García Linera vigiló la clasificación de los aspirantes al Órgano Electoral. Ocho legisladores, entre oficialistas y opositores, lideran el proceso que finaliza mañana martes.

Revelan que el Gobierno tuvo emisarios en elección del TSE

EL DEBER, La Paz

imageSin el debido consenso oficialistas y opositores intentaron acuerdos, pero no hubo en todo. AFKA



El Palacio de la Revolución, a media cuadra de la plaza Murillo, nunca tuvo tanto ajetreo en los últimos años. Durante un mes, en el día y también por la noche, el inmueble reunió a políticos del oficialismo y de la oposición que buscaron el anhelado consenso para seleccionar a los nuevos vocales del Tribunal Supremo Electoral.

Hubo acuerdos, pero no como hubieran querido muchos. Solo ocho legisladores estuvieron en las cuatro etapas de clasificación de aspirantes, cinco masistas y tres opositores.

En esa negociación un personaje especial hacía el seguimiento en todas las etapas: Héctor Ramírez, el secretario general de la Vicepresidencia y considerado la ‘mano derecha’ del vicepresidente Álvaro García Linera, que recabó toda la información del proceso y al finalizar cada noche redactaba un informe para el dignatario de Estado.

La metodología de selección se dividió en tres grupos, todos liderados por masistas. El senador Milton Barón y los diputados Betty Yañíquez y Manuel Canelas fueron las cabezas. A ellos les siguen los opositores Jimena Costa, Víctor Gutiérrez (diputados) y Mirtha Arce (senadora). En último plano estaban Víctor Borda y Concepción Ortiz, diputados oficialistas.

Pocos días de consenso

“Hubo un trabajo coordinado, al final quizá tuvimos problemas por diferentes acusaciones, pero se logró el consenso en la mayoría de los postulantes”, detalló Borda, que es vicepresidente de la Cámara Baja.

El legislador admitió que los asambleístas antes mencionados, incluido él, tuvieron un rol importante en la calificación.

Al respecto, la opositora Costa no dejó ni un día su mesa de trabajo. Junto a ella estaba la senadora Arce, quienes fiscalizaron e intentaron el consenso en la mesa número uno.

“Excepto con José Luis Exeni (expresidente de la Corte Nacional Electoral), hubo acuerdo, pero decidimos seguir con el proceso a pesar de la divergencia”, reveló Costa.

Por un momento la oposición parecía fisurarse, y se quebró. Dos grupos estuvieron en la negociación, uno liderado por Costa y el otro por el senador Óscar Ortiz. La legisladora no quiso alejarse de la comisión, como lo pidió su bancada.

Hasta el 18 de junio postularon 403 aspirantes. De ese número se depuraron 97. Luego vino la etapa de impugnación. Ahí empezó el dilema. No se lograron acuerdos. Los tres opositores querían a Exeni fuera.

Lo impugnaron, pero vano fue el intento. En ese mismo propósito estaba el MAS, que quería alejar a Miguel Serrano, a quien lo vincularon con el Frente Amplio. Ninguno salió de la carrera, ambos siguen en la nómina. En ese afán de hallar el consenso, el secretario general de la Vicepresidencia, Héctor Ramírez, llevaba a García Linera los informes de primera fuente de todo lo que ocurría en la Asamblea.

Pasaba desapercibido en varias partes del proceso de selección, pero cuando lograba reunir a los legisladores masistas en un salón del Palacio de la Revolución se volvía la pieza clave. Evitó hablar con la prensa y siempre estaba detrás de los asambleístas oficialistas.

Según Borda, el funcionario cercano al vicepresidente “es parte de la Asamblea” y desarrolló el trabajo de organización de informes. La oposición consideró, según Costa, que Ramírez era el “operador político” del masismo.