Detenidos diez directivos de la empresa por la explosión de Tianjin


Macarena Vidal Liy

Soldados y policías chinos, este martes, en un homenaje a las víctimas. / AP



El régimen chino ha abierto la caza y captura de responsables de las explosiones en el puerto de Tianjin del pasado día 12, en las que han muerto al menos 114 personas y 70 siguen desaparecidas. Una decena de directivos de Ruihai International Logistics, la empresa responsable del almacén donde ocurrieron los estallidos, se encuentra bajo custodia policial para su interrogatorio, según ha publicado el Diario del Pueblo, el periódico oficial del Partido Comunista de China (PCCh). Y el órgano disciplinario del Partido ha anunciado la apertura de una investigación contra el director de la Administración Estatal de la Seguridad Laboral, Yang Dongliang, en una iniciativa aparentemente relacionada con la catástrofe.

Yang es sospechoso de “violaciones graves de la disciplina y de la ley”, un eufemismo que el Partido suele emplear para referirse a casos de corrupción. En los últimos días, la prensa independiente china había apuntado a posibles conexiones políticas entre los responsables de Ruihai y altos funcionarios públicos. Entre los directivos de la empresa que se encuentran bajo custodia se encuentran su director y su subdirector.

La agencia oficial de noticias Xinhua publica este martes que Ruihai, fundada hace cuatro años, solo obtuvo la licencia para manejar sustancias peligrosas hace dos meses. Entre octubre de 2014 y hasta junio de 2015 no tuvo los permisos necesarios pero manejó los productos tóxicos igualmente.

En la zona del parque industrial de Binhai en el puerto de Tianjin siguen las tareas de limpieza para retirar las sustancias peligrosas que se encontraban en el almacén. La lluvia, que según los pronósticos meteorológicos continuará hasta el jueves, ha venido a complicar las tareas.

Los contenedores de Ruihai almacenaban cerca de 700 toneladas de cianuro de sodio, una sustancia enormemente tóxica si se ingiere o se inhala. El temor es que la lluvia pueda dispersar más esta sustancia. Aunque las autoridades municipales insisten en que el agua y el aire no muestran concentraciones peligrosas, el lunes ocho puntos de control de agua, todos dentro de la zona acordonada después de la explosión, mostraban niveles excesivos de cianuro. En otros 21 puntos, de un total de 40, se detectaron trazas.

La lluvia suscita también la preocupación de que al evaporarse pueda dispersar alguna sustancia nociva en el aire; o incluso causar reacción con alguno de los productos tóxicos aún presentes en la zona. Como medida de precaución y para evitar filtraciones dañinas se ha construido un muro de tierra en el perímetro de los 100.000 metros cuadrados (equivalentes a casi 25 campos de fútbol) que forman la zona más peligrosa. También se habían vaciado depósitos y tuberías para recoger el agua de lluvia.

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Fuente: elpais.com