Documental sobre tres noruegas detenidas por narcotráfico en Bolivia es uno de los atractivos de Alucine

El documental cuenta la historia de las noruegas Christina Oygarden, Stina Hagen y Madeleine Rodríguez, que fueron detenidas en 2008 en el aeropuerto de Cochabamba acusadas de intentar transportar 22 kilos de cocaína a Noruega. Fue dirigido por la boliviana Violeta Ayala.

Documental sobre tres jóvenes noruegas detenidas en Cochabamba es uno de los atractivos de Alucine

Documental sobre tres jóvenes noruegas detenidas en Cochabamba es uno de los atractivos de Alucine

Violeta Ayala. Foto: scottishdocinstitute.com

David Mamani / María José Ferrel S.La Paz, 03 de septiembre (ANF).- La exhibición del documental “The Bolivian case”, de la directora boliviana Violeta Ayala, es uno de los estrenos más esperados del festival Alucine. Se exhibe el sábado 5 de septiembre.El documental cuenta la historia de las noruegas Christina Oygarden, Stina Hagen y Madeleine Rodríguez, que fueron detenidas en mayo de 2008 en el aeropuerto de Cochabamba acusadas de intentar transportar 22 kilos de cocaína a Noruega. La historia cuenta cómo, pese a estar en la cárcel, una de ellas quedó embarazada, dos huyeron del país y cómo los medios se vieron involucrados. Una revista noruega para adultos incluso pagó para enviar a mercenarios y rescatar a una de las detenidas.Las tres jóvenes fueron sometidas a juicio y estuvieron originalmente en la cárcel de mujeres de Cochabamba. Luego Oygarden y Hagen escaparon a Noruega en 2010 y 2011, respectivamente, aprovechando su libertad condicional; solo Rodríguez permanece cumpliendo su condena hasta hoy. Un tribunal noruego analizó sus declaraciones, que se contradecían entre sí; y al final queda la sensación de que no todas son tratadas con la misma vara.Posteriormente fueron descubiertos otros involucrados en el caso, que conforman un supuesto cartel narco entre Bolivia y Noruega: Roland Skar, Oskar Jensen y Christopher Brorson. Los tres, junto a Oygarden y Hagen, se sometieron a juicio en Noruega por intentar introducir droga. El fallo es el epílogo del filme.Su directora, que nació en Cochabamba, pero que tiene también nacionalidad australiana, ha vivido buena parte de su vida en EEUU, Europa y Australia. Es conocida por «Stolen», un largometraje estrenado en 2009 que descubrió la esclavitud en los campos de refugiados de Argelia y Sáhara Occidental y que ganó 15 premios internacionales. Ayala, que también es periodista, fue alumna del instituto Film Independent y becada del Instituto de Cine Tribeca y Sundance. Ganó el premio británico de periodismo documental Bertha Britdoc en 2013.“The Bolivian case” tuvo su estreno internacional en abril pasado en el festival Hot Docs, de Canadá, con muy buena recepción de la crítica. Fue coproducida por Señal Colombia, NRK de Noruega, Screen Australia, y está desarrollada por NFI de Noruega y Puma Britdoc de Inglaterra.El documental compite en representación de Bolivia como preseleccionada en la categoría mejor documental de los Premios Fénix, que reconoce a directores de América Latina, España y Portugal. “Empezamos a filmar en abril de 2011 en Cochabamba y filmamos por última vez en mayo de 2014. El periodo más intenso fue entre agosto de 2011 y septiembre de 2012, cuando viajamos seis veces entre Noruega y Bolivia”, dijo Ayala.Estas fueron las principales opiniones que Ayala vertió para ANF:ANF.- “The Bolivian case” es un excelente ejemplo de documental periodístico porque consulta directamente con todas las fuentes involucradas. ¿Cómo se pudo armar este rompecabezas y resolverlo con un final que dependía del fallo en Noruega? Ese era el punto, el de seguir las historias de los chicos que eran parte de esta operación de tráfico. Nosotros nunca pretendimos descubrir la verdad, la verdad debería ser objetiva pero todas las decisiones en este caso se tomaron de una manera subjetiva.Tenemos tres chicas noruegas que fueron arrestadas en el aeropuerto de Cochabamba, como se dice con las manos en la masa, cada una llevaba siete kilogramos de cocaína en su maleta, esta es la única prueba tangible sin embargo la prensa y las estrategias de los abogados son las que al final determinan la justicia. Aquí se ve que la justicia, tanto en Bolivia como en Noruega, es manipulable, realmente es la ley de la jungla donde el dinero, la raza y la clase mandan.Aquí le damos la vuelta a la tortilla y a los estereotipos, soy una directora del Sur cuestionando el sistema judicial y a la prensa del país más rico del mundo.ANF.- El documental refleja en algunos casos la manipulación de los medios de comunicación con respecto a la construcción de reputación de los involucrados en el caso y su influencia en el juicio. ¿Cuál es tu opinión? La prensa en Bolivia, Noruega o en cualquier parte del mundo es muy poderosa, es este caso específicamente, Christina Oygarden, la chica que tenía más plata y “mejores abogados” por decirlo así, cambió su imagen totalmente de vestirse como una rebelde de pelo corto a tener una imagen de niña buena que va a la Iglesia, ocultando sus tatuajes. Y  en el juicio en Oslo, su estrategia es la de desprestigiar a las otras dos chicas y culparlas.Stina Hagen, que era la novia de Christina cuando vienen a Bolivia, es la típica noruega, rubia y cuando se embaraza en la cárcel, la prensa en Noruega se vuelve loca por su historia a tal punto de que una revista de hombres paga su fianza y organizan un escape al mejor estilo de Hollywood.Ella después culpa a la tercera chica. Madelaine Rodríguez, noruega pero con padre latino, acaba siendo el chivo expiatorio. La prensa noruega desde el principio la muestra como la culpable, la “latina mala” de la película que trafica drogas y no es una coincidencia que sea la única pagando por el crimen aquí en Bolivia. Es realmente una tragedia.ANF.- “The Bolivian case” también muestra que existe similar sensacionalismo en el tratamiento periodístico en Europa como en América Latina, al punto que una revista pague por la historia de las involucradas y ayude en la fuga de una de ellas. La prensa es sensacionalista en todas partes del mundo, el tráfico de drogas y la prensa son los dos negocios más lucrativos del mundo. Te imaginas la revista ALFA de Noruega, paga 360.000 dólares por el escape de Stina, mandaron mercenarios a Bolivia para sacarla del país. Esta revista no solo pagó por tener una primicia sino que crearon la noticia.El flujo de la información es realmente muy rápido. Hoy en día la prensa no tiene tiempo realmente para investigar de una manera profunda, casos como de las tres chicas venden bien y con la red los medios no tienen tiempo de ni siquiera un día para pensar lo que están publicando. Es una competencia esquizofrénica, las noticias son publicadas cada minuto.Ahora en este caso, las tres noruegas tienen una relación de amor y odio con la prensa. La prensa las usa tanto como ellas usan a la prensa. La universalidad de la historia es lo que me atrajo, aquí no hay “buenos o malos”, todos son víctimas y al mismo tiempo victimarios.ANF.- Se ve que la edición es clave en la agilidad narrativa del documental. ¿Coincides? La edición es clave en cualquier historia, ya sea documental o ficción. Nos ha tomado más de un año el editar esta historia tan compleja. Uno de los desafíos más grandes era el poder mantener el suspenso a través de toda la narrativa y al mismo tiempo que se entienda la historia. Todas las películas son rompecabezas y nuestro rol como cineastas es poner todas las piezas juntas para que se pueda ver la imagen completa.Yo tengo la suerte de trabajar con un equipo increíble, empezando por Dan Fallshaw, que es un editor no solo talentoso sino incansable. También nos han ayudado Deborah Dickson, que ha sido nominada a tres Oscar, Fernanda Rossi, que nos dio otra perspectiva en buscar la historia, y Dom Locher, que nos dio el ritmo y el tono de la película. ¿Sabes?, editar es un proceso de “prueba y error”. La música también es fundamental. Tratamos con cuatro compositores diferentes hasta que la final encontramos a Simon Walbrook.La magia del cine ocurre después miles de horas en la sala de edición, de tratar y tratar hasta que la narrativa funcione y después igual en la posproducción. Trabajamos con ingenieros de sonido de Fox Studios en Sídney. Yo ya había trabajado con el mismo equipo en mi anterior película, “Stolen”, pero ahora tenía menos tiempo así que fue un equipo de seis editores de sonido y otros más los artistas de “Foley” (efectos de sonido) trabajando a mil por hora. Terminamos la película literalmente la noche antes del estreno en Toronto.ANF.- ¿Consideras que el género documental funciona mejor para un público de TV que de cine? Yo creo que todo es subjetivo. Mis documentales en general son demasiado desafiantes para una televisión casi obsoleta manejada por una generación de “baby boomers”. Yo conozco muy poca gente que hoy ve la televisión, en realidad solo mis abuelos miran tele. Mi hija de un año no sabe qué es una tele, ósea yo soy la que decido lo que ella va a consumir por internet hasta que ella pueda tomar esa decisión.Internet ha cambiado las reglas del juego. Plataformas como YouTube, Vimeo, Netflix ya han creado un sistema alternativo de difusión masiva. La televisión tradicional va a ser remplazada por una manera más personal de consumir la información.Tu iPhone o cualquier otro dispositivo inteligente se está convirtiendo no solo en tu televisión, sino en tu periódico y hasta en tu cámara. La retroalimentación entre el creador y el público es totalmente directa hoy en día. Canales de televisión y prensa tienen personas dedicadas a distribuir la información en Facebook y Twitter. El modelo tradicional de producir y consumir a los medios está cambiando a mil por hora, dándonos a los creadores mucho más control de lo que producimos.El cine independiente fuera de Bolivia tiene un nicho, tiene un público que cada día crece más con festivales de cine, plataformas como TUGG, donde tú puedes decidir lo que quieres ver en el cine.ANF.- ¿Cuáles son tus proyectos a futuro?Ahora estamos editando “Los burritos” (Cocaine prison). Esta historia la empezamos en 2010, el estilo es totalmente diferente a “The Bolivian Case” aunque es parte de la misma trilogía, que incluye “Stolen”. Es una historia lindísima, que de nuevo rompe los estereotipos del narco violento y muestra una realidad diferente. Es más una historia sobre el paso de la niñez a la adultez.Filmamos en la cárcel de mujeres de San Sebastián en Cochabamba y en el Chapare siguiendo a los protagonistas de esta historia, que van desde las hormigas, los perros y las cucarachas. Creo que vamos a editar por lo menos unos tres meses y después pasamos a la etapa de posproducción. Estamos viendo la posibilidad de que el compositor musical venga a Bolivia a grabar a músicos usando instrumentos tradicionales con sonidos más contemporáneos.Estoy también trabajando en un proyecto de crear un juego de realidad virtual dentro de un prototipo ilustrado de la cárcel de San Sebastián, las primeras imágenes las ha creado Olivia Barrón, una ilustradora boliviana, y Cinthia Suárez, una arquitecta que vive en Virginia va hacer el esqueleto del recorrido. Dan Fallshaw va a hacer el diseño y yo voy a contar las seis historias con personajes también ilustrados.Pero tengo también otros proyectos en Bolivia, en Australia y en Grecia.