La Paz. Prohíben ingreso al Puma Katari al activista ciego Richard Mateos por llevar a su perra-guía sin bozal

 El martes por la mañana le dejaron subir al autobús, donde hizo una actividad de sensibilización con los pasajeros. El motivo de la expulsión esa misma tarde fue que su perra Malí no llevaba bozal.Prohíben ingreso al Puma Katari al activista ciego Richard Mateos por llevar a su perra-guía sin bozalRichard Mateos y su perra guía Mali. Foto: ANFLa Paz, 2 de septiembre (ANF).- El martes por la tarde, Richard Mateos y su perra guía Malí, no fueron aceptados en un autobús público Puma Katari en La Paz. La razón presentada por el conductor fue que Malí no llevaba el bozal requerido por las reglas.El hecho no hubiera extrañado a Richard –que en otras ocasiones fue desalojado de supermercados y grandes superficies por llevar a su perra guía– si esa misma mañana no hubiera subido al Puma a realizar un acto de sensibilización de manera exitosa.En los buses puma Katari –cuyo lema es “con respeto y amor, nada nos detiene”– se permite la entrada de perros, pero siempre que lleven bozal, un criterio que Richard no comparte. “Da una imagen de peligrosidad que no se corresponde con estos perros que están adiestrados para no entrar en conflicto”.En la mañana del martes, ningún operador del Puma advirtió a Richard de que estaba vulnerando la regla, pero tal vez porque una amiga activista de Richard les alertó previamente.Todo fueron atenciones. Un trabajador se le acercó antes de subir al bus para prestarle ayuda y al entrar nadie le dijo que la perra no llevaba bozal.Richard hizo de nuevo la prueba por la tarde, esa vez sin avisar. La historia fue diferente. No había nadie que le auxiliara en la parada, ni una vendedora de boletos que le diera la bienvenida con la mejor de las sonrisas.Nada más subir le pidieron que pusiera el bozal a Malí. Richard sacó de su mochila uno que le habían prestado unos amigos en Argentina, pero no era de la talla de la perra. Se lo comunicó a la operadora y ésta le dijo que tenían que bajar del autobús. Richard explicó que ese mismo día había subido al transporte sin ningún problema, pero entonces la mujer alegó que el autobús estaba completo y que no había sitio para él.La amiga de Richard, que le acompañaba llamó a los responsables de la empresa de transporte para contarles lo que había pasado, que se excusaron por el hecho. Richard espera que las disculpas vayan dirigidas directamente a él y en ese caso planteará a la empresa que le permitan sensibilizar durante una mañana entera dentro del autobús a los pasajeros sobre el uso de perros guía.En el sistema de transporte municipal, las personas con discapacidad son uno de los grupos que tienen preferencia para adquirir asiento. Por otro lado, según afirma Mateos, los trabajadores del Puma le dijeron que en cada autobús debe haber un bozal disponible para los perros que suban. Sin embargo, el martes no había ninguno para Mali.Richard también hizo la prueba en el Teleférico, que comparte la misma política del bozal para los perros, y todo salió bien (también hubo previo aviso). Posteriormente se reunió con el gerente de la empresa de transporte por cable para mostrarle su postura sobre el uso del bozal en casos de perros de ciegos.En Bolivia no hay perros guíaLos motivos de que en nuestro país no se vean perros guía son el alto costo que supone para el particular y la falta de políticas para que el Estado subvencione el desembolso, como se hace por ejemplo en España a través de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE).Quizá esa inexistencia de perros guía hace que la sociedad esté poco sensibilizada al respecto, opina Richard. Las expresiones “no aceptamos mascotas” o “el perro no puede entrar pero usted sí” han llegado infinidad de veces a sus oídos en las últimas semanas. En Buenos Aires, donde estuvo antes de llegar a Bolivia, tuvo que insistir en 15 hoteles diferentes hasta que uno lo aceptó con Mali, la labradora que no es ni su mascota ni perro guardián –como le han llegado a decir–, sino los ojos que le guían en su camino.Richard cree que se podría implementar un centro de adiestramiento de perros guía en Bolivia pero hacen falta dos cosas: de un lado tiene que haber apoyo económico por parte del Estado y de otro es necesario que se adapte la técnica de adiestramiento de los animales a las condiciones de las ciudades bolivianas.De hecho, ya hay un proyecto de ley en la Asamblea Legislativa para implantar los perros guía y crear el primer centro de adiestramiento en el país.Lo más complicado para Mali –que está entrenada para no salirse de la acera o cruzar la calle cuando los vehículos se detengan– son los puestos de vendedores de comida en las calles, “habría que reforzarle ese tipo de adiestramiento a los perros”, afirma Richard. También la cantidad de perros callejeros que entran en contacto con la perra guía y la distraen, poniendo en riesgo a la persona ciega.Hace varios meses, Richard emprendió un viaje por Sudamérica con su perra Mali. El objetivo era promocionar su documental “Amurallados” que narra la realidad que viven los inmigrantes africanos que intentar llegar a Europa a través de la valla que separa Marruecos de España. Durante su estancia, las experiencias vividas le han llevado poco a poco a investigar sobre la realidad de las personas ciegas en Bolivia y a sensibilizar sobre sus derechos.