Cerca de 3.000 bolivianos fueron rescatados en Argentina en 7 años

captación. Las agencias de empleo publican anuncios solicitando personal para trabajar en el exterior. Foto: Alejandra RocabadoAgencias de empleo que operan en El Alto se encargan del reclutamiento de personas para enviarlas a territorio argentino, donde posteriormente son explotadas laboralmente.

“Solo necesitas tu carnet para pasar la frontera; si te animas, en una semana te vas”, dijo José P., quien recluta trabajadores para enviarlos a Argentina. En siete años se rescataron al menos 3.000 bolivianos víctimas de explotación laboral en ese país.

La Razón se contactó con tres personas que buscaban gente para que trabaje en los talleres textiles en el vecino país. Todos coinciden en que solo se necesita llevar la cédula de identidad.

“Una persona te va a recoger al otro lado de la frontera y te llevará a trabajar”, contó Manuel J., otro de los consultados por este medio.



¿Pero cómo operan las agencias de empleo en Bolivia? En la Ceja de El Alto colocan avisos en los que se solicita trabajadores. “Se necesita costureros con experiencia para Buenos Aires, Argentina”, reza uno de los avisos.

Algunas radioemisoras en la urbe alteña también pasan convocatorias similares para enviar gente a los países vecinos.EMPRESAS. “Las agencias de empleo en Bolivia captan gente joven que luego es llevada a Argentina, pero cuando llegan allá recién se termina configurando el delito de la trata de personas”, explicó José Manuel Grima, presidente del Observatorio Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas (ObservaLAtrata).

Para el experto, la situación de explotación laboral en la que se encuentran los bolivianos ya define que existe el delito de trata. “Hemos dado un paso adelante respecto del Protocolo de Palermo, que establecía que se debe demostrar primero la captación, el traslado, la acogida y después la explotación”, puntualizó.

Existen cerca de un millón de bolivianos que radican en el país vecino, de los cuales se estima que al menos 300.000 trabajan en estos talleres.

“Desde 2008, año en el que se aprobó la Ley de Prevención y Sanción de la Trata de Personas en mi país (Argentina), se han rescatado más de 9.000 personas en situación de trata. El 50%  eran víctimas de explotación laboral y el otro 50%, de explotación sexual. De las 4.500 personas víctimas de explotación laboral, cerca de 3.000 eran bolivianos”, informó Grima.

El problema más grande de la trata de bolivianos en Argentina —según Grima— tiene que ver con los talleres textiles, que funcionan en el Gran Buenos Aires y en Capital Federal, pero también con el agro. “En el sur de la provincia de Buenos Aires hay una de las plantaciones más grandes de cebolla del país; existen muchas situaciones de trata de hermanos bolivianos que trabajan ahí”.En abril de este año, dos niños bolivianos de 7 y 10 años murieron en el incendio de un taller textil clandestino que funcionaba en el subsuelo de un edificio en Buenos Aires. Amparo Menchaca y Julián Rojas, de 40 y 45 años, respectivamente, también bolivianos, sobrevivieron, pero no los pequeños Rodrigo y Orlando.

Ese mismo mes, la Asociación Civil Federativa Boliviana (Acifebol) rescató a Rosita, una joven de 20 años, oriunda de Collana, provincia Aroma del departamento de La Paz, quien fue llevada a Buenos Aires por unos familiares que le prometieron un salario de Bs 2.500 por trabajar en su taller textil; sin embargo, fue sometida a agresiones físicas, trabajo forzoso e, incluso, fue violada.

La víctima retornó al país hace dos meses, después de haber permanecido casi 12 semanas hospitalizada, y recibió tratamiento psicológico.La Asociación Civil Yanapacuna informó que ha tenido conocimiento de casos sobre todo de menores que son llevadas al país vecino por gente de sus propias comunidades, bajo la promesa de pagarles ciertas sumas de dinero.

“Vienen incluso con contratos de trabajo, que son firmados por los padres, se deja un adelanto a cuenta de pago, pero al llegar a este país les retienen sus documentos, no se les dejan salir solas, siempre están acompañadas y se les amedrenta con la Policía”, relató Zulena Montero, presidenta de dicha asociación.

Los bolivianos en Argentina mueven gran parte de la economía de ese país, trabajando para grandes marcas nacionales y extranjeras. Además crean una red de ferias populares, similares a la de la 16 de Julio en La Paz, como la denominada “La Salada”, que es considerada la más grande de toda Latinoamérica.

pedido. Grima recordó que en una ocasión, cuando se intervino un taller textil ilegal en Buenos Aires, el momento en que los oficiales de justicia iban a cerrar el lugar, fueron las propias víctimas las que les pidieron que no lo hicieran.

“El funcionario les explicó que eran víctimas de explotación laboral y de trata, pero una de ellas dijo: ¿Usted sabe cómo vivía yo en Bolivia? Para ellas esa situación de explotación era como vivir en París (Francia) en comparación con el lugar donde vivían, y esa situación de vulnerabilidad se debe erradicar en nuestros países”, enfatizó.

Los bolivianos rescatados vivían en condiciones infrahumanas —según relató Grima—, dormían en una sola cama por turnos, mientras otro grupo trabajaba; les quitaron sus documentos y no salían del lugar. “No eran conscientes de que eran víctimas de un delito”.

Aseveró que la mejor forma de prevenir este delito es mejorar la democracia en cada uno de los países de Latinoamérica, para que todos los ciudadanos puedan acceder plenamente al ejercicio de sus derechos, económicos, políticos y civiles, y logren vivir en condiciones de dignidad humana.

Para el sociólogo e investigador Alfonso Hinojosa, esta problemática tiene que ver con los actores que se aprovechan de las necesidades de un sector de la población y generan procesos de tráfico de personas.

“Hay que ver cómo las emisoras de radio y las agencias de empleo captan, de manera pública, a gente joven que es llevada con engaños a Buenos Aires y últimamente con más fuerza hacia Sao Paulo (Brasil). Estos actores camuflados generan ganacias traficando con seres humanos”, denunció.

Otro elemento que destaca son los niveles de explotación que, según él, responden a la lógica del sistema capitalista de la manufactura en estas grandes ciudades, que están ligadas a la terciarización del trabajo.

“Sao Paulo hoy es el mayor demandante de la mano de obra y en medio de eso se dan estos procesos de tráfico de personas, en los que se cometen abusos de todo tipo”, reiteró.

mirada. Gustavo Morón, abogado boliviano, quien tuvo a su cargo muchos casos de éstos en el país vecino, tiene otra mirada de esta problemática.

“Los funcionarios (argentinos) hipócritamente se asombran cómo trabajan miles de inmigrantes bolivianos, sin tomar en cuenta que uno cuando migra empieza de cero y debe trabajar de lunes a lunes”, dijo el entrevistado.

A esto se suma —agregó— la inexistencia de control de parte del Gobierno argentino a los fabricantes de ropa de marca, que para evadir impuestos contratan trabajadores en forma irregular y pagan miserias.

Morón atendió tres casos en los que la Justicia sobreseyó a los acusados, porque no se comprobó que haya habido trata de personas.

Dos repatriadas de Brasil y Perú

Dos mujeres víctimas de trata con fines de explotación laboral y sexual fueron repatriadas de Brasil y Perú este año por la Dirección Nacional de Trata y Tráfico, dependiente del Ministerio de Gobierno.

Yubitza C. U., de 25 años, fue encontrada en las calles de Corumbá, un municipio brasileño del estado de Mato Grosso, completamente dopada y fue remitida al Consulado boliviano, de donde se comunicaron con la Dirección de Trata y Tráfico, y esta repartición hizo las gestiones para que la joven fuera trasladada al país en abril de este año y remitida a un hospital psiquiátrico, debido a que padece de esquizofrenia.

“Tuvimos que recogerla en una ambulancia de la terminal, a donde llegó acompañada de personal del Consulado”, relató Marco Baldivia, asesor jurídico de esta dirección.

Otra adolescente de 16 años fue repatriada en julio del centro minero La Rinconada, en Puno, Perú, donde fue explotada sexualmente.

Según Baldivia, en esta región existen varias menores de edad explotadas sexualmente y aseguró que están realizando las gestiones, mediante el Ministerio de Relaciones Exteriores, para que se pueda coordinar un trabajo de investigación.

El viceministro de Justicia y Derechos Fundamentales, Diego Jiménez, dijo que desde 2014 se han repatriado 158 personas víctimas de trata en el extranjero.

Explotación sexual en países de la región tiene al menos 4 orígenes

El programa Stepping Stones promovió investigaciones en cuatro países de la zona

La trata con fines de explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes tiene diferentes orígenes en los países de la región. Una investigación en cuatro naciones determinó que el turismo, el auge de la minería, el petróleo y el criadazgo son algunos de los focos de este delito.

En el marco del programa Stepping Stones se realizaron investigaciones con relación a esta problemática en países como Brasil, Perú, Colombia y Paraguay.

En Brasil, el Centro Humanitario de Apoio à Mulher (CHAME) desarrolló una investigación en la que determinaron que existe una relación bastante íntima entre la migración, el turismo y la trata.

“Jóvenes de diferentes estados son llevadas a puntos turísticos y hospedadas en hoteles donde se abastece el turismo, siendo explotadas sexualmente”, establece el estudio.

Las adolescentes permanecen aproximadamente tres meses en un lugar, después son transportadas para otros puntos. “Nadie sabe los destinos a los que son llevadas. Se quedan en una especie de ‘sistema de cárcel privada’, con sus derechos humanos y libertades fundamentales absolutamente vulnerados”.

La investigación apunta a que el Gobierno brasileño buscó la “higienización” de zonas conocidas como puntos de prostitución y explotación sexual, de modo que durante la realización de la Copa de las Confederaciones y la Copa del Mundo la ocurrencia de este mal no sea tan visible, aunque igual ocurrió.

En Colombia, la Fundación Renacer realizó un estudio exploratorio que determinó que la actividad minero-extractiva y la explotación sexual van ligadas.

Los investigadores observaron que en los campamentos o caseríos ubicados en las minas, alejadas del casco urbano, hay niñas y adolescentes en situación de prostitución que desempeñan actividades, como elaborar comida para los obreros o atender negocios donde se expende alcohol. Estas actividades las realizan, casi siempre, en compañía de sus madres.

De acuerdo con el documento, en estos caseríos no existe injerencia ni control de las autoridades, pero sí hay presencia de grupos armados que controlan el movimiento y reciben impuestos de los dueños de las minas sobre la producción de oro.

La producción petrolera en ese país también estimuló el incremento de la prostitución, que de igual forma es controlada por grupos armados ilegales, según dicho estudio.

En Paraguay, la investigación determinó que el criadazgo, una modalidad de trabajo infantil en hogares de terceros (en Bolivia se conoce como padrinazgo), es uno de los principales problemas. “Nueve de cada diez adolescentes rescatadas de la trata de personas en Paraguay eran criaditas”.

El estudio en Perú determinó que la explotación sexual se da en “espacios públicos cerrados, especialmente en bares de ciudades diversas, en campamentos mineros, petroleros, madereros y también de puertos fluviales”.

Bolivia es parte del programa

La Fundación La Paz es parte del programa Stepping  Stones, y en ese marco realizó la investigación sobre “Rutas Críticas de Trata de Niñas, Niños y Adolescentes en Situación de Violencia Sexual Comercial en la Ciudad de El Alto”, donde se determinó 15 rutas al interior del departamento, al resto del país y al exterior.

Fuente: La Razón (Edición Impresa) / Kattya Valdés