Juicio en La Haya: La «batalla» comunicacional entre Chile y Bolivia tras el fallo de la Corte

La Presidenta Michelle Bachelet se encontró en el marco de la Asamblea General de la ONU con su par boliviano, Evo Morales. Foto: Vía Twitter.La algarabía y el optimismo total de las autoridades en La Paz contrastaron con los «sentimientos encontrados» que asumieron desde La Moneda, donde se sintió el rechazo del tribunal a la objeción de competencia, aunque siempre con confianza en lo que pueda ocurrir a futuro.

La Presidenta Bachelet se reunió en Nueva York con el equipo chileno en La Haya. Foto: Álex Moreno, El Mercurio
Mapa en mano, Ricardo Lagos dio su impresión sobre el fallo de La Haya. Foto: Luciano Riquelme, El Mercurio
SANTIAGO.- Dos escenarios para una misma noticia. Primero, el Palacio Quemado, en La Paz, donde el Presidente boliviano, Evo Morales celebraba con alegría el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), que rechazó las objeciones preliminares presentadas por Chile y se declaró competente para revisar la demanda marítima interpuesta por el país vecino. Kilómetros más al sur, en el Palacio de La Moneda, la Presidenta Michelle Bachelet –escoltada por ministros y parlamentarios- se mostraba confiada de cara al futuro, pese al fallo que a esa hora ya, muchos calificaban de adverso.
Pero lo ocurrido desde ese 24 de septiembre no quedó ahí y se ha extendido con el paso de las semanas. Primero, con voces disidentes en Chile, desde donde unos criticaron al agente chileno en La Haya, Felipe Bulnes, mientras otros expresaron la «necesidad» de que el país se salga del Pacto de Bogotá. Luego, con la plena confianza emanada desde el Gobierno boliviano, que habla de la necesidad de que «se haga justicia» con su pueblo e, incluso, ha llamado a las autoridades nacionales a sumarse a un diálogo para terminar con el conflicto.
Así, se dio paso a una «batalla» comunicacional y, más aún: al concepto de diplomacia pública, donde cada país, con virtudes y falencias, ha buscado perpetuar sus ideas ante la opinión pública de cara a lo que viene en La Haya. Aquí, recopilamos las reacciones y los anuncios hechos tras el fallo.

Los «sentimientos encontrados» y la confianza

«El fallo nos produce emociones encontradas. Por un lado, nos hubiese encantado que la Corte hubiese acogido la objeción de competencia presentada por nuestro país», partió diciendo desde La Haya el agente chileno Felipe Bulnes. Estas palabras reflejaron el «golpe» a las aspiraciones chilenas dado por el tribunal con el rechazo a la objeción presentada por el equipo nacional, aunque siempre recalcando que aún queda camino por recorrer, por lo que el optimismo permanece, aún considerando que con esta decisión, la justicia internacional no obliga a Chile la cesión de mar soberano.
Así lo enfatizó el propio Bulnes un día después del fallo, señalando a radio ADN que en Bolivia «simplemente están celebrando una contabilidad de votos, pero no el contenido ni las razones que están detrás del fallo. Y segundo, me da la impresión que el equipo boliviano está celebrando sobrevivir al juicio, que siga adelante. Si en realidad se concentran en lo que estaban buscando (…) la verdad es que tendrían admitir que su plan A se evaporó desde el día 24 de septiembre».
Y esto quedó refrendado con lo dicho por la Presidenta Bachelet minutos después de escuchar el fallo, argumentando que éste «no afecta en nada nuestra integridad territorial, y en ese sentido, Bolivia no ha ganado nada«.
Sin embargo, este mensaje se contrasta un poco con lo expresado después por el ministro del Interior, Jorge Burgos, para quien el fallo «desde el punto de vista procesal, fue un mal resultado para nosotros«, aunque insistió en que esto no cambia el fondo, por lo que «no hay ninguna razón para tener algún temor respecto de la sólida posición jurídica chilena».
Las declaraciones del jefe de gabinete fueron respondidas por la propia Bachelet: «Es un mejor escenario que el que nos habíamos imaginado, que era el que la Corte hubiera podido determinar que para declarar su competencia iba a esperar a mirar el tema de fondo».
Esto se contrasta completamente con el ambiente festivo vivido desde un comienzo en Bolivia, desde donde destacó la unidad de todo el mundo político en torno a su anhelo de una salida soberana al mar. Así, el Presidente Evo Morales destacó que «estamos haciendo historia para el bien de todas y todos. Somos un país de paz, un Estado de diálogo».
Bajo esa misma consigna, el Mandatario altiplánico llamó a la «hermana Presidenta» Michelle Bachelet a un diálogo para tratar la demanda marítima, lo que fue rechazado enfáticamente por el canciller chileno, Heraldo Muñoz: «Por qué vamos a negociar bilateralmente, ellos escogieron ir a La Haya».

La ofensiva boliviana

Pero Bolivia no se quedó con esas palabras y siguió con el tema. Así, ha sido común ver y escuchar a Evo Morales con frecuencia sobre lo que se viene en La Haya, ocasiones en las que también ha aprovechado de repasar a las autoridades chilenas. Una de ellas fue la Presidenta Bachelet con quien, aseguró, tuvo acercamientos para conseguir una salida al mar, «pero unilateralmente el 2010 el Gobierno de (Sebastián) Piñera abandonó el diálogo y después no tuvimos otra alternativa que ir a la demanda para que Chile cumpla sus compromisos».
Estos dichos fueron aclarados por el ex Presidente Ricardo Lagos, quien descartó que en algún momento haya existido «una discusión de soberanía» con Bolivia. «A lo que hizo referencia el Presidente Evo Morales, es a una etapa de negociaciones que son muy largas. A mí me correspondió durante seis años conversar con seis presidentes bolivianos», agregó.
Así, el Mandatario boliviano ha recalcado su esperanza en que «pueda iniciarse el diálogo con Chile», enfatizando de todos modos de que «tarde o temprano volveremos al Pacífico con soberanía». Aunque de todos modos, Morales ha insistido en su crítica a cómo los gobiernos chilenos han tomado este tema, motivo por el cual, aseguró «no es casual la frase de Chile ‘por la razón o la fuerza‘».
A los dichos de Morales se suman las declaraciones del vocero internacional de la demanda boliviana, el ex Presidente Carlos Mesa, quien incluso visitó Chile hace unos días con un discurso abierto al diálogo y centrado en la «obligación» de Chile para negociar una salida soberana al mar, lo que tendrá que decidir la CIJ.
La visita de Mesa incluso llamó la atención en Chile, y fue el diputado Jorge Tarud quien emplazó a las autoridades bolivianas a entrevistar al canciller Muñoz y a Felipe Bulnes en la televisión altiplánica, lo que fue aceptado desde La Paz y también por el ministro chileno.

El «factor Bulnes» y la aparición de otros rostros

Otro aspecto que ha traído problemas a las autoridades chilenas ha sido la figura del agente Felipe Bulnes, quien fue elegido para tratar esta materia durante el Gobierno de Sebastián Piñera y posteriormente respaldado por Michelle Bachelet. Así, diputados oficialistas cuestionaron la dedicación exclusiva del agente a la causa marítima.
Sin embargo, el abogado ha recibido el respaldo total del Gobierno, quien fue evaluado positivamente desde La Moneda. Asimismo, la Presidenta Bachelet lo confirmó como agente para la etapa venidera de este juicio.
Otro problema ha sido la aparición de parlamentarios de todos los sectores que han exigido el retiro de Chile del Pacto de Bogotá, y así evitar demandas como la boliviana o la peruana. Esto ha sido bastante criticado por expertos en derecho internacional, quienes llaman a poner adelante los temas jurídicos antes de los políticos.
Finalmente, un último factor que ha marcado los días post La Haya ha sido la aparición de distintos «rostros» que han opinado sobre este tema. Figuras parlamentarias, ex ministros y ex Presidentes han aparecido en los medios de comunicación respaldando la postura chilena y criticando la boliviana.
Nombres como los ex cancilleres Alfredo Moreno y José Miguel Insulza, o los ex Presidentes Eduardo Frei, Sebastián Piñera y Ricardo Lagos -este último con mapa en mano explicando cuánto territorio ha perdido Bolivia en su historia- se han manifestado sobre esta materia.
Ahora, sólo queda esperar qué pasará en los meses venideros, en una demanda que tiene para mucho rato.
Por Ramón Jara A., EL MERCURIO, CHILE