La debilidad institucional afecta a la democracia boliviana

Hoy se recuerda la restauración de la democracia tras los golpes militares. En el proceso de consolidación hay puntos altos, como la inclusión social, pero también bajos, como la reelección.uno de los avances la inclusión social es considerado un logro de la democraciaUno de los avances la inclusión social es considerado un logro de la democracia. El presidente Evo Morales permitió la presencia de los sectores sociales en las decisiones del Estado. ABI.Iván Paredes Tamayo, EL DEBEREl 10 de octubre de 1982 asumen el poder Hernán Siles Zuazo y Jaime Paz Zamora. Ambos tenían temor y no sabían cómo iba a ser su gestión. Ese día, la democracia fue restaurada en el país después de las dictaduras militares y hasta hoy recorrió 33 años con altibajos y defectos. Ahora, este sistema plural, según analistas y opositores, está amenazado y distorsionado por el pedido de la re-reelección presidencial, empero, a consideración del oficialismo, la democracia fue recuperada por Evo Morales tras ser “usurpada” por gobernantes neoliberales.Con la renuncia de Luis García Meza, en agosto de 1981, no terminaba esa postura dictatorial que asumieron los militares para llegar al poder. Esa línea represiva de las Fuerzas Armadas fue continuada por el general Celso Torrelio. Sin embargo, Guido Vildoso asumió el mando y convocó a elecciones, desestimando, de este modo, convocar al Congreso elegido en 1980. Al final, Siles Zuazo fue elegido por el Parlamento proveniente de las elecciones de 1980.La propuesta de restituir ese Congreso proviene de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia y fue hecha, inicialmente, durante la gestión de Torrelio y reiterada con el general Vildoso.“Era la gran epopeya, había conciencia de que se marcaba una nueva época. En Bolivia se vivió la restauración de la democracia, no había certeza, seguro que había temor, porque éramos los únicos, ya que los partidos políticos habían crecido junto al golpismo civil-militar”, recordó a EL DEBER Jaime Paz Zamora, que en octubre de 1982 juró como vicepresidente de la República.García Meza fue el último dictador. Salió del poder con el pulgar abajo de la Junta Militar. Su gestión estaba empañada por la corrupción y el narcotráfico. Pero eso no garantizaba un paso seguro al proceso democrático. El general Torrelio intentó llamar a elecciones, pero fue excluido de las FFAA. Luego Vildoso creó una especie de reconciliación, pero la democracia no estaba garantizada. Paz Zamora rememoró que el reto era “sobrevivir” a ese momento. “Teníamos problemas por el conflicto social y por temas económicos, eso por la hiperinflación, que al final fue gracias a la oposición que no dejaba gobernar”, dijo.El apoyo sindicalLa seguidilla de golpes de Estado y gobiernos de facto encabezados por miembros de las Fuerzas Armadas fue de 1964 a 1982, desde René Barrientos hasta Guido Vildoso. En esa triste época para el país surgieron luchas sociales que de algún modo fueron apagadas por los militares. Uno de los actores que intentó eliminar las dictaduras fueron los mineros. El exdirigente y exministro de Minería José Pimentel recordó que los militares intentaron acabar con el sindicalismo en esa época.“Esta lucha de los mineros desde 1964 hasta 1982 realmente nos mostró como verdaderos defensores de la institucionalidad constitucional, pero también defensores del proceso democrático”, detalló Pimentel a este medio.Según el Observatorio de Derechos Humanos y Políticas Sociales, 2.258 personas fueron víctimas directas solamente en la dictadura de García Meza, que fue la más sangrienta. De esa cifra, 1.873 son varones y 385 mujeres.El exdirigente sindical y disidente del Movimiento Al Socialismo (MAS) Filemón Escobar recordó que los sectores sociales “soportaron” las arremetidas militares y había una especie de alianza con partidos de izquierda, como el MIR de esa época.A 33 años de la recuperación de la democracia, en Bolivia existen coincidencias de que el sistema plural tuvo altibajos desde que Siles Zuazo asumió el poder, aquel 10 de octubre de 1982. Estos vaivenes, ahora, se hacen claros en los avances, pero también en los retrocesos.Expertos destacaron avances en democracia participativa, el fin del monopolio de partidos políticos, la apertura a otro tipo de organizaciones para la participación de elecciones, las autonomías y la inclusión de sectores antes excluidos.Dentro de los retrocesos se apuntó a la debilidad institucional de los partidos políticos; la tergiversación de la participación de organizaciones sociales corporativas; la crisis política de 2003, que provocó la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada; el conflicto en la Asamblea Constituyente, en 2008; la represión a indígenas en Chaparina, en 2011, y la intención de buscar una nueva reelección de Evo Morales.El politólogo Romano Paz pone en el tapete el último retroceso en este periodo. Para él, evitar la alternancia de poder “hiere gravemente” a la democracia. “En este sistema, la alternancia de poder es algo básico, es algo elemental. Que busquen eternizarse en el trono es algo que hiere gravemente a la democracia”, consideró.En otra percepción, la analista María Teresa Zegada destacó que la inclusión social que logró Evo Morales es uno de los avances en esta etapa. Al otro lado, la experta afirmó que la búsqueda de una reelección y la crisis de 2003 son hitos que dañan la democracia.Esa línea es validada por la oposición. La diputada Norma Piérola dijo que con el MAS existe una “mala calidad de la democracia y muchos retrocesos”, esto por la intención de continuar en el poder, corrupción y la represión indígena.Otra postura tiene el diputado Tomás Monasterio. El legislador señaló que desde 2006 hubo eventos que hicieron que “la salud de la democracia no sea la más deseable”.Al frente existen voces diferentes. El presidente del Senado, José Gonzales, consideró que la democracia tuvo más avances que retrocesos con Morales. Destacó la inclusión social, la apertura política a sectores excluidos y la defensa de derechos humanos y de la naturaleza, entre otros. Sobre la reelección, dijo que no se está “vulnerando ninguna norma”.El ministro de Defensa, Reymi Ferreira, dijo que la reelección no daña el proceso y aseguró que la democracia está garantizada con la participación de las Fuerzas Armadas, algo impensable hace 33 años.