Teatro, puro teatro

ROLANDOKRolando Tellería A.*Después de casi 10 años en el poder, está claro para gruesos segmentos de la población, sobre todo para las clases medias urbanas, que el Gobierno del Movimiento Al Socialismo es puro teatro. Cuando tomaron el poder, luego de la larga noche neoliberal y el aplazo de los partidos tradicionales, prometieron sustanciales cambios. Pregonaron una revolución, una nueva forma de hacer política, adjudicándose la última reserva moral del mundo. A estas alturas, sin embargo, se visibiliza toda una falsedad bien ensayada. Envilecieron la política igual, o tal vez peor, que sus antecesores. Todos los postulados que exclaman a los cuatro vientos, desde el socialismo hasta la adoración y protección  de la madre tierra, son puro teatro.Suben el telón y evocan fervientemente al Estado Plurinacional, único en el mundo. Fuera de las tablas, sistemáticamente, discriminan e ignoran al resto de las 35 naciones reconocidas por la nueva Constitución e imponen radicalmente un Estado etnocentrista con rígidos parámetros de la nación aimara. Además, en alto grado, segregadores con todas las poblaciones, regiones y sectores que no comulgan la catequesis masista, siendo, en este panorama, los más afectados los “hermanos” indígenas de tierras bajas, últimamente arrebatados y expulsados de sus dominios por los llamados “hermanos interculturales”.Suben el telón, con una falsedad bien ensayada, encienden efusivos discursos en contra del mercado y el sistema capitalista con epítetos de toda laya. Fuera de las tablas, sin embargo, las élites dirigenciales azules, son los más fervorosos devotos del sistema capitalista. Sus hábitos de consumo “imitativo burgués”, que exhiben sin rubor, los denuncian cotidianamente.Fingiendo ser inmaculados, con estudiados simulacros y guiones de por medio, suben el telón y muestran una intensa lucha en contra de la corrupción. Ordenan, por ejemplo, con drama incluido, la intervención del ex Fondo Indígena, aprehenden e imputan a personal de bajo rango. Mientras que, fuera de las tablas, nuevos ricos “indígenas”, con millones de bolivianos en sus cuentas personales, campean sin escrúpulos por las calles de las ciudades.Con una impresionante parafernalia, aspirando su mejor actuación, organizan cumbres sobre el Cambio Climático en defensa de la madre tierra. Cierran el show con bailes tripartitos –Maduro, Correa y Morales-, mientras por abajo, ávidos e intensamente depredadores, ordenan la exploración y explotación hidrocarburífera en reservas y parques protegidos.Simulando iniciativas espontáneas de los “movimientos sociales”, impulsan la re-re-reelección, con libretos muy bien elaborados. Dividiendo en fases el espectáculo y guiones específicos para el Tribunal Supremo Electoral, aprobaron la pre-definida pregunta del Referéndum Modificatorio de la Constitución, claramente manipulada en pos del objetivo perverso de perpetuarse en el poder.Con matices melodramáticos, fingen colectas para su campaña por el SÍ. Dicen que donarán salarios, venderán ovejitas y coca para financiar la campaña. Fuera del escenario, utilizan intensamente toda la maquinaria que les otorga el manejo del Estado, desde el avión presidencial y el canal estatal, hasta los vehículos y las tarimas de las gobernaciones, fuera de los recursos fiscales. Teatro, puro teatro.Después de casi 10 años, felizmente, las clases medias más conscientes y menos manipulables, ya conocen ese teatro que a estas alturas lo conciben muy barato. Advierten que nada ha cambiado y  que el llamado “proceso de cambio” es puro teatro.*El autor es profesor de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Mayor de San Simón.Los Tiempos – Cochabamba