3 situaciones que pueden ponerte en contra de tus hijos ¡Evítalas!

Un conocido personaje decía: «Fue sin querer queriendo». ¿Lo recuerdas? (El chavo del 8). Y eso nos pasa a las madres, cuando algunas veces hacemos algo que puede ponernos en contra de nuestros hijos.

No es fácil hacer un autoanálisis, pero es bueno que de vez en cuando nos preguntemos qué mensaje le transmitimos a los hijos. ¿Por dónde empezar? Por estas tres situaciones…

#1 Criticar al otro progenitor

En la mayoría de los casos de padres que se separan, los hijos se ponen de lado de uno de los progenitores. Pero esto también puede pasar cuando no hay divorcios o separaciones.



Por ejemplo, el que tú le hables a tu hijo mal de su padre o que lo critiques puede confundirlo. En estos casos los hijos suelen aliarse del que parece más débil. 

Evita hablar mal de su padre con frases del tipo «Su padre siempre hace mal las tareas de la casa» incluso ¡aunque sea cierto! Intenta referirte a su padre siempre de forma neutral, sin echar culpas ni hablar mal.

#2 Amenazar a tus hijos

No es una buena idea hacerlo, al final los hijos se vuelven rebeldes. Cuando se los amenaza ellos sienten que están en inferioridad de condiciones (sobre todo en la etapa adolescente) y se fomenta una relación basada en la incomprensión. De alguna forma es como si hubiera una competencia por ver quién se sale con la suya.

Cuando necesites que tus hijos hagan algo, explícales con ejemplos claros en función de su edad qué es lo que necesitas para que les resulte fácil entenderte

 

#3 Aislarte, volverte antisocial

Los hijos necesitan que estemos ahí para ellos, nos quieren ver felices, activas y disfrutando de la vida porque de ese modo implícitamente les estamos dando el permiso para que ellos también los hagan.

Cuando los padres hacemos todo lo contrario, los hijos tienden a deprimirse, volverse desafiantes, se ponen en nuestra contra, se alejan y hasta se sienten culpables si en algún momento están felices o lo pasan bien porque saben que en casa las cosas no son así.

Así que… ¡permíteles ver que su madre tiene vida social!

Ser madres y padres no es fácil. Sin importar la edad que los hijos tengan, cada etapa de su crecimiento conlleva múltiples aprendizajes para ambas partes, por eso es conveniente estar muy atentas para evitar malos entendidos, interpretaciones erróneas e incluso actitudes poco afortunadas por nuestra parte de cara a los hijos. Esto podría ocasionar conflictos que, dependiendo la edad, pueden ser realmente complicados de solucionar.

Tratemos de mejorar cada día nuestra propia versión de cómo ser las mejores madres.Fuente: www.imujer.com