Durante su extensa alocución de casi 6 horas, entre bostezos y desmayos de los asistentes, Evo Morales planteó una visión idílica de la economía nacional, señalando que la caída de los precios internacionales de los hidrocarburos “no afectará”.Sin embargo, contradictoriamente reconoció que la gestión 2015 se cerró con un déficit fiscal del 6,6%.En otro pasaje de su discurso (verdadero mega-spot impuesto a los bolivianos mediante cadena nacional), el caudillo cocalero dijo que Bolivia se enfrenta a una “guerra económica” de los poderes imperiales.Esta imitación de la línea argumental madurista confirma el carácter dependiente de su gobierno, que suele repetir las consignas de Caracas y La Habana.Pero más aún, adelanta el tipo de sofismas que empleará el régimen a medida que la debacle económica se profundice: la baja de los precios “no afectará”, pero si lo hace (y lo hará) será una conjura imperialista.Es imposible no recordar a Ludwig von Mises, cuando decía que “si los socialistas entendieran de economía, no serían socialistas”…[email protected]