La salud vuelve a su realidad

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El conflicto que enfrenta a los médicos de Santa Cruz esconde un problema de fondo que lamentablemente no se está debatiendo. Los profesionales de la salud se estrellan contra el Municipio en demanda de contratos definitivos y el respeto a los derechos laborales previsto en la ley, cuando el destinatario de sus protestas debería ser principalmente el Ministerio de Salud

Tienen todo el derecho de protestar pero en principio, tanto los médicos como la Alcaldía (y la Gobernación en su momento), deben decirle la verdad a la población que últimamente ha estado viviendo con la sensación de que las cosas mejoran en el área de salud ya sea por los hospitales construidos y por algunas inversiones en equipamiento, cuando la realidad sanitaria no termina ahí.



Todas esas obras en el área de salud han sido producto de la bonanza económica que ha estado viviendo el país y que ha sido invertida especialmente en infraestructura, en hierro y cemento, porque es lo que se ve y lo que se traduce en un buen caudal de votos en las urnas. Pese a la abundancia de recursos el Gobierno central no hizo lo suficiente en la dotación de recursos humanos a los hospitales, carga que le transfirió de facto a los municipios y gobernaciones, que enfrentaron casi sin chistar esas responsabilidades, porque ambas instancias también se han beneficiado con mayor cantidad de ingresos.

En los hechos, el Ministerio de Salud le debe más de cinco mil ítems de salud al departamento de Santa Cruz, donde hay lindos y modernos hospitales que no tienen ni médicos ni enfermeras y donde todavía se pueden observar filas de enfermos esperando por atención porque no hay la capacidad humana suficiente. En otras palabras, el hormigón sirve muy poco cuando no hay los profesionales necesarios para diagnosticar y hacer los tratamientos. Eso se debe decir y repetir hasta el cansancio, pues de otra manera no habrá ninguna solución ni al conflicto ni a las necesidades de la ciudadanía.

Insistimos, la Gobernación y la Alcaldía han estado tratando de paliar la situación, siguiéndole el juego al centralismo, afrontando la contratación de personal temporal, haciendo gastos con recursos propios y otras fórmulas que hoy están comenzando a tambalear porque la bonanza ya se acabó y ahora todos están con las tijeras listas para recortar los presupuestos. Y como es tradicional en  nuestra política criolla, lo primero que se reduce es el gasto en salud, hecho que se está viendo y que es precisamente el origen del paro que se vive hoy en los hospitales públicos.

La paralización de actividades va a terminar, a lo mejor se encuentra otro paliativo para superar este conflicto y es posible que se busque alguna salida política al asunto. Lo lamentable es que al volver el periodo de escasez, los primeros “paga pato” serán los hospitales, los centros de atención primaria, la gente que necesita atención urgente, ese enfermo que viene de lejos y que apenas tiene para el pasaje. En otras palabras, nuestra atención sanitaria volverá a la realidad de siempre, con hospitales más grandes y vanguardistas, pero inservibles para aliviar a la población.

La Gobernación y la Alcaldía han estado tratando de paliar la situación, siguiéndole el juego al centralismo, afrontando la contratación de personal temporal, haciendo gastos con recursos propios y otras fórmulas que hoy están comenzando a tambalear porque la bonanza ya se acabó y ahora todos están con las tijeras listas para recortar los presupuestos.

Fuente: eldia.com.bo