«Estoy nerviosa, quiero verlo, abrazarlo y felicitarlo», dice Mercedes Calderón, una argentina de padres bolivianos que sigue a Juan Carlos Salvatierra desde que aceleró en el Dakar en 2011. Por sus raíces, Calderón siente la rojo, amarillo y verde hasta lo más profundo de su ser. «No tengo aún la doble nacionalidad pero igual quiero a Bolivia como si fuera mía», afirma mientras sostiene una bandera nacional en sus manos.
En el cierre del rally en Rosario, Mercedes acompañada de su esposo el vallegrandino Moisés Abraham luce inquieta y camina de un lado para otro. Su tema de conversación está enfocado en su ídolo ‘Chavo’ Salvatierra. La mujer en ningún momento pierde el foco del diálogo. Da la impresión de que puede hablar todo el día del piloto boliviano.
Calderón cuenta que el vínculo y el cariño que siente por Salvatierra nació gracias a la tricolor. «Con la de ahora ya son seis banderas que le doy a Chavo. No me ha devuelto ni una, pero eso no importa porque sé que se quedan en buenas manos», asegura.
‘Meche’, como la llama Salvatierra, ni bien vio a ‘Chavo’ sobrepasó la barrera de seguridad y con la bandera en la mano gritó al boliviano que no dudó en frenar su KTM para permitir que Calderón, su esposo y otros bolivianos se tomen fotos con el deportista y su mochilero ‘Cacha’ Rodríguez, que lo acompañaba rumbo al podio.
Para cerrar el momento de euforia de Calderón, ‘Chavo’ le pide su bandera (la tenía su esposo) que no duda en dársela. «Como siempre Chavo, como siempre», grita mientras se funde en un abrazo con el mejor piloto boliviano de motociclismo al que no duda volver a verlo en el Dakar 2017.
Fuente: diez.bo