Riesgos del referéndum

MANFREDManfredo Kempff SuárezSi ganara el “sí” en el referéndum del 21 de febrero próximo, está claro que S.E. y el actual “vice” serían los candidatos presidenciales el 2019. Finalmente, para eso se está modificando la Constitución, para darles gusto a ambos. Sin embargo, si triunfa el “no”, que es lo probable, nada asegura que S.E. y su “vice” no sean candidatos el 2019. Y nada asegura eso, porque como los masistas no tienen palabra, ¿a quiénes les puede extrañar que con sus dos tercios en la Asamblea no hagan una interpretación a su gusto del resultado y den vuelta la tortilla?Si gana el “no” a la reelección, al MAS le quedan cuatro años de gobierno por delante, lo que es tiempo suficiente para idear conjuras inconstitucionales. Nuestros anunciados temores de que S.E. ordene a la Asamblea, a través de sus bases, que se realice otra consulta en 2017 o 2018, son perfectamente posibles. ¿Va a confiar el país en la palabra de S.E.? ¿Acaso no estamos acostumbrados a que se burle de sus pactos? ¿No quedará herido porque este será un verdadero plebiscito que lo rechazará?A estas alturas del proceso de la consulta popular no sabemos qué se podría hacer al respecto. Pero es necesario que se apele a todas las instancias internacionales posibles en busca de una garantía para que el MAS no se burle de los efectos del referéndum si le es desfavorable. Todo lo que se haga en el país o esté por hacerse depende de los dos tercios en la Asamblea. “Señor secretario, sírvase verificar el voto”. “Hay dos tercios, señor Presidente”. Con solo esas dos expresiones todo se puede cambiar en Bolivia y cualquier iniciativa, por descabellada que sea, puede prosperar.No se debe confiar en la palabra de los masistas. No es confiable la palabra de S.E. No se puede fiar de lo que diga el “vice”. Es necesario proteger el “no” por el que votará la gente para que no sea manoseado y  burlado. S.E. sabe que si finaliza su mandato no se irá al Chapare a poner su chiringuito de chicharrones y pique macho. El “vice” sabe que tampoco se irá a dar clases de matemáticas o teoría política a una universidad. Ambos saben que si se alejan del Gobierno, lo que les espera, sin duda, será a un juicio de responsabilidades. Por eso no quieren ni pensar en dejar el mando. Son muchas las causas existentes para que vayan al banquillo de los acusados. ¿No hay razón entonces para que pretendan incumplir con el voto popular en febrero si les resulta adverso?El Deber – Santa Cruz