Los títulos del Vice y de Gabriela Zapata

88308_1_09Elizabeth Reyes*Llega a su fin la campaña por la re reelección. Y empiezan a surgir las lecturas, los análisis. Seguramente a la luz de las cifras que se den el 21 de febrero, los expertos en procesos políticos y comunicacionales darán sus veredictos. Y la verdad es que toda campaña nos deja algo, algún aprendizaje, alguna lección.Por ejemplo, quiero quedarme con una “hipótesis provisional”: esta campaña sirvió para que los bolivianos nos enteremos de ciertas cosas que estaban ocultas. Increíblemente, ocultas por años y años. El Presidente y su Vicepresidente habían tenido dos secretos muy bien guardados. Hizo falta un enorme esfuerzo de la prensa y de los ciudadanos en las redes para llegar al fondo de esos secretos. Evo Morales tenía muy bien guardada una relación sentimental con la señora Gabriela Zapata que tiene grandes contratos con el Estado; mientras que el Vicepresidente había escondido por muchos años el hecho de que nunca se graduó en nada, ni en matemáticas ni en sociología.El caso del Presidente es serio, reviste una enorme gravedad, por un posible tráfico de influencias y esta semana empezará a investigarse en una comisión conformada en la Asamblea Plurinacional. En cambio el asunto de los títulos inexistentes del Vicepresidente puede ser visto como un hecho de menor cuantía. Aunque no deja de resultar irónico que el hombre que se presentó como el “Campeón Intelectual” de los bolivianos, el hombre que “leyó 20 mil libros”, el político que se burló del intelecto de muchos e inclusos los llamó públicamente “tontos”, resulta que no había sido tan superior, sino un estudiante medio que abandonó sus estudios y por lo mismo no pudo defender su tesis.El caso no tendría nada de especial, sino fuera porque el Vicepresidente difundió por todos lados una supuesta excelencia académica que no había tenido. Es decir, imprudentemente, durante años se hizo “pasar” por lo que no era. Incluso en su propia libreta militar y en su biografía oficial engañosamente se decía Licenciado (¡dígame Licenciado!) y hasta magister.También los internautas mostraron estos días que Gabriela Zapata no tenía título de abogada, la relevancia de este hecho será evaluada por la comisión que investigará sus actividades empresariales. El caso del Vicepresidente es distinto, porque suponemos que el “dígame Licenciado” en el que incurrió no fue para sacar alguna ventaja económica, sino por puro afán de figuración, por consolidar un prestigio social que seguramente necesita y añora.Visto desde el lado positivo, el caso del Vicepresidente valida la propuesta del propio gobierno: hace falta más ímpetu en el trabajo de descolonización. No es anormal ni indigno no ser Licenciado,   lo realmente vergonzoso es ocultar lo que se es, camuflarse en títulos inexistentes. Nuestro Vicepresidente ha sido desleal con el principio andino del ama llulla (no seas mentiroso), y es evidente que necesita un curso acelerado de descolonización.*Ex diputada nacional y activista por los derechos humanos