¿Otra cumbre más?

yanezArturo Yañez CortesEn su kilométrico mensaje de campaña por el 21F que aprovechando sus 10 años de gobierno brindó el pasado 22 de enero, el presidente convocó a una nueva cumbre judicial, para abril próximo y hasta fijó su agenda: servicios de justicia, procedimientos, recursos humanos y financieros, infraestructura y designación de autoridades, entre otros (nada de la independencia…). Me extrañó, que sí en Bolivia -como algún ingenuo dice- los órganos son independientes del ejecutivo, cómo es que su cabeza, toma esa decisión que por donde se la vea es de incumbencia del judicial, esto sin desconocer la coordinación entre órganos. Seguramente eso explica que hace días atrás, dos altos cargos del Tribunal Supremo de Justicia, brindaron una conferencia, pidiendo –seguramente al presidente- que su Tribunal sea tomado en cuenta en la cumbre… judicial faltaba más…Pero más allá de ese detalle que no hace más que confirmar su dependencia al poder político y, pese al entusiasmo de varios de mis colegas que están puliendo sus propuestas y/o rescatando las koñichis que ya hicieron en la anterior cumbre del 2013 (que no fueron implementadas) me declaro -como optimista bien informado-, escéptico sobre los resultados de la nueva cumbre.Estoy plenamente de acuerdo que siempre será – en abstracto- una buena oportunidad que quienes operan el sistema y quienes toman decisiones de relevancia, se reúnan y discutan –espero libremente, sin quedar fichados- sobre sus aciertos y problemas, pero –salvando las excepciones que frecuentemente las resalto- parece improbable que el sistema sea salvado de su actual caída libre, por quienes han contribuido fervorosamente a ese estado, discurseando una cosa en público y haciendo otra cuando tocan la guitarra. Es muy fácil pontificar sobre la independencia de la justicia en solemnes actos -que a los abogados nos encantan- y otra, más tarde cuando toca resolver un caso, presionar para el resultado y/o aceptar presiones o hasta como decía algún ex capo, meterle de oficio a favor del gobierno, para evitarse “problemas”… ¿Pruebas? Me remito a las estadísticas de la Defensoría del Pueblo que muestran que las principales operadoras del sistema de justicia, son las campeonas por denuncias de vulneración de DDHH.No obstante, podría ocurrir que en un repentino y espectacular arranque, finalmente nos sinceremos, lo que a mi juicio llevaría a identificar el problema fundamental de la justicia: su falta de independencia respecto de una serie de poderes, principalmente del partidario o político. Ahí surge la explicación que en la agenda definida por el presidente, ese urticante tema no aparezca (las razones son obvias…) lo que explica mis reservas a esta nueva cumbre, en la que seguramente como en la anterior, se discutirán lo que antes ya se trató e incluso se maquillarán otras nuevas conclusiones, para que todo siga igual o peor. Puro gatopardismo…Mis reservas encuentran sustento porque por muchas cumbres que se hagan, acertados diagnósticos y hasta sesudas soluciones que se construyan, el calamitoso estado de la justicia no cambiará si la clase política – la de hoy, la de antes y me temo la que vendrá- no esté dispuesta a que los jueces le pongan frenos al ejercicio del poder político, precautelando los derechos de las personas, frente a todos los poderes fácticos, incluyendo a los del partido gobernante (cualquiera sea, por si acaso), de los medios, dinero y otros que hoy intervienen impunemente. Negarlo es un agravio a la inteligencia. Así que no nos sigamos engañando, el problema de fondo –no el único- es la independencia de la justicia y eso no se arregla con cumbres más largas y reiteradas que la cordillera de los andes, sino con sinceridad y voluntad política, que no existe cuando se delira no sólo tener el gobierno for ever sino el poder…total: “No son los deberes lo que quitan a un hombre la independencia: son los compromisos”. Louis De Bonald.Correo del Sur – Sucre