Petróleo, propiedad privada y tiranía

javier-paz-garciaJavier Paz GarcíaBusque la lista de los 10 países con mayor producción de petróleo y notará que, con la excepción de EEUU y Canadá, todos son dictaduras o frágiles democracias plagadas por populismos ineficientes, mucha corrupción y pobreza.¿Por qué los grandes productores de petróleo no pueden tener el nivel de desarrollo y estándar de vida que EEUU, a pesar de sus vastos recursos naturales? La respuesta está en la diferencia del marco institucional, es decir, en las diferentes reglas de juego que tiene cada país y uno de los aspectos más importantes, aunque no el único, es el régimen de propiedad privada. EEUU tiene un alto grado de respeto y protección a la propiedad privada, hasta el punto que los recursos naturales como el petróleo son propiedad de quien es dueño de la tierra donde se extraen. Esto tiene muchas implicancias, entre las que se encuentran los incentivos privados para explorar, producir, ser eficiente e innovar en un marco competitivo que premia a las mejores empresas y asigna eficientemente los recursos, además favorece la diseminación del poder económico en muchos dueños, lo cual significa una desconcentración del poder político.En la mayoría de las naciones petroleras, este recurso pertenece al Estado. Esto crea un monopolio que genera ineficiencia y frena la innovación. En lo político genera gobiernos clientelistas, fortalece el poder del Estado en detrimento de los ciudadanos y de la democracia, y genera incentivos para que grupos de poder controlen el Estado en beneficio propio. Por lo tanto, no es coincidencia que la mayoría de los países petroleros sean dictaduras, democracias débiles, regímenes plagados de corrupción y altos niveles de pobreza.En general, el mayor argumento para justificar el control del Estado sobre los recursos naturales es el de reducir la pobreza y evitar la riqueza excesiva de unos cuantos. En la realidad sucede lo contrario, la gente sigue pobre, es mantenida contenta con algunos subsidios y una pequeña élite política es inmensamente beneficiada. Es tan fuerte la relación entre el control de los recursos naturales y el auge de tiranías que difícilmente los actuales regímenes populistas de América Latina, especialmente en Venezuela, Ecuador y Bolivia, hubieran surgido y se hubiesen mantenido de no ser por el alto precio del petróleo. Aquí se da una paradoja interesante. El mayor producto de exportación de estos países se convierte en la causa de sus problemas políticos, en la causa de la ausencia de derechos civiles y de la perpetuación de la pobreza.El Deber – Santa Cruz