Alê Abreu: “Estamos construyendo nuestro lenguaje”

ENTREVISTA
       
 Director de cine 

EL DEBER conversó con el director del filme que estuvo nominado a mejor película de animación en la pasada ceremonia de los Premios Óscar

La producción brasileña se distribuyó en más de 80 países

La producción brasileña se distribuyó en más de 80 países

Cuca, un niño que vive en una granja, sufre la partida de su padre, por lo que decide ir a buscarlo. A lo largo de su viaje descubrirá un mundo industrializado que refleja los problemas de la globalización.



Con esta historia titulada El niño y el mundo, Alê Abreu logró ser parte de la ceremonia de los Óscar de este año donde el filme compitió por mejor película de animación. Finalmente un gigante como Pixar se llevó la estatuilla gracias a Intensamente, pero el cineasta brasileño logró dar a conocer su trabajo con mucho orgullo. El director afirma que la animación en el continente está en periodo de construcción y le augura un futuro muy venturoso.

Contame del documental sobre Latinoamérica que inspiró a tu película…
Este proyecto lo pensé a partir de la música de protesta de los años 60, 70 y 80. Descubrí entonces el trabajo de Violeta Parra, de Víctor Jara, de la Nueva Trova cubana y muchos otros que también me inspiraron.

En medio del proceso encontré en uno de mis diarios de anotaciones el niño como un pequeño dibujo que había hecho en medio de la investigación. Cuando miré por primera vez este dibujo tuve la sensación de que este niño me estaba llamando para conocer su historia. Entonces puse el proyecto de canto latino de lado y me puse en las manos de este niño.

La película tiene dos grandes lenguajes, se puede ver el lenguaje musical y también se puede ver el de los colores…

Los colores para mí siempre fueron un trabajo muy intuitivo. Pensamos en los comienzos de la película cuando aparece todo blanco.

Ese blanco para nosotros es un espacio metafísico que indica de dónde venimos y para dónde vamos. Cuando pienso en el mundo es como una cosa de la construcción de los hombres, el mundo que los hombres construyeron. Y cuando pensé en este niño llegando a este mundo, fui simbolizando las cosas como pequeños colores que se van representando a través de los ojos de los niños.

¿El filme es una representación del actual modelo económico brasileño?
No solamente del brasileño, es como la representación histórica de todos los países de América Latina. Países que nacieron explotados hace años, y hasta hoy tenemos muchas de estas condiciones en nuestras políticas, en la relación económica.

Yo pensé mucho en estos países, en el mundo donde todo es abierto para los productos, pero es cerrado para las personas. Qué podemos hacer como ciudadanos por nuestros países si no tenemos siquiera condición de controlar nuestras propias historias.

¿Qué tan determinante es el presupuesto a la hora de narrar una historia? por ejemplo, si hablamos, por un lado, de Disney y, por otro, de una producción de animación en Sudamérica…
Nosotros estamos practicando el cine de animación.

Estamos construyendo nuestro lenguaje. Porque el lenguaje del cine es lo más importante, es el lenguaje del arte.

En Brasil tenemos una animación muy fuerte en este momento. Tenemos una industria y muchos proyectos de animación, no solamente para el cine sino también para la TV. Yo pienso que es muy importante que tengamos nuestra forma.

Gabriel Osorio, el director del corto ganador del Óscar Bear story me dijo que lo que le faltaba a la animación en Sudamérica es tener un intercambio de ideas, como sucede en Europa.

No solamente en la animación, sino en general. Tenemos que tener más diálogos entre los países de América Latina. Yo estuve en Chile el año pasado en el Festival Chilémonos, y una de las cosas que hablaron mucho allá era sobre la aproximación muy necesaria e importante de los países del continente.

¿Qué opinás de las protestas y el intento de destitución de Dilma Rousseff?
Yo pienso siempre en la democracia, que es importante, no solamente es una conquista de Brasil, sino una conquista muy reciente e histórica para la mayoría de los países de América Latina. Pienso que el proceso contra Rousseff es una fuerza muy peligrosa contra la democracia

Fuente: eldeber.com.bo