PACIENTES. Algunos de los niños que fueron detectados oportunamente con este mal hoy se encuentran bien de salud.La responsable del Programa de enfermedades No Transmisibles de la Gobernación, Roxana Barbero, informó que de 81 mil niños nacidos vivos por año en Santa Cruz, un promedio de 33 nacen con hipotiroidismo congénito o retraso mental.
Esta anomalía que antes no podía ser detectada sino hasta los primeros años de vida, ahora puede ser reversible a través de la prueba del talón y bajo un tratamiento continuo y de por vida que deberá realizar el niño afectado. Según la médica, desde la creación del programa de prevención en el 2009 hasta el 2015 se han logrado detectar 82 casos de 197 mil muestras.
El número reducido de esta identificación se debe a que la cobertura del programa solo llegaría al 52% del público meta, presumiblemente debido a que el personal de esta área no estaría realizando las pruebas como deberían, y la otra variable es que ante la incorporación de este programa en los seguros sociales de salud y la no obtención de datos que se procesan por estos casos no se tendrían las estadísticas completas.
‘‘Todavía nos falta mucho por correr, por un lado que el personal de salud haga las muestras y por otro que las madres lo exijan y si han tenido a su bebé en una clínica privada puede ir a un centro de salud y solicitarla de manera gratuita porque está cubierto por el seguro materno infantil que realiza el tratamiento gratuito hasta los cinco años de vida”, dijo Barbero, al señalar que lo aconsejable es hacer la prueba a las 48 horas de nacido y en casos extremos hasta la primer semana, porque de esta manera se evitará el desarrollo inmediato de esta patología para iniciar precozmente su tratamiento.
La médica resaltó que esta prueba es gratuita en todo el sistema público de salud, porque en la parte privada tiene un costo de 50 a 100 dólares aunque con una ventaja de poder detectar hasta 15 tipos de enfermedades, sin embargo la ofrecida en los tres niveles públicos ha aumentado a tres enfermedades más entre ellas: fibrosis quítica, hiperplasia drenal y fenince tonuria.
“Lo importante es que el niño nunca abandone su tratamiento, porque han pasado casos que han sido detectados y han seguido su tratamiento con mejoras impresionantes, pero al verlos bien los padres decidieron suspender las medicinas al tiempo que el niño quedó con retardo mental”, concluyó.
TEXTO: NOELIA GUTIÉRREZ
Fuente: La Estrella del Oriente