La F-1 alista motores

El GP de Australia inaugura la temporada 2016 de la categoría reina del mundo del motor. La lucha entre Mercedes y Ferrari será más cerrada.



El gran circo de la Fórmula 1 inicia el domingo en Melbourne con el Gran Premio de Australia, y el mismo coctel de siempre: un tercio de deporte, otro de espectáculo y un tercero de “business”. El duelo en la cima entre Mercedes, el dominador de los dos últimos años, y Ferrari, apasionará sobre todo a los aficionados alemanes de Sebastian Vettel y Nico Rosberg, los ingleses que apoyan al campeón Lewis Hamilton, y los italianos de la “Scuderia”. La temporada 2016 contará con 21 episodios, de marzo a noviembre, en las cuatro esquinas del mundo, con una gran novedad, el Gran Premio de Europa en Bakú (Azerbaiyán) y una escudería debutante, la estadounidense Haas F1.



Será un torneo cerrado. El escenario deportivo es prometedor, con un casting de alta gama: cinco campeones del mundo (Hamilton, Vettel, Kimi Räikkönen, Fernando Alonso y Jenson Button) en las tres grandes escuderías (Mercedes, Ferrari y McLaren), un segundón con un papel principal (Rosberg) y 16 figurantes, confirmados o debutantes, que querrán dejar sus señas en el Mundial. El campeonato promete, a diferencia de los últimos años (por el dominio de Red Bull primero y de Mercedes desde hace un par de años), mucha emoción, ya que las diferencias en pretemporada se han acortado si se hace caso a los tiempos registrados en las dos sesiones de entrenamientos de pretemporada celebradas en Barcelona. El espectáculo de la F1 depende mucho de lo que pase en la pista, pero no solo eso, ya que es una disciplina que atrae mucho a conocidos empresarios y personajes “people” que no dudan en dejarse fotografiar en la parrilla de salida minutos antes de cada GP.

Los intereses priman. Como hay estrellas, colorido y ruido y, además, se corre rápido y hay emoción, las televisiones de todo el mundo adoran la F1. Esto ha sido clave para que Bernie Ecclestone, de 85 años y patrón del campeonato a través de Formula One Management (FOM), haya hecho fortuna, ya que las televisiones se siguen “peleando” por transmitir en directo las carreras. La prueba es que cuando la BBC inglesa decidió no dar más la F1 a finales de 2016, los derechos fueron adquiridos inmediatamente por su competidora Channel 4. La F1 sigue dando imagen, notoriedad, por lo que es un producto atractivo para los canales de pago, pese a que disminuyan las audiencias, ya que los ingresos siguen siendo altos: a los derechos de televisión hay que sumar lo aportado por grandes patrocinadores (como la aerolínea Emirates), los que pagan los VIP's por acceder al Paddock Club y, sobre todo, el canon que deben pagar los organizadores de cada carrera. Todos (es decir, 20), salvo Mónaco, ya que la carrera en el Principado es la única que no paga, considerada la más glamurosa de todo el año. El resto de organizadores pagan entre 21 o 26 millones de dólares en Europa y hasta 41 millones en Asia u Oriente Medio por un comercial turístico que dura todo el fin de semana.

Mueve millones. Es una cifra que fascina a la prensa económica: la F1 generó en 2014 unos ingresos de $us 1.352.000 millones, de los que 175 fueron para la empresa de Ecclestone en concepto de «comisión de gestión». Eso pese a que el veterano dirigente británico admitiese en febrero que «no pagaría por llevar a mi familia a ver un GP». Los dos tercios de los ingresos comerciales de la FOM (es decir, 863 millones en 2014), se reparten -de manera desigual- entre las diferentes escuderías, para cubrir una parte de sus gastos. Según la revista británica Autosport, Sauber recibió $us 44 millones en 2014, mientras que Mercedes obtuvo 126 millones, Red Bull 156 y Ferrari 164, bonus incluidos. Las escuderías Force India y Sauber denunciaron el año pasado ante la Comisión Europea al considerar que con este reparto desigual se vulneran las leyes de la competencia. La mayoría de equipos salen adelante como pueden, por lo que las diferencias entre las más ricas y las más pobres no dejan de crecer. Eso ha llevado a algunos equipos, como Caterham a finales de 2014, a la bancarrota. El modelo de funcionamiento de la F1 es reflejo en miniatura del capitalismo mundial… pero dura ya desde 1950.

Fuente: eldia.com.bo