Mons. Ricardo Centellas: “La mayoría de los bolivianos quiere otra forma de Gobierno”

ENTREVISTA
  
MÁXIMO REPRESENTANTE DE LA IGLESIA CATÓLICA BOLIVIANA

  

pidió al gobierno no crear más incertidumbre Monseñor Óscar Aparicio habló desde Potosí con EL DEBER. Fue duro con el poder y consideró que el Gobierno debería apoyar más las obras sociales de la Iglesia

Pidió al Gobiernono crear más incertidumbre
Monseñor Óscar Aparicio habló desde Potosí con EL DEBER. Fue duro con el poder y consideró que el Gobierno debería apoyar más las obras sociales de la Iglesia

El referéndum constitucional del 21 de febrero ha marcado un antes y un después, incluso en el mensaje de la Iglesia católica. Si bien el clero siempre ha expresado su posición con relación a la realidad del país, esta vez sus palabras son mucho más críticas.



El arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, sorprendió el Domingo de Ramos con una homilía en la que pidió una “investigación imparcial, objetiva y libre de toda presión”, a propósito de la coyuntura política que vive el país con el escándalo del caso de Gabriela Zapata, la exnovia del presidente Evo Morales, y el presunto tráfico de influencias con una empresa china.

También cuestionó “la corrupción, el tráfico de influencias, la mentira y el engaño”. Al parecer no es una opinión aislada. EL DEBER entrevistó en exclusiva al presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), monseñor Ricardo Centellas, quien, desde Potosí, no tuvo reparos en decir que, el día del referéndum, los bolivianos dejaron muy claro que quieren “un cambio”.

_Como presidente de la CEB ¿cuál es su criterio sobre la situación que vive el país en este momento?
Como Iglesia siempre hemos manifestado nuestra opinión para que la realidad de Bolivia mejore. El último comunicado de la CEB, en noviembre de 2015, señala claramente que dentro de las preocupaciones es que se dé una atención adecuada y objetiva a los grandes problemas del país, como ser la violencia, el narcotráfico y la corrupción, por citar algunos.

Entonces, la preocupación de la Iglesia es constante en ese sentido para que todo boliviano pueda vivir con dignidad, y mientras haya marginados, pobres, gente que apenas tiene para sobrevivir, nosotros seguiremos reclamando, tocando puertas para que estos hermanos sean atendidos y puedan tener oportunidades de vivir dignamente.

_¿Bolivia está igual, mejor o peor en corrupción?
La corrupción ha crecido, no solamente en Bolivia, el papa Francisco en su carta que ha presentado a la Iglesia universal sobre la misericordia señala claramente que la corrupción es un problema mundial y la constante es la misma: donde hay corrupción los que sufren más son los pobres, los más descuidados, las personas olvidadas de este mundo, los descartables, como él los llama. Entonces, estamos en ese ambiente y lamentablemente en Bolivia hay muchos ejemplos que nos hacen ver con claridad que la corrupción ha crecido, no solamente se mantiene, sino que ha crecido.

_Hoy vivimos una coyuntura política especial, en la que los escándalos y las declaraciones incluso confunden a la población ¿Cómo ve todo esto?
Los últimos tiempos se han caracterizado por la incertidumbre en todo momento, en todo sentido, nada es seguro. La democracia madura va adelante cuando todos los problemas se tratan con la verdad, objetividad y seriedad. Cuando no hay claridad en torno a la lectura de lo que pasa en nuestro país, ya sea en cuestiones estructurales o cuestiones más pequeñas, entonces es muy difícil leer la realidad, por eso crece la incertidumbre, uno no sabe lo que realmente pasa.

¿Quién sabe en Bolivia lo que realmente debemos como deuda externa y como deuda interna también? ¿Exactamente cuánto debemos los bolivianos? No sabemos. Entonces, creo que hay muchos temas que se tienen que trabajar y abordar con objetividad y seriedad, eso es lo que hace falta y esto ayudará a que crezca la democracia. Es clarísimo, la democracia no crece con mentiras y medias verdades.

_¿Este clima de incertidumbre y desconfianza a qué nos puede llevar, si en el propio Gobierno nacional hay contradicciones?
Yo creo que hemos estado viviendo 10 años de incertidumbre y esto continuará mientras no haya objetividad en el tratamiento de los casos. En la última década en la justicia ¿qué de verdad podemos encontrar? ¿qué de imparcialidad podemos hallar? Muy poco. Entonces, esto va a continuar mientras no haya un cambio estructural en el país y el cambio estructural que necesita Bolivia es, por ejemplo, independencia de poderes. Cuando esto sea realidad, las cosas serán más claras, las cosas tendrán mayor objetividad y habrá mayor responsabilidad en todo lo que se hace y se proyecta. Mientras no se separen los poderes en Bolivia seguiremos así.

_Usted dice que Bolivia necesita un cambio, pero el oficialismo y el propio presidente Evo Morales proclaman que estamos en un “proceso de cambio”, ¿no se siente el cambio?
Yo creo que ha habido una buena intención, pero el cambio no es solo una buena intención sino que debe provocar un cambio de mentalidad y una nueva organización. Lo que Bolivia necesita es una organización donde se pueda palpar y mostrar con objetividad que hay independencia de poderes y eso actualmente no hay, entonces ¿de qué cambio estamos hablando?

Si hablamos, por ejemplo, de un cambio que nos muestra una inclusión social, eso está muy bien, pero no tiene que ser una inclusión social para producir otros excluidos o para crear otras élites; entonces, ese no es un cambio verdadero, es un cambio a medias. Por eso decía que la intención es buena, pero creo que en la práctica hemos conseguido poco en estos años.

_Monseñor Tito Solari dice en su libro que le ‘reelección’ indefinida pone en peligro la democracia; monseñor Sergio Gualberti también habló de la ‘tentación de endiosar al poder’ para satisfacción del propio ego y de sus intereses, ¿cómo ve usted el ejercicio del poder en Bolivia?
La democracia es que el pueblo tenga poder para decidir sobre su destino, es decir, para buscar el bien común y creo que eso no hay en Bolivia, porque todas las jornadas electorales que hemos tenido no responden a lo que realmente el pueblo quiere, sino son propuestas de algunos grupos que existen en Bolivia.

Entonces, lo que necesita Bolivia es que todos trabajemos para que haya unidad. Somos distintos, diversos, tenemos tantas maneras de pensar, de vivir, diferentes culturas, pero todos queremos el bien de Bolivia y por eso tenemos que unirnos. Si seguimos con las divisiones que últimamente hemos tenido por diferentes motivos, Bolivia seguirá en el subdesarrollo. Esta es la oportunidad que la historia nos regala para que podamos unirnos y trabajar juntos. Si no trabajamos en unidad, el país pierde y, por lo tanto, nosotros también.

_¿Se podría decir que la democracia se ha reducido a unos cuantos?
La democracia que tenemos en el país es muy débil no es fuerte porque la organización que tenemos tiene tendencias que no son democráticas; por ejemplo, no hay independencia de poderes, eso no es democrático. Hay que trabajar en ese sentido, eso puede funcionar si existe una unidad, una fuerte convicción de trabajar todos por el bien de toda Bolivia, de todos los bolivianos, no solamente por algunos, ahí está la clave.

_Y estas tendencias que no son democráticas, como usted dice, ¿pueden poner en riesgo el Estado de derecho?
Yo creo que en muchas ocasiones se ha puesto en riesgo el Estado de derecho, la misma incertidumbre genera esto; en ningún Estado de derecho se puede vivir en la incertidumbre, uno tiene que tener cierta seguridad. Nuestra democracia es muy débil, el Estado de derecho que tenemos no es suficiente, es como si tendríamos que caminar a paso firme y vamos lento y a veces vamos gateando, esa es nuestra realidad.

_Esta realidad que describe ¿de alguna manera puede hacer que el pueblo se canse y exija otra cosa?
Yo creo que Bolivia ha dado una voz en el referéndum, ahí se ve claramente que la mayoría de los bolivianos han indicado que quieren otra forma de Gobierno, otra forma de organización, otra alternativa y por eso habrá que trabajar. Yo creo que ya se ha dado ese paso el 21 de febrero.

_Entonces, ¿las autoridades y quienes ejercen el poder tienen que hacer una buena lectura de esto?
Indudablemente, a las autoridades y a todos los bolivianos nos toca trabajar los próximos tres a cuatro años para que esta nueva oportunidad no se la eche a perder, todo lo contrario, se la aproveche por el bien de Bolivia, pues todos queremos la consolidación de este país en este sentido y hay que trabajar por eso.

_El Gobierno de Evo Morales aspira a quedarse otros años más en el poder ¿es sostenible esto tal como estamos?
Yo creo que ahora ya estamos en otra lectura, había una inquietud en ese sentido pero el 21 de febrero para mí cambió, ahora es otro panorama y otra lectura que hay que hacer en Bolivia, y lo que tendrá que hacer el Gobierno es acabar de la mejor manera posible esta gestión (hasta 2020) o esta oportunidad que se le ha dado de gobernar, sobre todo atendiendo los puntos más vulnerables de su gestión y creo que lo más sensible es la cuestión de la salud. La salud en Bolivia es un punto muy vulnerable, hay cantidad de ejemplos en ese sentido y creo que en todas las regiones es lo mismo.

_Entonces, ¿el Gobierno tiene que abocarse más a terminar su gestión que a pensar en quedarse otros tantos años?
Por eso, el 21 de febrero es clave, ahí se dijo que queremos cambiar, entonces se va a dar ese cambio, y lo más normal y lo más objetivo para cualquier persona e institución es acabar bien, acabar de la mejor manera posible y creo que eso tiene que hacer el Gobierno.

Relación con el Gobierno
_¿Cómo califica la relación actual entre el Gobierno y la Iglesia católica?

Nuestra relación es formal, nosotros tenemos algunos acuerdos y convenios y se los respeta, estamos ahí. Quisiéramos tener una relación mucho más fructífera, de mucha más cercanía, porque la Iglesia es una institución que está en Bolivia para trabajar por el país, entonces debería ser un poco más cercana la relación. En los últimos años ha funcionado así e intentamos que mejore, en todo caso.

_Cuando dice ‘más fructífera’ ¿a qué se refiere?
Trabajar los convenios, todo lo que corresponde a la acción social, trabajarlos para que, por ejemplo, los niños que están en los distintos internados puedan recibir un apoyo mucho más fuerte y consistente de parte del Gobierno a través de las gobernaciones y otras instancias, lo que recibimos actualmente varía de acuerdo a las regiones, pero es mínimo, cuando debería ser lo contrario, el mayor porcentaje tendría que ponerlo el Gobierno y la Iglesia colaborar con un pequeño porcentaje para que estos niños y jóvenes puedan tener una educación integral y se los pueda atender de forma adecuada.

A propósito del Año de la Misericordia proclamado por el papa Francisco, la Iglesia está desarrollando una campaña nacional para promover la ayuda a las obras sociales. ¿El apoyo del Gobierno es insuficiente?
Se recibe ayuda pero es mínima. Si nuestras relaciones mejoran podríamos mejorar nuestros convenios y hacer que el aporte del Gobierno sea mucho mayor.

_¿Cree usted que el Gobierno está sordo ante necesidades de la sociedad y de la Iglesia?
Yo creo que hay muchos problemas que no se han atendido como deberían, en educación, salud y en todo lo que es acción social. Usted sabe que las personas discapacitadas partieron de Cochabamba hacia La Paz (en una marcha de protesta el lunes 21), este problema no es de ahora es antiguo y creo que hay que tratarlo con la seriedad que merece y llegar a un consenso, a un acuerdo, porque las personas de por sí, por su estado, ya sufren y mucho más con estas protestas que están haciendo

Fuente: eldeber.com.bo