Algunos están sorprendidos por la presencia de un individuo como Donald Trump entre los aspirantes a la presidencia de Estados Unidos. Los que piensan así creen que la campaña norteamericana se está pareciendo mucho a un típico proceso electoral latinoamericano, pero olvidan que en el pasado, los estadounidenses tuvieron estrellas de Hollywood, campeones de lucha libre, tipos involucrados en las drogas, militares y hasta un fortachón de la pantalla grande que ejerció dos períodos consecutivos como gobernador del estado más rico de la unión. La capital, Washington, tuvo un alcalde de lo más pintoresco, corrupto como ninguno, populista y mujeriego, pero que ha batido todos los récords de reelecciones.
Pese a todas esas características, aquellos sujetos y salvo raras excepciones, llevaron adelante gestiones ejemplares, como ocurrió con Ronald Reagan. Populistas, dicharacheros, corruptos, graciosos, muchas características comunes, porque al final son políticos, mitad payasos, mitad aspirantes de magos. Hay además otro aspecto en el que están incursionando Donald Trump y su rival Ted Cruz y es la guerra de insultos que incluye sacarse los “trapitos al sol” y los líos de faldas. Sin embargo, existe un factor que todavía los pone en ventaja frente a nuestros queridos líderes y es la capacidad de servicio que les obliga el andamiaje institucional y las leyes que no existen en nuestros países.
Fuente: El Día