Lléveme el recado, por favor, presidente

valverde2Carlos Federico Valverde BravoEntiendo que el presidente Evo Morales va a ir al Vaticano a visitar al papa Francisco y aprovechará un ‘huequito’ en la agenda fijada con meses de anticipación para quejarse ante la máxima autoridad de la Iglesia de la Conferencia Episcopal Boliviana, a la que pedirá que ‘se le jalen las orejas’ por la ‘desconsiderada’ e inexacta Carta Pastoral sobre narcotráfico y drogadicción.Yo, que no podré llegar ante el papa, quisiera pedirle al presidente que lleve algunas quejas mías y colectivas; así se equilibran las cosas. Quisiera que nuestro presidente le diga que en Bolivia nos estamos malacostumbrando, porque nuestros problemas estructurales referidos a mala administración de justicia, a la corrupción institucionalizada, a la violación de derechos humanos, a la falta de transparencia en la administración de bienes del Estado, a la ausencia de reconocimiento de derechos políticos, a la amenaza solapada (a veces) y de frente, en muchos otros casos, a las libertades de prensa, de información y expresión, no encuentran respaldo en el Estado, porque este ha sido tomado por el poder político.Me agradaría que el presidente le diga al papa que muchos de los ciudadanos bolivianos vemos que los problemas denunciados no se aclaran; muy por el contrario, se manipulan en función del interés del gobernante y, con un poco de suerte para el poder, un escándalo tapa a otro, sin lograr que el anterior se aclare. Digo yo, más allá de declaraciones rimbombantes y de datos sobre ‘el mejoramiento’ de índices tan publicitados –y que no cree mucha gente–, el papa Francisco debiera enterarse que gran parte de los niños en este país comienza a acercarse a las drogas desde los 8 o 10 años, que tenemos altos índices de niñas violadas y mujeres asesinadas y que sus casos no llegan a tener responsables sancionados, porque, pese a que hay una ley sobre el particular, esta no se cumple, ya que parece que el ‘ser hombre’ le da al feminicida una ventaja sobre su víctima, pero de eso no se habla en esta Bolivia tan ‘plurimulti’.Me gustaría señalar otros temas irresueltos, pero creo que es suficiente; al final de cuentas, quejarse de los curas ‘jerarcas’ parece ser mucho más importante y, a lo mejor, estoy escribiendo ‘al divino botón’.El Deber – Santa Cruz