Universidad Católica Boliviana recuerda la contribución de la Iglesia en la vigencia de derechos

La UCB recuerda la contribución de la Iglesia en la vigencia de derechos

El Secretario General de la UCB “San Pablo” hizo un recuento a las acciones de sacerdotes, obispos y a las cartas pastorales de la Conferencia Episcopal Boliviana que denunciaron las injusticias y que en más de una de ocasión revirtió medidas contra la población.Foto UCB.ANF / Página Siete / La PazEn la clausura del Primer Congreso Internacional de Derechos Humanos y Pensamiento Católico desde América Latina, la Universidad Católica Boliviana «San Pablo» destacó la contribución de la Iglesia Católica en la defensa y vigencia de los derechos humanos individuales, colectivos y de los pueblos.El secretario general nacional de la UCB, Carlos Derpic Salazar realizó una revisión histórica a los documentos y acciones emprendidas por sacerdotes, obispos y de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) en la publicación de cartas pastorales en distintos momentos de la historia del país.El rector de la UCB, Marco Antonio Fernández, al cierre del mismo agradeció a los participantes y expositores de ocho países (Italia, Ecuador, España, Estados Unidos, Argentina, México, Brasil, Bolivia) y citó al Santo Juan Pablo II quien en la Asamblea de la ONU (1995) dijo que «no debemos tener miedo al futuro. No debemos tener miedo al hombre (..) Podemos construir en el siglo que está por venir (XXI) una cultura de la libertad».»Bolivia tiene una Iglesia profética que anuncia la buena nueva y denuncia las injusticias», dijo Derpic al recordar que los sacerdotes José Prats, Federico Aguiló, Pedro Negré, Mauricio Lefevbre, Gregorio Iriarte, Roberto Durette, Luis Espinal, Pedro Basiana, Alfonso Pedrajas, Jorge Centellas, Miguel Parrilla, Javier Albó, entre otros particularmente en el occidente del país -centros mineros- resistieron a las dictaduras militares y a políticas estatales contra las mayorías.Posiblemente el obispo que más se enfrentó a los gobiernos militares fue monseñor Jorge Manrique, entonces Arzobispo de La Paz. Recordó que una huelga de hambre de 1978, en el gobierno de Banzer (de facto), exigía amnistía general e irrestricta. Para respaldar esta extrema medida, Manrique suspendió la celebración de misas y toda administración de sacramento y la dictadura concedió la amnistía.El mismo Manrique en el gobierno de García Meza fue amenazado por su ministro del Interior, Luis Arce Gómez, en pleno paseo de El Prado, porque en sus homilías criticaba al gobierno de facto. En los años ?80, monseñor Edmundo Abastoflor, hoy Arzobispo de La Paz, acompañó la «marcha por la vida» contra el ahora aún vigente DS 21060, al lado de miles de mineros relocalizados y en demanda por la liberta de los detenidos.Cartas pastoralesDerpic también citó algunas cartas pastorales de la CEB publicadas en los distintos gobiernos de turno. «Dignidad y libertad» de 1972 que denuncia las diferencias de la educación impartida en la ciudad y en el área rural, del disfrute y del trabajo en ambas realidades, pero de la manera más cruda, que da pie a la frustración de un proceso de participación en la vida pública. La misma carta pregunta: «¿Cómo pueden llamarse cristianos quienes cometen violaciones contra la altísima dignidad del hombre?». Esta carta impidió que García Meza pusiera en vigencia una anunciada «Ley de seguridad del Estado».Hoy, «la Iglesia no ha dejado de hacer escuchar su voz profética», dijo Derpic al recordar la carta pastoral «Los católicos en la Bolivia de hoy: presencia de esperanza y compromiso» (2011). Entre otros recuerda que «la aplicación de algunas leyes está supeditada a la interpretación subjetiva de personas y autoridades, colocando en indefensión a los eventuales acusados o procesados».La carta pastoral «El universo, Don de Dios para la Vida» (2012) pone de manifiesto la gratuidad del don de la naturaleza, de la Madre Tierra, y la obligación del Estado y la sociedad de cuidarla. El 1 de abril 2016, la carta pastoral «Hoy pongo ante la vida o la muerte» sobre narcotráfico y drogadicción advierte que la expansión de esta actividad es alarmante, pues ha penetrado las estructuras del Estado y que la economía se nutre en parte de esta actividad ilícita.El Gobierno protestó y hasta exigió que la CEB haga conocer los nombres de autoridades involucradas con el narcotráfico. Derpic también recordó que monseñor Tito Solari, arzobispo emérito de Cochabamba, denunció hace un par de años que en el Chapare «hasta los niños han caído en las redes del narcotráfico». Esta aseveración y constatación no gustó a los cocaleros de la región y pidieron su expulsión del país sino pedía perdón.La vocación de la IglesiaEl Secretario general de la UCB recordó que tras la culminación de la II Guerra Mundial, el mundo se dividió en bloques capitalista y socialista. En 1959, Fidel Castro derrocó a Fulgencio Batista en Cuba. Dos años después se declaró marxista leninista y anunció que construirá un gobierno socialista. Ante esta acción política, EEUU inicia una ofensiva en la región para que no cunda el ejemplo cubano. Un par de años después, continuó, empezó un largo periodo de dictaduras militares en la región que terminó en 1982. En esos años había persecución, detenciones, torturas, exilios y asesinatos.En Bolivia, Barrientos Ortuño empezó el ciclo de dictaduras militares y terminó García Meza (1981). Entonces el enemigo, para EEUU, estaba en la región y particularmente en los partidos políticos, en los sindicatos, organizaciones cívicas y gremiales. Derpic recordó que el Concilio Vaticano II dio línea a la apertura de la Iglesia, pues desde 1965 la misa comenzó a celebrarse en idiomas de cada país, dejando de lado el latín, luego siguieron las conferencias episcopales (Medellín 1968 y Puebla 1979) que convocaron a la vinculación de la Iglesia Latinoamericana con su sociedad y la denuncia de la creciente brecha entre ricos y pobres, la desaparición de sus seres queridos, detenciones sin órdenes judiciales en plena época de las dictaduras en la región.Luego vendría la Teología de la Liberación que plantea a los católicos asumir un compromiso efectivo frente a la realidad de injusticia. Derpic afirmó que si bien en las dictaduras militares se suprimieron la vigencia de los derechos políticos y civiles, en democracia (desde 1982) se afectó los derechos económicos, sociales y culturales con la promesa de un supuesto futuro promisorio.