La búsqueda de justicia, un calvario para las familias de víctimas de feminicidio y violencia sexual

Menos que los hechos de feminicidio en sí se conoce el calvario que las familias de esas víctimas sufren para buscar que se haga justicia; ellos, los hijos y los padres se constituyen en las víctimas invisibles de un sistema judicial indolente.

María Angélica MichelLa Paz, 30 de mayo (ANF).- En Bolivia a diario se registran casos de violencia sexual contra mujeres de todas las edades, también recurrentemente se conocen casos de mujeres que mueren en manos de los que alguna vez fueron sus esposos o compañeros. Lo que no se conoce es el calvario que las familias de esas víctimas sufren para buscar que se haga justicia; ellos, los hijos y los padres se constituyen en las víctimas invisibles de un sistema judicial indolente.La Alianza Libres de Violencia es una organización que ayuda a la defensa de las víctimas mediante asesoramiento y acompañamiento legal. Aquí algunos de los casos en los que esta Alianza se ha involucrado:Pamela Coronado«Ese hombre me la ha matado. Mi nieto de cinco años ha visto todo. Ese día nos ha matado a todos», relato la señora Julieta, madre de Pamela Grisel Coronado, víctima de feminicidio.El hecho sucedió en agosto de 2015 en la ciudad de El Alto. El cuerpo sin vida de Pamela fue hallado en su domicilio, con signos de haber sido estrangulada. Félix Valencia Gonzales, esposo de la víctima y padre de su hijo, es el principal sospechoso, por lo que fue imputado y actualmente se encuentra detenido en el penal de Chonchocoro. Según el relato del niño y los dibujos que éste hizo en instalaciones de la Defensoría dependiente de la alcaldía alteña, se determinó la presunta comisión del delito por parte de Valencia.Sin embargo Valencia, junto a su defensa, presentó en varias oportunidades solicitudes de cesación a la detención preventiva, aspecto que retrasa la conclusión del juicio. La señora Julieta y su esposo, ambos de la tercera edad, son de escasos recursos y no solamente han enfrentado el dolor de haber perdido a su hija, ellos ahora deben seguir de cerca el proceso judicial, lo que les significa grande inversiones de dinero y ocuparse de todo el cuidado y manutención de su nieto.“Mi hija está penando. Nunca imaginé estar en esto, en juicios. Por eso no voy a dejar esto hasta estar segura de que esa persona va a pagar en la cárcel. No podemos más, en las audiencias como si yo hubiera cometido un delito, me siento mal. Este hombre hace ir a toda su familia, ellos van con grupos que nos insultan como si nosotros fuéramos los criminales. Tienen dinero, nosotros no tenemos. Gracias a la doctora Marisol Quiroga, activista de derechos humanos, seguimos», relató entre llantos. Quiroga trabaja en la Alianza Libres de Violencia.Rosmery ChurquiSimilar es la situación de la señora Cresencia Poma, madre de Rosmery Churqui, otra víctima de feminicidio. La mujer comentó que muchas veces ha pensado dejar el proceso judicial pero sin embargo por la memoria de su hija continúa en ésta peregrinación.Y es que lo suyo es verdaderamente un peregrinaje en busca de justicia. El delito fue cometido en 2015 en Colquiri y a falta de fiscal en el lugar, el caso fue designado a Quime, pero el juzgado cautelar se encuentra ubicado en la ciudad de El Alto y Cresencia radica en Oruro.»Tengo que peregrinar de un lugar a otro. Muchas veces no tengo ni para los pasajes. Él con su dinero ha querido frenar el juicio, mis nietos no quieren hablar de su padre para que no se quede 30 años en la cárcel, el menorcito nomás ha contado. Mi hija años ha sufrido por violencia, su esposo era malo. Mi nieto el menor ha visto todo, ha visto como su padre la ha matado en su casa por no haber calentado a tiempo su comida», lamentó la señora Cresencia, de avanzada edad, que debe trasladarse permanentemente desde Oruro para hacer seguimiento al caso y hacer justicia para su hija y sus tres nietos que quedaron en la orfandad.Por todas las pruebas que incriminan a Abad Vera Ramos, el imputado guarda detención en Chonchocoro, sin embargo son varias las audiencias suspendidas y la madre de la víctima debe seguir con el proceso sin que hasta el momento se haya llegado a la conclusión del juicio.Lidia FloresAsimismo Eduardo Flores, hermano de Lidia (19) víctima de feminicidio, es protagonistas de otra historia plagada de tristeza y desconsuelo. «Lidia era mi hermanita menor, la más querida, así son cuando son los menores. Mi mamá vende comida en la feria de Patacamaya, ese día en la noche (cocinamos y) después nos hemos ido a dormir. Ya en la madrugada yo he escuchado gritos, pensé que eran unos vecinos que siempre se pelean y no les gusta que nos metamos, por eso no hice nada, ahora me arrepiento. Al día siguiente temprano he salido (armar mi puesto de venta). Cuando he vuelto mi mamá lloraba, ‘la han matado a la Lidia'», relató.El hecho sucedió el 30 de agosto de 2015, cuando la madre de la víctima encontró a su hija sin vida en su dormitorio y con marcas de violencia física y sexual. Lidia tuvo una relación de dos años con Hidalgo Sarsuri (20). Esa noche él entró a su habitación y al parecer la convenció para salir a la fiesta del pueblo; según la investigación del Ministerio Público el actual imputado le quitó la vida a unas cuadras de su domicilio, antes la ultrajó sexualmente.El imputado actualmente se encuentra detenido en el penal de San Pedro y el juicio no ha concluido pese a que se tienen todas las pruebas que lo incriminan y pese a haber confesado el hecho. La familia de Lidia es de escasos recursos, además tiene problemas para hacer el seguimiento respectivo ya que solamente hablan aymara.»Mi familia es humilde, sin recursos. Somos aimaristas, yo hablo un poco de castellano, mi mamá no habla (castellano). Por eso muchas veces no sabemos cómo realizar los procedimientos, eso nos impide avanzar más rápido», explicó el hermano de la víctima.Violencia sexual a menor de edadEn 2014 se denunció la violación a una menor de 13 años oriunda del municipio de La Asunta en Sud Yungas de La Paz, el hecho fue presuntamente cometido por Mario Soria, vecino de la víctima y por la cantidad de indicios recabados el año pasado se determinó su detención preventiva en el penal de San Pedro.“El señor Antonio Saucedo es un ejemplo ya que gracias a su perseverancia y tras un año y más de lucha para hacer justicia, el presunto violador fue imputado en noviembre de 2015 y detenido preventivamente en San Pedro, sin embargo posteriormente fue beneficiado con medidas sustitutivas.»Se han denunciado irregularidades cometidas a lo largo del proceso, pero ahora además de eso se está procediendo a revictimizar a la menor. No correspondía liberarlo toda vez que la víctima es vecina del agresor», dijo Quiroga, de la Alianza Libres de Violencia.»Cuando uno es pobre no hay justicia, peor ahí adentro donde vivo, te pueden asesinar y nadie se entera. Ahí no se conoce la justicia, ni Policía hay. Casos graves conozco», comentó Saucedo, quien a dos años del delito sigue en su intento de que el agresor vuelva a San Pedro.»Cada dos semanas llego a La Paz desde La Asunta, ya ni mi comunidad me apoya, ‘dejá el caso’, me dicen. Pero no puedo, mi hija está traumada y así el violador luego puede hacer daño a otras niñas», finalizó

Fuente: www.noticiasfides.com