¿Es la historia de Charlize Theron la más dura de Hollywood?

Charlize Theron, la mujer que no necesita ir acompañada de un neón con su nombre, para que su paso sea puro espectáculo.

En la sucursal de un banco de Los Ángeles, una inmigrante de casi metro ochenta está montando un escándalo porque no le dejan cobrar un cheque de 500 dólares. El gerente del banco no sabe que esos son todos los ahorros que le quedan a la rubia enfurecida. Tampoco sabe que la clienta en cuestión está destinada a convertirse en una de las mayores estrellas de Hollywood. Pero en ese banco sí había alguien que supo ver que el ímpetu y la desesperación de Charlize Theron tenían madera de estrella. Esta escena, que parece sacada de Empeños a lo bestia, cambiaría la vida de Charlize cuando tras abandonar el banco (probablemente escoltada por un agente de seguridad) un representante de actores le dio su tarjeta y se ofreció a buscarle trabajo. Pero esta historia comienza, como todos los cuentos de hadas, con una tragedia.

“En Sudáfrica todo el mundo bebe y todo el mundo tiene un arma”, recuerda Charlize. El padre de la actriz nunca agredió físicamente a su familia, pero sí les dio una vida de sufrimiento que culminó el 21 de junio de 1991, la noche en la que llegó borracho a casa y amenazó con matar a Charlize y a su madre Gerda. Cuando el padre comenzó a disparar a la puerta, Gerda supo que debía proteger a su hija y a sí misma, cogió un revólver (efectivamente todo el mundo tenía armas en esa ciudad) y disparó a su marido, que murió en el acto. La justicia entendió que el homicidio había sido en defensa propia y no presentó cargos contra Gerda, que, sin embargo, se dio cuenta de que su hija no podía quedarse en un ambiente tan hostil. “El 75% de la gente que vivía en la calle donde crecí está muerta. En los 90 [Sudáfrica] era el país con más homicidios del mundo, más casos de SIDA y más accidentes de tráfico. La vida no tenía valor”, reflexiona Charlize. “Recuerdo la primera vez que vi un mapa y descubrí dónde está Sudáfrica. Todo lo bueno sucedía lejos de allí”.



Madre e hija acordaron que Charlize trabajaría como modelo para pagar sus estudios como bailarina en Nueva York. Cuando Charlize se lesionó una rodilla, su sueño en el ballet se vino abajo y se encerró en el apartamento sin ventanas en el que vivía. Su madre voló hasta allí para darle el cheque que indirectamente cambiaría su vida, un billete a Los Ángeles (sólo de ida) y una advertencia: “Si lo que quieres es lloriquear, te vuelves a Sudáfrica”.

Aunque sea un tópico, Charlize Theron era un patito feo en el colegio. Pero está claro que en el caso de Charlize eso de “tuvo una infancia difícil” no es una forma de hablar. Una enfermedad la dejó sin dientes de leche, no tuvo dentadura hasta los 11 años. “Cuando era pequeña, mi madre nunca me decía ‘qué guapa es mi niña’, sino ‘¿has ordeñado ya a las vacas?’”. Este instinto de supervivencia y sacrificio la salvaron cuando se mudó a Los Ángeles. Charlize se alojó en un motel de mala muerte, lo cual (una vez más) no le derrumbó: se puso a limpiar de arriba abajo y dejó la habitación fabulosa. Tras un par de años representándola, Charlize despidió al agente que le había abordado en el banco porque sólo le conseguía audiciones para papeles de rubia caliente en Showgirls o Species. Especie mortal. Sin embargo, lo que convirtió a Charlize en una estrella en potencia fue un papel de rubia mimosa para el que ni siquiera le hizo falta hablar.

“CUANDO ERA PEQUEÑA, MI MADRE NUNCA ME DECÍA ‘QUÉ GUAPA ES MI NIÑA’, SINO ‘¿HAS ORDEÑADO YA A LAS VACAS?’”

En los años 90 la publicidad era el lugar más sexy del mundo. El albañil que volvía locas a las oficinistas bebiendo Coca-Cola Light, el autoestopista con el culo al aire del Peugot 106 o el chico Martini eran mitos eróticos e iconos de la cultura popular. A Charlize le bastó un minuto para demostrar su magnetismo y se dejó seducir por un gesto (pasarse el pulgar por los labios) que hoy resulta ridículo pero hace 20 años conseguía que nadie se levantase del sofá durante los anuncios. El descaro con el que Charlize dejaba que su vestido de lana se enganchase en la silla, aun a riesgo de acabar sin él, dejó a millones de espectadores con ganas de más. Y afortunadamente para todos, Charlize había llegado para quedarse.

Aunque su físico era un reclamo inevitable para llamar la atención, Charlize sabía que le perjudicaría a largo plazo. “Cuando en un despacho se habla de un personaje complejo, las chicas como yo son las primeras en ser descartadas”. Sólo consiguió ser tomada en serio como actriz transformándose físicamente para Monster. Theron luchó por protagonizar y producir la historia de la asesina en serie Aileen Wuornos, a pesar de que todo el mundo le advirtió que era un error. Tyra Banks asegura que las modelos nunca podrán ser buenas actrices porque están acostumbradas a ser permanentemente conscientes de la cámara que tienen delante, y quizá por ello el maquillaje protegió a Charlize de su propio físico y le ayudó a construir un personaje desde las entrañas. Charlize recuerda el proyecto con menos dramatismo. “La única razón por la que conseguimos financiación fue porque Aileen era lesbiana y a los ejecutivos les pareció una idea sexy”.

Qué, queridos y acaudalados ejecutivos, estoy súper sexy, ¿eh?

A cambio, Charlize les dio la que fue descrita por el crítico Roger Ebert como una de las mejores interpretaciones de la historia. La visceralidad y sensibilidad con la que Charlize se entregó al personaje fue coronada con un Oscar y consiguió que el mundo entero la considerase por fin una actriz valiente y arriesgada. Tras ganar el Oscar, Nelson Mandela le agradeció haber puesto al Sudáfrica en el mapa y Charlize se puso a llorar, incapaz de responder. La actriz había sufrido críticas de sus compatriotas por haber perdido su acento nativo y haberse mudado a Estados Unidos definitivamente. “A los 30 años me di cuenta de que no tengo por qué agradar a los demás y disfruto mucho más la vida desde entonces”. Pero desde una posición tan alta sólo se podía ir hacia abajo.

Charlize y su Oscar: 2004, qué año.

Tras su Oscar Charlize encadenó varios fracasos encabezados por Aeon Flux,que le llevaron a retirarse durante tres años para adoptar a sus dos hijos y replantearse su carrera. También se dedicó a promover causas sociales como el matrimonio homosexual, los derechos de los animales, la libre elección del aborto o la prevención del VIH en África. Naciones Unidas la nombró mensajera de la paz por su compromiso con los desfavorecidos, una filosofía que para ella es inevitable porque conoce el sufrimiento de la injusticia social en primera persona.Charlize volvió a trabajar en 2011 y el público se dio cuenta de cuánto la había echado de menos. Desde entonces, la actriz ha construido una segunda etapa en su carrera y ha cimentado el actual estatus de estrella absoluta que disfruta: es una de las pocas estrellas de Hollywood idolatrada tanto por hombres como por mujeres. Con el mismo espíritu que aquella adolescente que peleó por cobrar su cheque, en Blancanieves y la leyenda del cazador exigió el mismo sueldo que su compañero Chris Hemsworth, que al fin y al cabo era menos famoso y llevaba menos años trabajando que ella. Además, consiguió por fin papeles cómicos, un perfil en el que la industria se había negado a darle una oportunidad. “Hice Mil maneras de morder el polvo sólo porque mis amigos siempre rechazan ver mis películas.Son tan deprimentes que en los estrenos ni siquiera se celebran fiestas, sino que reparten ansiolíticos entre el público y dicen ‘siento que haya sido tan duro’”.A los 40 años Charlize Theron está en el mejor momento de su carrera, algo difícil en Hollywood (aunque no tanto con esa cara) y será la villana deFast & Furious 8, papel por el que cobrará el sueldo más alto de su carrera: 15 millones de dólares. Y nadie duda de que conducirá mejor que Vin Diesel. Otros 10 millones se llevó por las tres escenas que rodó en La leyenda del cazador y la reina del hielo, pero ella es consciente de su valor y no va a disculparse por ello. Con esa actitud que no aguanta tonterías y exige reconocimiento, Charlize está cambiando la industria de Hollywood desde dentro.En sus entrevistas, Charlize es una mujer coherente consigo misma y con el camino que ha tenido que recorrer. No niega lo afortunada que es, ni disimula su condición de icono de Hollywood, pero tampoco alardea de ello ni se toma la vida demasiado en serio. “Sólo tengo dos premios en mi despacho, el de Victoria’s Secret de 2012 y el de 2013. Así es, lo gané dos años seguidos gracias a estas piernas. Por eso tenemos mesas de cristal en mi oficina, para que se me vean las piernas”.Charlize vive al lado de su madre, quien la acompaña a todos lados. Repite mucho la palabra “respeto” (según ella, la base de su breve relación con Sean Penn) y regala su ropa sin parar a sus amigos y a subastas benéficas hasta el punto de que todo el mundo se refiere a su armario como “Narnia”. Le gusta rodearse de mujeres e insiste en un hecho que, aunque pueda parecer evidente, no se escucha tan a menudo como debería: “me llevo mejor con las mujeres que con los hombres”.Su personaje de Imperator Furiosa en Mad Max. Furia en la carreteraha sacudido Hollywood y por fin se plantean producir cine de acción con mujeres. Charlize decidió raparse el pelo ella misma y disfrutó de cada ducha que se dio con ese peinado. Su físico le preocupa poco (desde luego puede permitírselo), según ella “mi aspecto le importa a los periodistas más que a mí”. Agradece la genética que ha heredado de su madre porque a ella le gusta todo lo que esté frito: “podría freír un zapato y comérmelo”.

Charlize, flanqueada por Zoe Kravitz, Tom Hardy, Nicholas Hoult y George Miller en Cannes en 2015.

Si su presencia en las alfombras rojas es siempre nuestra favorita es porque hay algo deslumbrantemente natural en la actitud de Charlize, tanto en su forma de caminar y de posar como en lo que dice y cómo lo dice. Esa actitud es el resultado de todo lo que ha vivido, desde la tragedia familiar hasta aquella habitación de motel que tuvo que desinfectar. Confiesa que se llevó fatal con su compañero en Mad Max, Tom Hardy, durante los 7 meses de rodaje en el desierto de Namibia que ella define como “conducir todos los días sin dirigirse a ningún sitio”. Sin embargo, el último día Hardy le regaló un dibujo que firmó con la dedicatoria “eres una pesadilla absoluta, pero también eres increíble. Te echaré de menos, en cierto modo. Con cariño, Tommy”. Charlize tiene colocado ese dibujo en su vitrina de trofeos.

Fuente: www.revistavanityfair.es