Para toda la vida

Marcelo-Ostria-Trigo1Marcelo Ostria TrigoWinston Churchill afirmaba que la democracia es la necesidad de inclinarse de cuando en cuando ante la opinión de los demás. Esto viene a cuento porque el presidente Evo Morales ha ampliado su deseo inicial –cuando inauguró su primer periodo– de que su modelo de gobierno se quedaría por 500 años. Ahora pretende que el MAS esté en el poder toda la vida.Si se pretende que vivimos en democracia, habrá que recordar que uno de sus elementos esenciales es la alternancia, la que está implícita en la obligación de acatar la opinión de los demás, o sea, de los no comprometidos con el poder. Pero eso no es todo. El mandatario abriga otro deseo: hacer desaparecer a los disidentes. “A veces –dijo– algún sector, algún grupo que se opone, hay que derrotarlo y cooptarlo para juntos trabajar por Bolivia, y cuando se dan cuenta se suman también”.En la misma ocasión, el presidente prosiguió con la vieja costumbre de atacar a la prensa independiente, ahora incluyendo a las redes sociales: “…por ahora solo falta vencer a algunos medios y a los opositores mediante las redes sociales”. No podía ser más explícito su incontenible propósito de permanecer en el poder para siempre. Comenzó con la reelección espuria contrariando la CPE que su partido propició, fue re-reelecto en 2015, e intentó en febrero último que un referendo lo habilite para 2019 y, entonces, perdió el apoyo ciudadano.Ese deseo no cumplido y no abandonado se opone a cualquier consideración democrática y de sentido común. Desconoce dos principios consubstanciales a la democracia; la pluralidad de partidos políticos, lo que supone la coexistencia de distintas maneras de concebir la sociedad y su desarrollo, y la alternancia. La Carta Democrática Interamericana, de la que Bolivia es parte, sobre los partidos políticos establece: “El fortalecimiento de los partidos y de otras organizaciones políticas es prioritario para la democracia.” Dispone, además, que haya separación e independencia de los poderes públicos, transparencia de las actividades gubernamentales, probidad, responsabilidad en la gestión pública, respeto por los derechos sociales y libertad de expresión y de prensa.El Deber – Santa Cruz