El destino del MAS

MILOVANMilován España“Es para no ser víctima de un asesino para lo que consiente uno en morir, si uno se vuelve asesino”. J.J. RousseauEl MAS, dados sus actores principales y la ideología que sustenta, enfrenta un dilema final, un destino que contiene una terrible disyuntiva, el asesinato o el suicidio.El símbolo de la profecíaEvo Morales, desde su infancia, como todo niño nacido en la pobreza, ha crecido lidiando con la realidad de la pelea que permita la subsistencia antes que con lo teórico que la explique.En su juventud se inicia como uno más en el sindicato cocalero del trópico de Cochabamba y utilizara todos los recursos que esta escuela (la del sindicato) ha desarrollado para empezar una lucha por reivindicaciones localistas. Una escuela basada en una implacable disciplina que logra consenso de cualquier manera y el disentimiento se paga con violencia. En marchas, huelgas y bloqueos, aprenderá de viejos sindicalistas, que la profecía Marxista de un nuevo paraíso es inevitable y que esta sólo requiere astucia y lucha inclaudicable. Una lucha que proponía sus reivindicaciones locales como solución a las incoherencias nacionales; fue cuando un instrumento político se hizo necesario. Pronto los hechos coyunturales y su astucia volverían a Evo el centro del Movimiento.Dentro del panorama político nacional de su tiempo, algo lo diferenciaba de los caudillos que lo antecedieron. El venía de la pobreza, es “originario” mientras que y contra las profecías de Marx la mayoría que lo antecedieron como líderes populares habían sido criollos burgueses (mestizos biológicos educados en los principios occidentales; comprendían más del Quijote, de Marx y hasta de Julio Verne que de lo que significaba “sagrado” durante el Imperio Incaico) aunque hubieran preferido (para ser coherentes) ser originarios y pobres. Esto le permite hablar de lo esencial para un pueblo antes menospreciado, de un nuevo “principio” para SU gente “por principio entiéndase el sentimiento del sí mismo y del hombre, que cuando se dice a si mismo, se autoafirma, es un “Verbo” (Logos); en cuanto que persiguen un fin es “voluntad” (personal y comunitaria) y es también, inmediatamente después que sentimiento, un sistema de valores” (Giorgio Locchi “La esencia del Fascismo”).Pero un sistema de valores que enmarcada en un movimiento que descree de cualquier valor superior, solo puede elevar la moral del sindicato, “triunfo y venganza, derrota y resentimiento” a un movimiento inagotable. Un movimiento donde el ser es hacer. Es por esta razón que si no se tiene enemigos se los crea.Evo Morales representa el símbolo de la profecía izquierdista, la ciega esperanza de que la gente que proviene de abajo es y será la que logrará las siempre anheladas reinvidicaciones de los eternos marginados y más que esto, deberá ser la inmaculada imagen de lo incorruptible, una imagen que deberá protegerse a cualquier costo. La profecía materialista enfrentada a los hechos será luego la que defina a un hombre que es más un símbolo que una realidad.La novia perfectaSalido de una familia criolla y dedicado al principio a las ciencias exactas occidentales, asume luego el papel de teórico de un movimiento socialista de ayllus rojos que siguen la siempre vigente lucha armada para alcanzar el poder que garantice la construcción de la autentica comunidad donde no existan ni amos, ni curas, ni dioses, sino, la idealización de ese abstracto ser humano que un día en el porvenir, nuevo y hermoso reinara sobre una naturaleza que ha sido sometido a su intelecto y razón.Su antecedente teórico está en la “Filosofía de la historia” enunciada por Voltaire como una disciplina crítica, que trata de explicar los acontecimientos pasados por medio de principios razonables con el fin de que «la luz» de la razón elimine todo el oscurantismo que había en la historia y que conducirá inevitablemente a esa comunidad final. Es decir niega la existencia de cualquier valor venido de arriba, dando paso entonces a que la política se defina por la eficacia, por la potencia de la acción. Eficacia que permite superar la eterna contradicción, en lo político, entre la libertad y la justicia. Se debe lograr el poder que represente al pueblo para oficializar cualquier técnica que logre el tan ansiado “final de la historia”Por eso, en ese tiempo, Álvaro cree firmemente en que la llegada al poder por medio de las urnas es simplemente un engaño que jamás logrará el verdadero cambio para las clases empobrecidas.Pero dado que su accionar ha sido truncada y la lucha armada no ha alcanzado “las condiciones necesarias”, una vez salido de prisión, ha conocido de Gramsci, ese “marxista de las superestructuras” que las clases dominantes no solo dominan al proletariado mediante el azar de la fuerza, si no mediante la hegemonía cultural sobre las clases dominadas, educando a estas para que vean su sometimiento como un “orden natural” inhibiendo así su capacidad revolucionaria. Siendo la hegemonía, por lo tanto y para la teoría, el “ejercicio de las funciones de dirección intelectual y moral unida a aquella del dominio del poder político” Gramsci.Surge entonces el problema. ¿Cómo ganar en democracia? es decir ¿cómo lograr que las clases subalternas (subproletariado, proletariado urbano, rural y también la pequeña burguesía) logren volverse clase dirigente y ejercitar el poder político? Más aún, cuando estas clases subalternas están dispersas y su accionar sólo ha equivalido a disgregación y accionar individual en la historia nacional. La respuesta teórica es que estas fuerzas disgregadas, apartadas, separadas, logren conformar primero un “Movimiento” ya que de otro modo su tendencia a la unificación “es despedazada continuamente por la iniciativa de los grupos dominantes”Conciente de esta realidad nacional, se da cuenta antes de todos cual es el Movimiento nacional que pueda articular en un “bloque hegemónico” la amalgama de diferentes clases sociales en torno a un proyecto que logre un sentimiento nacional, piedra angular de la propuesta política y primer peldaño de la formación del nuevo Estado. Es entonces cuando la nacionalización de los recursos naturales, aunque esta no sea tan exacta como dice la teoría, la que sirve como eficiente pretexto. Sabe también que Evo no es una mascara incoherente y desconocida ante el campesinado del país y su apoyo al nuevo proyecto nacional es indispensable y más importante aún, que al mismo tiempo puede articular la unión de diferentes “clases subalternas”, es decir puede volverse clase dirigente para lograr la hegemonía, imponiendo luego la nueva dirección intelectual y moral, dentro de este contexto puede entenderse la importancia de los “movimientos sociales”La victoria por las urnas no parece, entonces, descabellada. Encerrado en una la “anodina” práctica de la crítica televisiva y la cátedra universitaria pero desde la que enamora no sólo a Evo, Álvaro García Linera es rescatado de esa torre de marfil intelectual para luego concederle la “Prime nocte” y así consumar su unión.El intelectual mostraba también, la imagen del Joven socialista que en los tiempos de las dictaduras militares representaba en el país la calidad humana, la visión clara, comprometida y la esperanza “la vida no vale si no es para perecer porque otro pueda tener lo que uno disfruta y ama” (Silvio Rodríguez). La imagen salvadora de la generación que criada en las pesadillas de las dictaduras, aspiraba a despertar en calles sin uniformes y amores sin censura.La conclusiónDel matrimonio del “joven socialista” y el eterno “humilde” nacerá una de las victorias más espectaculares ocurridas en democracia en el país.Diez años después, una vez que la luna de miel ha terminado, las “promesas, el porvenir” ha chocado con el muro del día a día, con la realidad. La corrupción se ha incrementado, la independencia de poderes destruido, las libertades individuales se cuestionan, la democracia se manipula. Pero en el colmo de la locura, lo que se cuestiona no son los errores, si no la realidad; lo que se ataca no son las faltas, sino, al que las denuncia.Fruto de la acción incansable y la astucia fundamentada, un ariete bien elaborado ahora se pasea arrogante. Un ariete que pretende embestir la realidad. El porvenir venturoso, se nos promete desde hace tiempo, queda cerca; detrás de un muro débil. Y con renovada ilusión, el ariete vuelve a la carga. Cuando el ariete se rompe, siempre queda, como lo demostraron los gobiernos comunistas a lo largo del siglo XX, culpar al ariete o a los que se oponen a la embestida.El porvenir en este caso se vuelve teorema “El muro podrá ser destruido cuando los compañeros-adecuados construyan un ariete lo suficientemente fuerte”.Pero “para adorar por mucho tiempo un teorema, no basta con la fe, se necesita además una policía” (Camus) El  “principio” entonces adquiere otro lenguaje que es comprendido como incoherente para aquellos que están fuera, el nuevo “logos” esta bien presente, pero fuera de la materialidad del discurso, está presente en quien lo dice y en quien sabe entenderlo. “Sólo con la fuerza del pueblo, con la unidad del pueblo boliviano podremos garantizar las transformaciones en nuestro país (puesto que) si no hay pueblo consciente (…) no se puede fácilmente garantizar los procesos de cambio» Evo Morales.¿Pero y cuando hay muchos hombres no adecuados y que además debilitan el ariete? Ahí la nueva dirigencia deberá mostrar su capacidad, ya que se tendrá que decidir entre el “porvenir” y la vida humana, entre matar o el suicidio “Será, entonces, cuando el problema no será resuelto por la aritmética (el que entiende de matemáticas comprenderá mejor) si no por el calculo de probabilidades, ante una futura realización de ideas, la vida humana puede ser todo o nada. Cuanto mayor sea la fe que pone el calculador en la idea, menos valdrá la vida humana, en el límite la vida humana ya no vale nada.” Camus “El hombre rebelde”.Los fundamentos del MAS aquí expuestas obedecen al destino enunciado en el primer párrafo, obedecen a la búsqueda incesante y movilizada de ese nuevo “porvenir” de esa nueva “alborada” que “inevitablemente” debe llegar en algún momento.Ahora sólo falta, después del 21 de Febrero se hace imprescindible, y que nadie se alegre con esto, que el gobierno proclame por las “urnas” o por las “armas” lo que proclamo Saint Just durante la revolución francesa mientras las turbas reían y ovacionaban, delante de la sangrante guillotina el nuevo principio de la “Razón” que los justificaba para dar muerte a sus enemigos “Un patriota es el que sostiene a la república en masa; cualquiera que la combata en detalle es un traidor” (Saint Just).