El presidente de la Cámara de Senadores, José Alberto Gonzales, ha quedado como el valiente del grupo por “cantarle las cuatro” a un carabinero (los chilenos dicen que era mujer. Ellos sabrán) que se portó arrogante con los miembros de la comitiva que acudieron a los puertos chilenos para hacer una inspección sobre las condiciones que brindan a las cargas y transportistas bolivianos. El parlamentario sacó a relucir un viejo mito urbano que dice que el norte chileno vive de los bolivianos ya que nuestro país genera el 80 por ciento del movimiento en aquellos muelles, principal fuente de sustento de los pobladores.
La afirmación puede tener un alto contenido de certeza y para aprovechar el envión de valentía del senador, habría que investigar lo que pasa en el norte argentino, por ejemplo, donde la coca y sus derivados mantienen una intensa actividad y hacen ganar mucho dinero a los comerciantes y narcos argentinos, sin mencionar al contrabando de alimentos y toda clase de productos que están matando a nuestra producción.
Similar situación se da en las fronteras con Perú y Brasil, donde Bolivia es clave en los negocios ilícitos y le da de comer a toda una cadena de elementos nocivos para nuestra población. Somos tan generosos que, ya en el plano legal, la exportación de gas está primero que el consumo interno.
Fuente: eldia.com.bo