El blef del control entre cocaleros y el sospechoso “volteador”

gomezvelaokAndrés Gómez VelaNo sé si ustedes se dieron cuenta, pero el control social entre los hermanos cocaleros del Chapare fracasó.Si recuerdan, antes que el presidente de los cocaleros sea presidente de nosotros, casi la totalidad de la coca producida en el trópico de Cochabamba ya se iba al narcotráfico. Pero aquella vez eran sólo rumores.En más de 10 años de gobierno de Evo Morales, la ONU constató que el 94% de la coca de aquella región no pasa por el mercado legal de Sacaba, lo que significa que de cada 10 hojitas, nueve se van al narco. El último informe ratifica este dato.¿Dónde quedó el control social? ¿Por qué los cumpas cocaleros hacen negocios indirectos con los narcotraficantes? Si el control entre ellos funcionara, no tendría que desviarse ni una hojita.Lo peor, saben de esta ilegalidad desde su presidente hasta el último cocalero, pero no hacen nada para evitarlo.Otra evidencia. La misma ONU, en su informe del pasado 5 de julio, dice que Bolivia eliminó más de 11.000 hectáreas de coca ilegal en 2015; sin embargo, la reducción neta es de apenas 200 hectáreas. Es decir, erradican 10.800 y vuelven a sembrar 10.800. Nos están tomando el pelo.Dadas estas circunstancias, no quiero pensar que los hermanos del Chapare creen que es revolucionario, antiimperialista y anticolonialista vender coca al narcotráfico.Lo increíble, están convencidos que esa coca pro-narco es sagrada, entonces piden legalizarla a la luz del sol de mediodía.Quieren  20.000 hectáreas. ¡¿Cómo?! Un estudio estableció que Bolivia sólo necesita para consumo tradicional 6.000, que después de un maquillaje lo subieron sin sonrojarse a 14.705.Les vale un pepino el estudio que costó un millón de dólares, no respetaron ni la cifra real ni la maquillada. Tampoco aceptan la Ley 1008, que fija 12.000 hectáreas. ¿A ver tú declara públicamente que no quieres pagar impuestos porque el Código Tributario gonista no te representa? Te persiguen de inmediato. Pero, los cumpas cocaleros sí pueden negarse abiertamente a acatar una ley.No me preocupa la impavidez de ellos, sino el silencio de los millones de bolivianos que están conscientes de esta realidad.¿Acaso tú puedes pedir y decidir aumentar libremente tus ventas de precursores al narcotráfico? No, ¿verdad?Pero los cocaleros sí pueden pedir y redactar una ley a su medida.Hay algo más, no sólo fracasó el control social, la lucha contra el narcotráfico es un blef porque el actual viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, pidió «voltear” droga, según el libro BoliviaLeaks de Juan Ramón Quintana, el ministro de más confianza del Presidente de los cocaleros y del Estado Plurinacional.Nos enteramos de este escalofriante dato gracias a la minuciosidad de Francesco Zaratti, quien descubrió que en la página 270 hay un cable enviado por la legación diplomática de Estados Unidos en Bolivia a Washington, que dice:  «En febrero, el teniente coronel  (José) Cuevas (proteger estrictamente), terminando su mandato al frente de la Unidad de Patrulla Rural Felcn (Umopar) en la región del Chapare, le dijo al asesor policial de la NAS que el Viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, le pidió el intercambio de trescientos kilos de clorhidrato de cocaína por trescientos kilos de pasta de coca”. En resumen, Cáceres se declaró «volteador”.Es la prueba que faltaba y salió de Palacio. Los cocaleros, presididos por Evo Morales, simulan controlarse entre ellos y el 94% de su coca fluye hacia el narcotráfico.Y para reforzar este «control”, un sospechoso «volteador” de droga, siempre según la «biblia antiimperialista” del MAS presentada con gritos a los cuatro vientos, encabeza la lucha contra el narcotráfico.Si te has dado cuenta, este control social suena a control entre contrabandistas, que para asegurar su éxito y camuflarse ante la sociedad adormecida eligen al más «capo” de ellos para que los vigile en nombre de su ley.Si los hermanos cocaleros son revolucionarios, deben erradicar el 94% de su coca. La revolución no convive con el narco. ¡Patria o narcotráfico!Página Siete – La Paz