Centros siquiátricos están al límite y reciben poco apoyo

El año pasado, uno de los centros a cargo de una fundación atendió a 10.000 pacientes. La sicosis, ansiedad y depresión son las enfermedades mentales de mayor incidencia en Santa Cruz

En muchos casos, los familiares abandonan a los pacientes y los centros deben hacerse cargo

En muchos casos, los familiares abandonan a los pacientes y los centros deben hacerse cargo

Fernando Soria Sejas – [email protected]



Luis (nombre ficticio), de 21 años, ingresó hace nueve meses al centro siquiátrico Benito Menni. Fue diagnosticado con esquizofrenia. Allí recibió tratamiento y en la terapia ocupacional aprendió a elaborar bisutería. Hoy, Luis es voluntario del centro donde se rehabilitó y enseña a los internos a crear sus propios adornos. Sin embargo, Luis debe recibir tratamiento de por vida para no recaer.
El caso de Juan (nombre ficticio) fue distinto. Aunque también estuvo recibiendo tratamiento siquiátrico, debido a lo costoso de los medicamentos, sus familiares dejaron de comprarlos. Juan recayó y, en una crisis esquizofrénica, quemó su casa.
En Santa Cruz, además de una clínica privada, existen dos centros que brindan atención siquiátrica: el Benito Menni, que es administrado por las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús; y el Centro de Salud Mental, creado por una fundación. Estos centros, que suman una capacidad de internación que no llega a las 80 camas y que por lo general están copadas, son las únicas alternativas para aquellas familias que tienen un enfermo mental en casa.
Los precios pueden ser accesibles en cuanto a consultas y terapias que precisa el paciente, pero los medicamentos son muy caros, lo que hace que muchos corten el tratamiento y el paciente tenga recaídas.
Estos centros sobreviven a base de aportes de voluntarios y a los cobros que realizan, que además de ser módicos, en muchas ocasiones se convierten en cuentas por cobrar.
Sin embargo, la ayuda de las autoridades es muy poca en comparación con sus necesidades. Rossy Rendón, directora del Benito Menni, señala que la Gobernación cubre el pago de 25 de los 50 ítems que tiene el centro, además de un presupuesto para alimentación de los más de 30 pacientes que en promedio tienen internados. En tanto, Blanca de Lozada, presidenta de la Fundación Centro de Salud Mental, indicó que también han recibido apoyo para la alimentación de los 34 pacientes, la capacidad de albergue que tiene el centro.
Al respecto, Óscar Urenda, secretario de Salud de la Gobernación, indicó que recibieron los hospitales de tercer nivel en 2013 sin ninguna infraestructura para problemas siquiátricos. Indicó que esto es una necesidad y puso como ejemplo que en países avanzados las enfermedades mentales son tratadas de forma gratuita por el Estado porque es una carga económica para la familia.
Sin embargo, señaló que “la falta de recursos de la Gobernación ha impedido que hagamos hospitales siquiátricos”, además de recordar que recibieron la competencia de los hospitales de tercer nivel sin que se les asignen recursos.
Fernando Mustafá, secretario de Salud de la Alcaldía, señaló que antes de trasferir los hospitales de tercer nivel a las gobernaciones brindaban ayuda a los centros siquiátricos, pero que ahora ya no está entre sus competencias.
Agregó que por eso no hay la especialidad de Siquiatría en el seguro municipal de salud, aunque sí hay sicólogos.

Los casos van en aumento
Aunque no existen estadísticas sobre los enfermos mentales en Santa Cruz y el país, en el Centro de Salud Mental y en el Benito Menni señalan que el número va en permanente aumento por el crecimiento demográfico y que su capacidad de internación está siempre al límite.
El Centro de Salud Mental, en 2015 atendió a 9.429 pacientes en consulta externa y 523 en internaciones. El Benito Menni, por su parte, entre enero y agosto de este año, atendió a 4.431 pacientes además de internar a 250.
Las enfermedades de mayor prevalencia en el Benito Menni es la sicosis, que en muchos casos va asociada al consumo de drogas, mientras que en el Centro de Salud Mental indicaron que la mayor parte de los casos son por depresión y ansiedad.

Piden no estigmatizarlos
El caso reciente de un joven supuestamente esquizofrénico que mató a su madre y otro que quemó su casa llaman la atención. El siquiatra Ronald Jiménez pide no estigmatizarlos, sino más bien se debe reflexionar en que no hay un hospital siquiátrico en Santa Cruz y que en la cárcel su situación puede empeorar. “Hay que ponerse a pensar si los pacientes siquiátricos hacen más daño que los supuestamente sanos. Hace falta una política de salud pública para estos casos”, afirmó

Fuente: eldeber.com.bo