Dueño de Katanas cae preso después de diez denuncias

La Fiscalía de La Paz constató que Marco Cámara y su administrador viajaron al exterior 21 veces en tres años. Se presume que para contactar a jóvenes extranjeras para que trabajaran en sus locales.la denuncia de nohemí cámara compromete a su padre en delitos de trata y tráfico de personas Marco Cámara, propietario de Katanas, enfrentó más de nueve procesos, pero no estuvo detenidoLa denuncia de Nohemí Cámara compromete a su padre en delitos de trata y tráfico de personas Marco Cámara, propietario de Katanas, enfrentó más de nueve procesos, pero no estuvo detenido. AFKAMarcelo Tedesqui Vargas / EL DEBERDurante su vida, Marco Cámara, propietario del club nocturno Katanas, fue denunciado en nueve ocasiones por los delitos de estafa, estelionato, falsificación de documentos privados, tenencia o porte ilegal de armas, corrupción de niños y adolescentes, violencia familiar o doméstica, trata de personas y lesiones graves y leves (en dos ocasiones).A pesar de esos antecedentes, Cámara nunca estuvo detenido. Sin embargo, el destino fue implacable, porque la décima acusación en su contra, la que presentó su propia hija, Nohemí, por tráfico de personas y explotación sexual, lo llevó a la cárcel de San Pedro.En su declaración inicial, Nohemí Cámara señaló que su padre y sus colaboradores viajaban al extranjero para contactar personas y traer mujeres con engaños para luego abusarlas y explotarlas sexualmente. Dijo que en Bolivia eran llevadas a una casa en la zona de Llojeta, en La Paz, donde retenían sus documentos y las mantenían en cautiverio hasta que cubrieran el costo de su traslado al país.La Fiscalía y la Policía se tomaron casi tres meses investigando a Cámara y al administrador de Katanas, Gustavo Fernández. Tres elementos los complicaron: los 12 viajes de Cámara al exterior en tres años y nueve en dos años de su administrador, así como la declaración de una extranjera, que dijo que la trajeron con engaños y que por un abuso sexual tuvo que ser internada, y un allanamiento en el que fue decomisado un celular con un mensaje en el que otra trabajadora reclamaba por qué Fernández se aprovechó de la borrachera de su compañera para violarla.Sin embargo, la abogada Mónica Ramírez, defensora de Marco Cámara y de Fernández, dijo que la imputación formal se basa en una supuesta víctima sobre la que se mantiene reserva en la identidad.Afirmó que el Ministerio Público reconoce que esa mujer está detenida preventivamente. “La defensa de Cámara manifestó en la audiencia que no hay víctima y el juez desvirtuó el delito de organización criminal”, argumentó la abogada.TestimoniosLa declaración de una brasileña fue clave en la investigación de trata y tráfico de personas. Afirmó que una amiga la invitó a que viniera a Bolivia para trabajar como modelo, que iba a ganar mucho dinero, pero al aterrizar en aeropuerto Viru Viru, la mujer que la invitó desapareció y fue recibida Marco Cámara. Posteriormente, empleados de Cámara se apoderaron de los documentos de la joven y le informaron que tenía que pagar una deuda de $us 3.000. De esta forma la obligaron a trabajar en los locales Caesar’s Palace y Red Lips, en Santa Cruz.La joven reveló que sufrió abuso sexual, siendo internada en una clínica. Después la enviaron a La Paz y fue recibida por Fernández, el administrador de Katanas. En ese local la obligaron a ofrecer ‘cortesías’, que consistían en entregar su cuerpo sin retribución.A diferencia de la brasileña, otras jóvenes salieron en defensa de Cámara. “Soy de Perú, llegué hace 10 años a Bolivia, fui a Katanas hace cuatro. Nadie me trajo con engaños, hice mi residencia por Mercosur, pero ahorita no la tengo. Fui a otros locales, pero me gustó su atención y trato en Katanas. Conozco a Marco Cámara, es un amigo”, manifestó la joven que prefirió no identificarse.Otra brasileña expresó su “apoyo al jefe Marco Cámara, porque lo que dicen de él es falso. Todas vinimos por nuestros pies”, pero se abstuvo de mostrar sus documentos. “Eso es privado, lo siento”, argumentó.“Vea usted, aquí no hay nadie maltratada. Yo hablo, porque otras chicas no quieren mostrar las caras, porque buscan resguardarse”, manifestó otra muchacha brasileña.Salidas al exteriorLos viajes permanentes al exterior fueron elementos que valoró la Fiscalía para imputar a Cámara y a Fernández por el delito de trata y tráfico de personas. Entre 2013 y 2015 el propietario de Katanas salió del país en 12 ocasiones. El último registro data del 8 de marzo de 2016, cuando fue a Panamá, pero el 16 de marzo retornó desde Miami.Gustavo Fernández viajó nueve veces en dos años. En 2014 fue a Panamá en dos ocasiones, el 3 de junio y el 17 de julio, un mes después de que su jefe había retornado de ese país (el 1 de mayo), aunque solo se observa un retorno, el 5 de agosto. Se registra otro regreso sin salida el 31 de diciembre desde Iquique, junto a Cámara.El fiscal de distrito de La Paz, Edwin Blanco, declaró esta semana que llama la atención la cantidad de salidas que tuvo como destino final Paraguay.La Fiscalía, en las audiencias cautelares que enviaron a Cámara a la cárcel de San Pedro y a Fernández a la de Patacamaya, especificó que los flujos migratorios conforman un elemento clave para presumir su culpabilidad.La abogada de ambos acusados señaló que el flujo migratorio sirvió para que el Ministerio Público tuviera argumentos para demostrar que los implicados cuentan con facilidades para salir del país, lo que llevó al juez a detenerlos preventivamente, pero no se evidenció que esos viajes eran para contactar a supuestas víctimas.La Fiscalía, en su indagación, realizó dos allanamientos: uno en Katanas, a las 4:00 del 2 de agosto, y otro en el domicilio donde se hospedan las muchachas que trabajan en este local. El operativo se realizó el 1 de agosto antes de la medianoche.En el boliche fueron decomisados cinco celulares, documentos y un botellón de gas lacrimógeno de uso policial.En la casa había un encargado de la revisión de los celulares y se descubrió una charla de WhatsApp, en la que una muchacha reclamó al administrador del local por qué se había aprovechado de la borrachera de su compañera para violarla.Mónica Ramírez admitió que sí fueron detectados mensajes en los que una trabajadora de Katanas se queja porque el administrador del local se aprovechó de otra joven porque “estaba muy borracha”, pero no se determinó que existiera una conexión en las charlas.