Otra Navidad con presos políticos y exiliados

Desde el bienio 2008-2009, el régimen de Evo Morales mantiene en prisión a varias decenas de presos políticos, la mayoría de ellos capturados tras protestas regionales en favor de la autonomía.El grupo más nutrido de estos detenidos es procesado por el denominado “caso terrorismo”. Un curioso terrorismo donde las únicas víctimas fueron dos extranjeros y un boliviano-húngaro abatidos en un hotel por un escuadrón de élite de la policía, enviado por órdenes directas del primer mandatario.En su largo via crucis los encarcelados irregularmente han sido objeto de diversos abusos, incluyendo a quienes su condición médica ponía en situación de vulnerabilidad. Pasó así con el general Gary Prado, finalmente separado del caso tras una ola de indignación ciudadana, y días atrás veíamos atropellos similares hacia Zvonko Matkovic Ribera.Además de los presos políticos, Bolivia tiene actualmente alrededor de 1.000 exiliados, de acuerdo a cifras del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Sumemos a esto la espada de Damocles judicial que pende sobre la cabeza de varios procesados en libertad.Es triste que el país deba pasar nuevamente por las fiestas cristianas con esta carga lamentable, pero no es el objeto de esta columna ponerle una nota amarga a las celebraciones navideñas.Todo lo contrario, consideramos que la cuenta regresiva hacia el fin del autoritarismo ha comenzado y que esa luz de esperanza cada vez más clara no podrá ser enturbiada por las nieblas de un prorroguismo tan corrupto como desesperado… [email protected]