Gracias a un curso de reanimación le pudo salvar la vida a su mamá

La mujer dormía y parecía estar roncando, pero él advirtió que en realidad no podía respirar. Ocurrió en un barrio Lanús, Buenos Aires.Lucas Gavino y su mamá, Liliana, a quien le salvó la vida pocos días después de haber hecho un curso de RCP.»No soy un héroe. Sólo agradezco haber participado del curso de RCP porque por eso pude salvar la vida de mi mamá”. Lucas Gavino, vecino de Monte Chingolo, se pone serio del otro lado del teléfono y cuenta su experiencia tras haber participado de la capacitación en primeros auxilios y resucitación cardiopulmonar en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela. Apenas una semana después, pudo salvar a su mamá, que tuvo una complicación derivada de varias enfermedades, con las técnicas que había aprendido. “Ahora mando a todos a que vayan y se capaciten porque es indispensable ante una emergencia”, cuenta. Cuando a Lucas le avisaron que un viernes de diciembre en lugar de asueto tendría que asistir a un curso de primeros auxilios, refunfuñó. “Fui a desgano, mal predispuesto. Yo trabajo en la cuenca del río y el curso era en Florencio Varela. Pero cuando llegamos, nos esperaba un equipo de médicos con mucha predisposición y me enganché. Fue todo muy dinámico”, cuenta este vecino de Lanús que trabaja en ACUMAR. Todavía no sabía que una semana después, lo que había aprendido le iba a salvar la vida a su mamá, Liliana.“La madrugada del 1° de enero estábamos en la casa de mis tíos y nos quedamos a dormir. Casi me voy a ver a amigos después de las 12, pero al final me quedé porque estaba cansado. Ahora pienso que todo se dio justo”, recuerda Lucas. A la madrugada, mientras dormía, escuchó que su mamá emitía el sonido de un ronquido fuerte y después no reaccionaba. “Me acerqué y tenía los ojos y la boca abiertos. No pensé nada: empecé a organizar a todos y a poner en práctica lo que me habían dicho en el curso”, sostiene Lucas.Lo primero que hizo fue despertar a sus parientes: a su tía le indicó que llamara a la ambulancia, a su tío que lo ayudara a mover a Liliana para ponerla en el piso. Y relata: “En otro momento le hubiera hecho respiración boca a boca, pero en el curso nos actualizaron: dijeron que primero lo importante es masajear y nos indicaron el lugar para la reanimación. Cuando largó la primera bocanada de aire no lo podía creer”.Los médicos explicaron que podría haber sido una apnea de sueño, un pico de diabetes u otra complicación. Pero todos coincidieron en algo: “Se salvó por las técnicas de RCP. Le salvé la vida”, se emociona Lucas. Ahora, este vecino quiere que su caso sirva a otras personas: “Agradecí a la gente del Hospital El Cruce y estamos viendo si me sumo al próximo curso para contar mi experiencia. Es muy importante que la mayor cantidad de gente sepa cómo actuar ante un caso así. Ya mandé a mis tíos y a mi hermano a que vayan a hacer la capacitación”, sostiene.Fuente: clarin.com