Evo Morales acaba de manifestar que la presencia de Bolivia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas buscará evitar que haya “países intervenidos ni interventores, ni invadidos ni invasores, que no haya bases militares con fines geopolíticos”.
La retórica de siempre, no respaldada por la realidad, toda vez que el “Estado Plurinacional” sometido al régimen hegemónico de Morales apoya en el plano internacional a países que han practicado y practican el más flagrante intervencionismo.
Es el caso de la Cuba castrista, a la cual Evo felicitó en la jornada por sus “58 años de revolución”, tiranía que exportó guerrillas a casi toda América Latina, no sólo para confrontar gobiernos militares sino también a decenas de repúblicas democráticas, y que intervino con ejércitos regulares en contiendas civiles africanas.
O el de la Venezuela chavista, que durante años mantuvo un destacamento permanente de fuerzas militares (“base”) en territorio amazónico boliviano. Es el caso, igualmente, de la China posmaoísta, que aún hoy somete despóticamente al Tibet, y de la teocracia iraní, interventora de Siria e Irak en tiempos recientes…
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